II

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Jimin estaba echo un manojo de nervios.

Bueno...todo el que se encontraba en esa sala estaba echo un manojo de nervios.

— Jimin, tienes que calmarte. Vas a joder el peinado como sigas sudando tanto. ¡Deja de temblar! Arrugarás el traje— le regañaba un histérico Junhee, limpiando el sudor de su frente y alisando el traje que llevaba puesto con su mano.

— ¡No me pidas que me calme si tú tampoco te calmas! — le gritó nervioso

— ¡No me grites! — le respondió de la misma manera

— ¡Cállense los dos! Junhee, ¿no ves que con tu nerviosismo lo pones todavía más nervioso? De él lo entiendo, dentro de 10 minutos se va a casar, ¿pero tú? No entiendo de que estás nervioso— habló Seokjin esta vez

— Ni que fuera poco ser el puto padrino y tener que dar un discurso frente a 350 invitados— respondió en un intento de ser sarcástico, cruzándose de brazos y poniendo sus ojos en blanco.

— Yaaah, bueno, cálmense los dos. Todo saldrá bie- — Seokjin fue interrumpido por Jihyun, que había entrado a la habitación

— Ya es hora— anunció. Se acercó a su hermano, se miraron y se abrazaron— Estás muy guapo, hyung— le alagó

— No te quedas atrás, hermanito. — Jimin iba a seguir hablando cuando otra persona se hizo presente en la puerta.

Todas las personas en el cuarto se asombraron al ver a la persona en la puerta. Era algo que no se esperaban ninguno. Ambos hermanos se separaron del abrazo, y Jimin caminó hacia la persona, la cual tenía la mirada clavada en él— Madre...— pronunció en un susurro, sintiendo  su estómago revolverse ante los nervios aumentados al ver a su madre parada allí.

— Jimin, hijo... Yo...— la mujer no dijo más ya que su hijo fue a abrazarla. No tardó mucho en corresponderle, ambos abrazándose fuertemente— Lo siento... Lo siento muchísimo. Siento no haber sido l-la madre que siempre necesitaste. No sé qué pasaba conmigo, estaba loca por odiarte. Perdóname hijo...— dijo la mujer en llanto, conmoviendo a los presentes en la habitación

— Claro que si madre, está más que perdonada...— respondió Jimin con las lágrimas saliendo de sus ojos sin control, llorando junto a su madre— Pensé que no vendría...

— ¿Cómo me voy a perder la boda de mi hijo?Quiero que sepas que estoy muy orgullosa de ti. Has logrado muchas cosas, y te has pescado a un buen muchacho. Estoy feliz por ti, Jimin.

— Gracias... — ambos se quedaron abrazados por unos instantes, hasta que se tuvieron que separar porque ya llegaban tarde a la ceremonia

— ¿Crees que podría llevarte al altar? ¿Junto con tu padre?— le preguntó la mujer, retocándose el maquillaje

— ¡Claro!

— ¡Yo también quiero, hyung!— dijo Jihyun con emoción

— Eso será genial, hermanito— Jimin le sonrió y desordenó un poco su cabello.

Se observó al espejo por última vez. Acomodó su traje y cabello. Se veía guapo, para que mentirse. Se sentía hermoso, algo que unos años atrás no hubiera sentido.

Se posicionó en medio de la puerta, preparándose para salir. La música comenzó a sonar, dando inicio a la ceremonia. Jimin no podía ver nada, ya que se encontraba todavía lejos del altar.

Yoongi entró primero, acompañado de su madre y padre. Llevaba puesto un esmoquin negro y su cabello estaba elegantemente peinado hacia atrás. Una vez estuvo posicionado en el altar, empezaron a pasar las niñas de las flores, tirando pétalos por el pasillo hacia el altar.
Con el pasillo lleno de pétalos, dieron paso a las damas y caballeros. Una vez que estos se colocaron en sus lugares, pasaron la Madrona y el padrino y después de estos, la música paró.

