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El día estaba muy hermoso, así que decidí ir a la playa a tomar un poco de sol.
Decidí ir sola, aparte que mis amigas andaban de viaje y mi esposo estaba trabajando.
Les contaré un poco de mi. Me llamo Taylor Mendes, tengo 25 años. Me casé con Raúl Bones hace 4 años. Aún no tenemos hijos, creo que no es el momento. Aún no me siento preparada para algo así.
Dejé mis cosas en la mesa de a lado de mi tumbona. Me deshice de mi sostén y me acosté boca abajo.
Quería disfrutar de las maravillas de esta playa.
(..)
Sentí como una pelota golpea mi espalda suavemente.
--Una disculpa.--dijo una voz ronca.
Me inderece y me puse de pie.--No te preocupes.
--Whoah.--dijo el muchacho. No dejaba de mirar mi cuerpo de pies a cabeza.
Caí en cuenta que no traía sostén y había dejado a vistas mis pechos. Rápidamente los tape con mi brazo.
--Perdón.--dije avergonzada.
--No te preocupes.--dijo viendome a los ojos.--Soy Noah, Noah Centineo.
Era moreno claro, cabello chino, alborotado, ojos claros y una hermosa sonrisa.
Lo que más me llamó la atención fue la cicatriz que tiene por sus labios, lo hacía ver realmente guapo.
--Mucho gusto Noah.--tome su mano.--Soy Taylor Bones.
--Lo siento por el pelotazo.--dijo apenado.--Estoy con unos amigos y la pelota se fue directo acá.
--No hay problema.--dije sincera.
--Bueno, me voy.--se acerco a mi y dejó un beso en mi mejilla.--Bonitos pechos guapa.--dijo y salió corriendo.
Ese chico era muy atractivo. Que cosas estoy pensando.
Hasta hoy, ningún hombre me había llamado tanto la atención como el.
