《018》

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Estábamos en el instituto Hankuk, los alumnos propusieron volver a juntarnos para hacer actividades con la materia educación física.
Bien, ¿no bastaba con humillarme con mis compañeros? Ahora tenía que fracasar frente a otros.

No entendía como podía ser tan inútil en cada juego que hacíamos.
Era algo nunca visto.

Los del año mas grande no estaban con nosotros como en el campamento, ahora solo estábamos los de quinto año.

Nuestro profesor y el del otro instituto estaban dando la clase juntos, y los dos eran realmente insoportables.

Estábamos por jugar baloncesto, y nos hicieron ponernos uno al lado del otro para enumerarnos y así formar los equipos.

Por suerte me toco con Haechan, Jeno y Sook - y obviamente con más personas, pero no son importantes-. No quería estar en el grupo de la zorra HaNeul.
Nos teníamos bronca todavía, pero ella había dejado de molestar a JaeMin debido a que ahora salía con otro chico.
Pero por lo que me contó Lisa hace unos días atrás, rompió los útiles de Nancy y robó la tarea que era importante para ganarse una buena nota.
Solo por maldad. Porque ellas iban a años diferentes.

Comenzaba a cansarme de estar parada en un mismo lugar con miedo a que la dura pelota fuera directo a mi cara.
Las pocas veces que mis compañeros de equipo me pasaban el balón, cuando intentaba devolverlo, siempre lo pasaba a alguna persona del equipo contrario. Iba ganandome su odio poco a poco.

En un momento, la pelota se escapó de las manos de la chica del equipo contrario ¿Por que no intentarlo? Quería hacer algo bien.
La chica era del equipo de JaeMin. Mi contrario.

Corrí tras la pelota, pero mis pies fueron bastante torpes, chocandose entre ellos, y la chica a la que se le había escapado el balón - que jugaba tan mal como yo- me agarró antes de que la caída fuera peor.

—¡Ya me cansé!— Dije enojada mientras me levantaba del suelo con la pelota en manos.

Una vez ya de pie, hice picar la pelota con todas mis fuerzas, provocando el silencio de todo los chicos y chicas.
Grave error.

Camine en pasos largos hasta llegar a la esquina, luego me senté, y mi profesor se paró en el medio con la vista fija en mi.

—¿Que cree que esta haciendo Lee?— los murmullos comenzaron, pero no me importó.— Quiero que se levanté y siga jugando.

—¿acaso no le repetí varias veces que no me salia?— estaba muy enojada, no quería hablarle de esa manera.

—¡Se calma conmigo!— Gritó el pelado.—¿Cree que me importa si le sale o no? Sus notas no van a ser para nada buenas, y después no quiero que venga a quejarse cuando en su libreta vea la nota más baja del salón.

—No me importa. No quiero jugar.

—No me importa lo que usted quiera. Acá se hace lo que diga yo y el profesor Choi.— este último estaba en su mundo, acomodando algunos papeles.—Tenga un poco de respeto a sus compañeros y a su equipo, que por lo menos ellos si se esfuerzan en intentarlo.

Bien, estaba avergonzado me frente a todos.

—¡Se levanta ahora mismo!— Gritó haciendo que, no sólo yo, si no varios alumnos se asusten.— Pero no crea que esto lo voy a dejar pasar, voy a llamar a sus padres por ser tan irrespetuosa.— decidí mirar para otro lado, hasta que el volvió a gritar. Odiaba su voz.—¡Dije que de levantará del suelo! ¿Acaso necesito gritar más o hablar en otro idioma? Levantese y quiero que se disculpe con sus compañeros. Y luego siga el juego.

—Oh, claro que voy a jugar.— Murmure para mi mientras veía como el señor de los gritos se estaba dando la vuelta para ir hacia el otro profesor.

No pensé.
Nunca pienso.

Agarre una pequeña pelota de handball que estaba en el suelo, y me deje llevar por el odio que le tenía a ese profesor.

Bien, la primera vez que tenía puntería.
Justo en la pelada.

Tapé mi boca apenas vi que la pelota choco contra su cabeza, todos comenzaron a murmurar un "uh~" haciendo que me ponga más nerviosa.

Con una mano en el lugar del golpe, se dio la vuelta y habló.

—¿Quien fue?— Dijo con su voz que daba miedo.

Estaba apunto de hablar, pero una voz se adelantó.
No, no una, dos.

—Yo.— dos chicos que conocía perfectamente dieron un paso hacia adelante aceptando la culpa que no tenían.

Se miraron entre ellos y volvieron a hablar.

—Fui yo.— Dijo Haechan convencido.

—Yo lo hice.— JaeMin ignoró al otro chico por completo.

—Me dicen ya quien fue o les mandare una larga carta a cada uno de sus padres.— amenazó el profesor.

Y antes de que los demás lo dijeran, decidí hablar yo.

—Fui yo. ¿debo ir a la dirección?

××

Y ahí estábamos los tres, en un momento bastante incómodo. Todo en silencio.
Yo en medio de los dos chicos.

Esperando fuera de la oficina del director de mis dos amigos.
Yo por agresiva y ellos por mentirosos.

—Si no te hubieras hecho el héroe, YoungMi no estaría aquí.— Dijo el castaño entre dientes, pero lo escuchamos bien.

—No tenias porque meterte.—respondió Haechan en el mismo tono de bronca.

Yo solo guarde silencio.

—¿Tu porque te metes? Yo soy más amigo de YoungMi que tu. Yo soy el que siempre la defiende.

—Chicos...

—Si quieres jugar al héroe hazlo con tu novia, no te metas en nuestra vida.— respondió Haechan a JaeMin interrumpiendome.

—¿nuestra vida? ¿Acaso ella es tu novia? ¿te pertenece? No dejaré que un imbécil la defienda.

—¿Y que si lo es?— DongHyuck se paró de su silla para ponerse frente a JaeMin, que este ya estaba parado.—¿Que harás?

—Lo sabes muy bien.

—¡Basta!— grité parandome para ponerme frente a ellos.

—¡Se callan!— la voz del director hizo que los tres lo miremos asustados.—Pasan y cierran la boca.

¿Que mierda paso entre estos chicos?
¿Por que tanto amor por defenderme?

Se que me están ocultando algo, pero no será por mucho tiempo.

Don't smile!  | Na Jaemin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora