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¡MAMÁ! — Gritó él pelirosado levantándose de golpe.

Estaba hiperventilando demasiado y su corazón latía a mil por hora, miró hacia todos lados y las lágrimas se acumularon en sus ojos, no estaba en su cuarto como de costumbre, no estaba su madre, aquella que cada que tenía una pesadilla iba y lo consolaba, le daba mimos y le servía un vaso de leche de fresa junto con unas galletas para hacerlo sentir seguro y feliz.
Pero ese no era él caso, ahora no estaba en su cuarto y tampoco estaba su madre, ahora eran unos ojos gatunos e inexpresivos los que lo miraban y no aquellos ojos dulces y llenos de amor. Sonrió inconscientemente antes de levantarse y mirar esa sombra parada frente a el, se mareo pero lo ignoro, dio un paso y su alrededor comenzó a girar.

— Y-Yoo — No término la frase y cayó inconsciente.

Él palido lo miro en él suelo y se dio la vuelta dispuesto a irse pero algo le impidió hacerlo se golpeo mentalmente por lo que haría y dió media vuelta. Se acercó al cuerpo en él suelo y con suma delicadeza lo cargo, con cuidado lo recostó en la cama maltrecha y lo cubrió con una sabana, miró su rostro y este parecía estar sufriendo, cosa que le pareció extraña, toco su mejilla y notó lo caliente que se encontraba, ahí fue cuando se alarmó y toco su frente, esta se encontraba ardiendo.

— Mierda — Susurró parándose rápido.

Quitó la sabana y con cuidado trató de retirar la mayor parte de la ropa del menor, lo dejo en ropa interior y tomo su propia camisa, salio de la caravana y busco un balde con agua, al encontrarlo mojó su camisa y la exprimió, se encaminó hacia el chico pero decidió llevar el balde consigo, al llegar acomodó la camisa en la frente del menor y con la sabana lo tapó hasta medio pecho, lo examino unos segundos y frunció el ceño.

¿Qué acababa de hacer?

Nunca antes en su vida se había preocupado por alguien más, siempre había sido él y él, la última persona por la que se había preocupado fue su padre, la única persona que lo cuido y le dio lo más parecido a un “hogar” por eso ahora tenía que cumplir con su parte del trato, pero aquel pequeño de cabello rosa le estaba impidiendo seguir con el plan.

— Solo es lastima — Trató de convencerse — Después de todo terminaras siendo un cebo, por que a quien realmente necesita no es a ti sino a ella.

— Solo es lastima — Trató de convencerse — Después de todo terminaras siendo un cebo, por que a quien realmente necesita no es a ti sino a ella

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— Esto no tiene sentido — Comentó la rubia jalando su cabello.

Había pasado al menos 7 horas buscando información, lugares, personas, cualquier cosa que le diera tan solo una pista de que pudo haber ocurrido con aquel hombre, ella estaba segura de que seguía vivo y que cumpliría su promesa, aquella que firmo con su maldita sonrisa cínica que permanecería grabada en su memoria por siempre.

— Pequeña, por favor descansa — Pidió JiYong acariciando su espalda — Haz estado así por varias horas, ya son las 04:30 a.m. — Replicó bostezando.

°• Circus Μάσκα •°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora