Justo ahora mi vida parece un castillo de naipes tambaleante ante la mínima brisa.
La humedad de esta Tierra paraliza mis pulmones incluso antes de respirar
—no por el aire sino por la historia que el aire carga encima
como yo cargo tu recuerdo en mi espalda—.Mis pasos
Mis vértebras
Mis ojos
Sucumben ante la mínima brisa
cuya nostalgia no sabe de estaciones
—me trae canciones, ocasos, tus besos inventados y los días que creí nublados
con el orden de un calendario al viento—.La mínima brisa siempre que entra
jamás se convierte en suspiro;
siempre que la exhalo se siente otra vez aquellas despedidas obligadas
que se quedaron como una lamentación del herido que no quiso curarse porque le daba hastío.La mínima brisa
a su paso puede devastar
todo un firmamento de estrellas y montañas
porque la melancolía al detonarse
ya no entiende las escalas
y es un dragón sin cadenas,
un fuego sin paz.La mínima brisa eres tú haciendo de Londres mi suelo,
la niebla mi espejo,
mi voz el canto de un cuervo,
mis pasos el retroceso,
mis ganas de amar en ganas de escapar,
mi canción favorita una elegía de ultramar.La mínima brisa es tu recuerdo sublimado:
ese respiro que nunca quiero tomar por el riesgo al desvelo...La mínima brisa es tú y no es tú.
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Tom Hiddleston y la tristeza
PoetryEl mundo no es más que un coleccionista de nostalgias a futuro.