Sedúceme más.

Capítulo 4.

Los pasillos de la agencia del héroe profesional conocido como Fatgum, se encontraban extrañamente silenciosos aquella tarde.

El héroe llamado Red Riot, caminaba hacia la oficina principal. Su cabello rojo y largo hasta las caderas, se mecía al son de sus firmes pisadas. Vestía su característico traje que dejaba ver su musculoso y delineando torso marcado con varias cicatrices. La máscara que usaba para enmarcar su maduro y varonil rostro, la llevaba enganchada en su cinturón porque ya había terminado la patrulla de ese día.

—¡Buen trabajo, Red Riot!— al entrar a la oficina, fue saludado enérgicamente por el héroe de gran tamaño que vestía su característica chaqueta amarilla —¡Te estábamos esperando!—

—¡Buen trabajo también, Fat!— lo saludó de vuelta antes de mirar alrededor. Además de su jefe detrás del escritorio, estaba su superior Suneater sentado en el sillón largo, y su amigo Shoto sentado en el sofá individual —¡Buen trabajo ustedes también chicos!— ambos lo saludaron a su modo. Se fue a sentar al lado del héroe de cabello negro —¿Qué es lo que pasó?—

—Hemos recibido un pedido por ayuda desde Estados Unidos— habló el héroe de cabello bicolor mientras leía un archivo en sus manos —Al parecer, hay un asesino serial al que le atribuyen 13 muertos en el transcurso de un año— los ojos rojos se abrieron sorprendidos, pero antes de poder preguntar algo, siguió explicando —Las víctimas han sido solo hombres entre 25 y 33 años. La única pista que tienen sobre el asesino, es que marca a sus víctimas tatuándoles en el hombro, una mariposa Alas de pájaro—

—Al parecer…— el héroe mayor se cruzó de brazos —… esos tatuajes tienen algo que ver con su kosei— suspiró —Los amigos y familiares de algunas de las víctimas, dijeron que la marca les apareció unas semanas antes de que los mataran—

—Eso es terrible— el pelirrojo apretó los puños que descansaban sobre sus rodillas —¡¿Cómo podemos ayudar?!—

—La agencia a cargo del caso, quiere tenderle una trampa— habló el pelinegro mirando al hacia el piso —Y por eso contactaron con Todoroki y él con nosotros—

—Kirishima…— el mayor lo miró serio —… todas las víctimas además de los datos que antes te dimos, son omegas con una gran constitución física— el pelirrojo tragó saliva —Al parecer, fueron asesinados en su periodo de celo—

—E… entonces fueron…— fue interrumpido por el hombre de cabello bicolor antes de poder terminar la pregunta.

—No, no fueron agredidos sexualmente— le pasó el archivo para que lo leyera —Y eso es lo que más confunde a la agencia y a la policía—

—Ahora… ¿Entiendes por qué queríamos hablarlo contigo? — preguntó el mayor.

El pelirrojo suspiró y cerró el archivo —Quieren usarme de carnada ¿No? — los tres lo miraron —Según los gustos del asesino, solo hay un par de héroes además de mi quienes podrían servir— los vio decidido y se puso de pie —¡Déjenme hacerlo, por favor!—

El pelinegro le tomó la mano ganando su atención —¿Estás seguro de esto? — tembló un poco y desvió la mirada antes de seguir hablando —Te… tendrás que dejar de usar las inyecciones y cambiar tu apariencia para evitar ser reconocido—

—Bueno…— sonrió avergonzado mientras se frotaba el cabello con su mano libre —Hace mucho que no siento los efectos del celo ni mi aroma. Será extraño volver a hacerlo—

—Yo extraño mucho tu aroma, Kirishima— los tres miraron al héroe de cabello bicolor que mostraba su semblante naturalmente en blanco —Cuando vuelva tu olor ¿Podrías perfumar una bufanda para mi?—

El pelirrojo rio divertido mientras el pelinegro le soltó la mano y se cubría el rostro sonrojado con su capucha ante la vergüenza de las palabras que ni siquiera iban dirigidas a él, recordando como su pareja alfa, le pedía prendas perfumadas cuando alguno de los dos tenía misiones en lugares lejanos.

El mayor de los cuatro tosió para llamar la atención de los otros tres —Entonces contactaremos con la agencia. Como dijo Tamaki, deberás cambiar de apariencia porque aunque es otro continente, los héroes de Japón son bastante conocidos por allá— el pelirrojo asintió —Debemos esperar a que el efecto de la inyección pase y de ahí viajarás a Estados Unidos— el hombre de cabello bicolor sacó su celular —Se que te puedes defender ante cualquier amenaza, pero nos aseguraremos que estés protegido— sonrió contagiando al menor.

—Hay otro detalle que debes saber sobre el caso, Kirishima— los ojos rojos se dirigieron a los ojos heterocromáticos —Es sobre la agencia que está a cargo del caso y lo estará también de ti—

___

Respiró profundo después de bajar del avión. Los aromas de la gente y el entorno veraniego, llenaban sus fosas nasales y bajaban por su garganta. Después de tantos años anulando sus sentidos omega, se sentía extrañamente aliviado de liberarlos.

Se quitó el gorro para acomodar su cabello ahora corto y negro. Se lo volvió a poner mientras tomaba su maleta e iba a la sala de espera del aeropuerto, donde lo esperaban dos figuras bastante conocidas.

—¡Midoriya! — saludó al hombre de cabello verde y rostro salpicado con pecas, que estaba sentado y se levantó de inmediato al verlo —¿Cómo has estado? No nos vemos desde hace un año ya—

—Kirishima— lo abrazó e instintivamente, acercó la nariz al largo cuello para inhalar profundamente —Dios… Han pasado tantos años desde que pude olerte— el pelinegro rio mientras se separaban y el pecoso se ruborizó violentamente al darse cuenta de su comportamiento —¡Lo siento! No debería haber hecho eso, pero es que cuando sentí tu aroma mi cuerpo se movió solo. Ni siquiera te saludé apropiadamente.  Eso fue muy mal educado de mi parte, pero…—

—Ya cállate, estúpido Deku— la ronca voz del hombre rubio ceniza recargado contra la pared un poco alejado de ellos, sacó al pecoso de sus pensamientos murmurando —Dejen los saludos para después. Ahora debemos ir a la agencia para que le expliquen a Kirishima el plan que tenemos— comenzó a caminar hacia la salida con las manos en los bolsillos.

El pelinegro suspiró antes de sonreír al pecoso y seguir juntos al rubio ceniza. Estos meses, serían muy largos para él.

___

Continuará…