Cuando esta cambió y volvió a sonar, los invitados se levantaron de sus asientos, dando a entender que el novio estaba llegando.

Jimin comenzó a caminar al ritmo de la música, en medio de su madre y padre, con su hermano al lado de su madre.

Cuando estuvo a los pies de la alfombra que conducía al altar, levantó la vista, fiándola en Yoongi. Este se quedó sin respiración en cuanto vio a su casi esposo parado delante de él. Su esmoquin blanco se ceñía perfectamente a su figura y su ahora cabello rubio caía de manera elegante sobre su frente.

El camino hasta el altar les pareció a ambos eterno. Cuando ya estuvieron en él, su madre entregó a Jimin en las manos de Yoongi, como era tradición. Se sonrieron, y se pusieron frente al juez que presidía la ceremonia.

Los invitados tomaron asiento y el juez comenzó a hablar. Después de decir unas palabras, procedieron a los votos.

La pequeña Min Taera de tres añitos apareció por el pasillo con un vestido blanco muy bonito y con una almohada, en la cual reposaban los anillos.

Yoongi tomó primero el anillo de Jimin, un anillo fino de oro con el nombre de Yoongi grabado en la parte interior de él.

— Jimin, la manera en la que te conocí fue bastante peculiar. Jamás pensé que el simple acto de tomar un viejo celular y responder a un mensaje con la típica pregunta de "¿estás bien?" cuando era obvio que no lo estabas me llevaría a hacer algo tan hermoso como lo que estoy haciendo en este preciso instante. Ha sido un camino difícil, pero quiero que sepas que te amo más que a mi mismo. Que daria todo por ti. ¿Aceptarías a este estúpido chico como tú esposo y pasar el resto de tu vida junto a mi?— Jimin asintió con la cabeza, y Yoongi le puso el anillo en su dedo anular izquierdo.

Era el turno de Jimin. Tomó el otro anillo igual que el suyo, solo que más grueso y con su nombre grabado en el interior de este y comenzó a hablar.

— Min Yoongi, esa pregunta estúpida fue la que me salvó la vida. Todas las estupideces que has echo por mi son las que me mantienen hoy con vida. Me has echo superar todos mis miedos y mis miles de inseguridades. Has echo cosas increíbles en mi, y no sabes lo agradecido que estoy por ello. No te imaginas la suerte que tengo de haberte encontrado. Te amo más que a nada, Yoongi. ¿Me aceptas como tú esposo, para seguir aguantándome el resto de tu vida? — Yoongi respondió con un "Sabes que sí, tontito" y le puso su anillo.

Firmaron el certificado de matrimonio y tras pronunciar las típicas palabras de "los declaro marido y marido", sus bocas se unieron en un tierno beso, sellando así el reciente compromiso.

Los invitados lloraban sin control ante lo bonito que estaba siendo todo, aplaudiendo, felices por los novios.

Se tomaron de la mano y bajaron del altar, pasando por la alfombra mientras los invitados les tiraban arroz y los felicitaban.

Cuando llegaron afuera del lugar, se montaron en un coche, hacia la fiesta de celebración.

Cuando se montaron en él e iniciaron el camino hacia el recinto donde se celebraría la fiesta, entrelazaron sus dedos y se recostaron en ambos.

— Ahora ya no tienes escapatoria pequeño, estás atado eternamente a mi— le dijo Yoongi mientras observaba sus manos entrelazadas con los anillos.

— Y no podría estar más encantado por ello. Te amo Yoongi — respondió, viéndolo fijamente

— Yo también te amo, Jiminnie— y se besaron de nuevo, el segundo de muchos besos que faltaban.

Tenían toda una vida por delante, y ahora nada los podía separar. Estaba destinado a ser así, y ya nada podía cambiarlo.

Eran felices, y era lo único que importaba.





















Estoy llorando muy feo
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;-;

Abandoned Number ; myg + pjm Donde viven las historias. Descúbrelo ahora