Sedúceme más.

Capítulo 2d.

El “click” del seguro al cerrar la puerta, retumbó en la solitaria habitación. El aire pesado por dejar el ventanal cerrado todo el día, se podía sentir incluso en su nariz y se mezclaba con las feromonas que comenzaban a llenar el lugar.

El rubio aun lo mantenía cerca de su cuerpo, así que su aroma entraba directamente a sus fosas nasales.

Debía separarse y abrir el ventanal antes de que fuera demasiado tarde.

–Gra… gracias, Bakugo…- se separó lentamente poniendo las manos sobre el pecho de su compañero –Ya… ya…- tragó saliva fuertemente por su garganta ya seca -… es mejor… que te vayas…- se dio media vuelta para no mirarlo directamente. Gracias a que la cortina estaba a un lado, las luces del patio iluminaban tenuemente la habitación.

Dio dos pasos al frente para quedar justo tras el pelirojo –Dime…- se inclinó solo un poco para que su boca pudiera rozar la nuca de su compañero –¿Donde están los supresores?- pudo sentir el temblor logrado gracias a su aliento sobre la levemente tostada piel. Sonrió –Los buscaré por ti. Solo siéntate en la cama-

El sudor ya comenzaba a hacerse presente e intentaba controlar sus jadeos. Su piel vibró gracias a aquel tibio aliento –No… no necesitas hacer… ¡Mmmghhh!- apretó los labios para evitar gemir. El de rubio pasó ambas manos por sus hombros –Ba… Bakugo…- jadeó el apellido al momento en que sintió un húmedo beso en su cuello –De… detente…- quiso alejarse de nuevo, pero su cuerpo estaba entumecido.

Suspiró sobre el lugar besado, provocando otro temblor –¿Tu celo ya comenzó por completo?- deslizó las manos por los brazos del pelirojo –Sabes, Kirishima…- depositó pequeños besos por el cuello mientras hablaba –Cada mes, tu dulce aroma se filtra a mi cuarto…- llevó las manos al abdomen del pelirojo para tirarlo un poco hacia atrás y pegarlo a su cuerpo. Recibió un gemido de sorpresa –Es un gran problema para mi-

Su corazón palpitaba frenético mientras las suaves manos se colaron bajo su polera. Podía sentir como su trasero se humedeció al momento en que escuchó su apellido en aquella varonil voz. Cerró los ojos mientras intentaba hablar –Lo… lo siento… ¡Aaah!- se tapó la boca con ambas manos al escucharse. Las yemas de dos dedos daban vuelta sobre su tetilla izquierda.

Su respiración se descontrolaba. Ambos aromas encerrados, lo embriagaban deliciosamente –Fue difícil aguantar tanto tiempo…- su voz sonó ronca –Pero ya estoy en mi limite… Kirishima…- su otra mano se deslizó sobre el pantalón deportivo acariciando el duro miembro. Sonrió complacido y lamió sus labios al notar la tela húmeda un poco mas dentro entre las largas piernas –Y creo que tu también- acercó la boca a la sensible oreja escondida entre los cabellos lisos –¿Quieres que te folle?-

Abrió los ojos sorprendido ante la propuesta, pero se medio cerraron al instante ante las sensaciones de las caricias. Su cuerpo tembloroso anhelaba ser poseído por el alfa que lo tenia atrapado, pero su mente aun no se perdía completamente –“¿Po… por qué ahora?”- pensó mientras bajaba las manos para agarrar los antebrazos de su compañero –¿E… estás…?- apretó la boca y las manos mientras tiraba la cabeza hacia atrás. El clímax llegó de pronto gracias a un apretón justo sobre la cabeza de su miembro por sobre la tela.

Las fuerzas del pelirojo se fueron al tiempo que el semen mojó sus boxers. El rubio tuvo que sostenerlo con ambos brazos para evitar que cayera al piso. Rió complacido –Eso fue muy rápido. Tu ropa interior debe ser un desastre pegajoso- después de unos segundos, decidió ir hacia la cama.

El pelirojo jadeaba sobre el cobertor verde, que ahora se veía azul marino gracias a la tenue luz. El calor era cada vez más insoportable y la mirada de depredador que brillaba en aquellos fieros ojos rojos, ayudaba a que su mente se pusiera en blanco… el omega dentro de su cuerpo, estaba gritando por ser devorado.