《001》

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—¡Arriba, arriba, arriba! ¡Hay muchas cosas por hacer.

La voz chillona de mi madre Interrumpió mi sueño.
Despertar a alguien a los gritos nunca es bueno, pero mi mamá no lo entiende.
Después pregunta porque me levanto de mal humor.

El positivismo de mamá a éstas horas de la mañana me molestaba muchísimo.
¿Quien se pone feliz a las 7:00am?

Luego de fijarme la hora, dejé nuevamente mi celular en mi mesita de noche y me tapé hasta la cabeza con las sábanas, pegando mis piernas a mi pecho para calentarme.

—¡Vamos a empezar el día con mucha energía!— dijo tirando de la punta de las sábanas descubriéndome por completo.

—Es muy temprano.— Me quejé tapándome los ojos, ya que mi madre abrió mi ventana dejando pasar toda la luz.

—Tengo que pedirte un favor.

Sabía que era ese favor y no, no iba a hacerlo.

—No sacaré a pasear al perro.

Mi madre suspiró.— Okey, tendrás que lavar platos.

—¡No!— Me senté rápidamente en la cama y mire a mi madre que justo estaba saliendo de mi habitación.
— Sacaré a pasear al perro.— Rodé los ojos y ella sonrió para luego irse de mi habitación sin cerrar la puerta.

Me levanté y arrastré mis pies hasta mi armario.
No iba a esforzarme mucho, ya que la llevaría al parque que está cerca de casa.

Mis vans negras, mi jean negro, un buzo negro, ya que hacía un poco de frío, y una gorra del mismo color para que nadie me reconociera.
Igual, ¿Quien estaría en el parque a las 7am? Yo.

Salí de mi habitación y bajé las escaleras.

Ahí estaba la labradora de mi madre, con su correa ya lista mientras movía la cola con desesperación.

—Bueno, cuidas mucho a Samy ¿Okey?— mi mamá me entregó la correa con una sonrisa.

Trataba al perro como si fuese su cuarto hijo.
Si, tenia una hermana y un hermano mayor.

—¿No puede ir Taeyong?— me refería a mi hermano.

—Estoy ocupado.— se asomó por la puerta de la cocina y me mostró la esponja; estaba lavando los platos.

Rodé los ojos y agarré la correa.

Taeyong era el hermano del medio, teníamos una hermana más grande que ya tenía su propia casa y un hijo, y yo, la menor, la oveja negra de la familia.

La que tiene bajas notas, la que es vaga, la que nunca se casará y la que no le gustan los niños. Bueno, si me gustan, pero no por mucho tiempo, no tengo paciencia.

—¿Y mi desayuno?— pregunté a mi madre que justo estaba por irse.

—Oh...— metió la mano en su bolsillo y sacó algo de dinero.—Te compras algo por ahí, adiós.

Salí de mi casa y cerré la puerta detrás de mí.
Nunca saqué a pasear a Samy, ya que su tamaño es bastante grande y tiene mucha fuerza.

Caminé un rato hasta que mi estomago comenzó a rugir.
Había olvidado que salí de casa sin desayunar.

Caminé unas cuadras para encontrar una cafetería, pero antes que eso, me encontré con una heladería.
¿Me haría bien desayunar un batido a estas horas? No. Pero, ¿que importa? No está mi madre para decirme lo que puedo o no hacer.

Salí de la heladería con mi batido de fresa y agarre la correa de Samy que estaba atada a un poste, ya que si fuera una silla podría escaparse.

Llegué al parque justo cuando termine mi batido, lo tiré en la basura y busqué un lugar para sentarme.
No había mucha gente, ya que recién eran las 7:35am y recién se ponía más de día.

Cuando todo parecía tranquilo, un pequeño gato se cruzó en la vista de mi pequeño y adorado perrito.
Éste empezó a gruñir, entonces miré hacia el piso y vi al inocente gato de color gris.

Samy empezó a tirar de la correa y yo hice lo mismo ¿Quien tiene más fuerza? Pues, yo no.

Ella empezó a correr y yo la solté, ya que mi mano dolía y no quería ser arrastrada.
Pero no me quedé atrás, comencé a correr a lo que mis pobres piernas daban. Tenia que salvar a ese gatito si o si.

Bueno, creerme la héroe no fue buena idea, ya que una maldita piedra se cruzó en mi camino.
Gracias a dios puse mis manos, me salve de partirme la boca.

Me levanté con dificultad, mis manos ardían.
Comprobé que mis pantalones no estén rotos, pero no, solo tenían algo de tierra en las rodillas.
Ni siquiera me sacudí, solo comencé a correr y a gritar el nombre del animal.

Corrí un rato, pero desapareció de mi vista, y las ganas de llorar aparecieron de repente.
Por; la bronca que tenia, por el sueño, porque no encontraba al perro y porque mi madre me mataría.

No aguante más. Comencé a llorar y hacer un berrinche como si fuese una niña.

Corrí otra vez con la vista nublada debido a las lágrimas.
Esta vez no grité el nombre del perro porque, aunque no había nadie, no quería parecer una loca.

Alguien me freno y rodeó mis hombros apegándome más hacia el o ella, no pude ver su cara.

—Ella es mi novia.— un chico era el que me estaba... ¿abrazando?

Intenté soltarme, pero él hacia fuerza.

—Oye...— traté de quejarme.

Fui interrumpida por el chico, que me dio la vuelta para quedar frente a él y tomó mis mejillas.

—¿Que pasa amor? Creí que no vendrías a buscarme.— Fruncí el ceño y cuando pude ver con claridad, ví al chico con una sonrisa.— Te acompaño a tu casa.

—¡Jaemin!— otra voz se hizo presente, pero esta era de una chica.— ¡Tu me gustas!

—Lo siento, pero a mi novia no le gusta que otras chicas se me acerquen.— Volvió a abrazarme por los hombros.

Pude ver a la chica.— ¿Youngmi?—Habló ella. Mierda.— Maldita perra.

No me salían las palabras para contestarle.

—Tenemos que irnos.— Volvió a hablar el tal ¿JaeMin?

—¡No se van a ninguna parte!

El chico tomó mi mano y comenzó a correr del lado contrario a donde yo estaba llendo... ¡Samy!

—¡Detente!— le grité tirando de mi brazo.

Un dolor en mi vientre apareció, y comencé a correr con debilidad, eso hizo que el chico se detenga.
Comencé a marearme

—¿Estás bien?— Preguntó.

Y antes de que pudiera responder, ocurrió. No debí tomar ese batido.

—Oh— escuche de parte del chico antes de que sujetara mi cabello para que no se manchara por mi vómito.— Que asco. Fresa.— Volvió a soltar mi cabello.

Bien. Estás vomitando al frente de un chico, y por el poco tiempo que lo vi, era lindo.
Fracasando como siempre, bien Youngmi.




Ésta historia es vieja (2018) pero recién ahora me dieron ganas de corregir los errores, así que la voy a estar publicando nuevamente de a poco.
Gracias♡

Don't smile!  | Na Jaemin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora