II

509 33 27
                                    


Las sonoras carcajadas y murmullos de las personas a su alrededor le hacían arrepentirse de estar en ese lugar. Mientras más se adentraba en el gran pasillo se dejaban ver las miradas sorpresivas por su presencia por parte de la mayoría de invitados que no esperaban verlo ahí. Muchos riéndose tras su espalda o tirándole indirectas que ignoraba para no caer en su juego, seguirle la corriente a esa bola de imbéciles no estaba en sus planes... solo quería acabar lo más rápido que le fuera posible.

Los hombres vestidos con elegantes trajes de etiqueta, portaban objetos de valor demostrando su gran fortuna y bebiendo vino de las mejores marcas. Todas las mujeres lucían vestido de noche, tacones altos y maquilladas a la perfección, a diferencia de los varones ellas se mantenían más... tímidas y distantes ¿Quizás porque la mayoría de los presentes eran hombres?. Todos se estaban esforzando en demostrar su procedencia y fortuna, tal vez para competir entre ellos, lo hacían para tratar de humillar a alguien o simplemente "Sentirse superior ante todos".

Su traje era un smoking negro, pensaba vestirse de una manera más sencilla para no llamar la atención pero Sinon insistió en este tipo de vestimenta y ahora se daba cuenta del porqué, llamaría demasiado la atención si no le hubiera hecho caso, estaría fuera de lugar si hubiera llegado vestido con algo menos lujoso. Bueno el traje era lo de menos, no le importaba competir con ellos y demostrar su fortuna, a pesar de ser una de las personas más jóvenes en el lugar daba gracias que no se le haya subido el éxito a la cabeza.

Mientras hacían crecer su ego, él se conformaba con la diversión de reconocer lo que ellos intentaban cubrir con esas grandes obras de caridad. ¿Quién diría que una bola de egoístas empresarios harían una vez al año un congreso de obras de beneficio para encubrir los escándalos que a diario se escuchan en las noticias?. Cuántas de esas caras conocidas con las que se había topado en su recorrido habían estado en las noticias que la sociedad calificaba como vulgar e irrespetuosa.

Por su parte no tenía nada que cubrir, desde sus inicios su empresa realizaba obras de caridad a los más necesitados por lo que no estaba obligado a asistir, pero era una buena oportunidad para conocer a la competencia y hacer negocios o a esa conclusión había llegado hace tiempo y Sinon había realizado un gran trabajo en la recolección de esos datos. Aunque a ninguno le gustaba ir a esos lugares porque muchas de las personas ahí solo provocaban problemas, había sacado provecho durante los últimos años, su trabajo hasta ahora no se comparaba con las grandes empresas lideres en el mercado, pero si sus planes marchaban según sus planes dentro de unos años las superaría.

El año anterior su amiga y secretaria asistió como todos los años pero un grupo de depravados quisieron pasarse con ella, algo que no permitió y les dio una lección. Si eres una mujer joven y bonita como ella lo era claro que llamaría la atención de varios de ellos, incluso él probo un poco de su furia por enviarla a este tipo de eventos donde muy pocas personas conservan buenos modales...

–¡Kirigaya que bueno verte aquí! –suavemente volteó hacia la persona que le nombró.

–Bercouli-san –saludó con un leve apretón de mano al hombre que parecía más un luchador profesional que alguien dedicado a los negocios.

–Oh vamos llámame padre... no seas así conmigo –dijo triste al momento que lo jaló y encerró en un fuerte abrazo.

Dato número uno de Bercouli-san; cuando lo conoces mejor, te das cuenta que su apariencia es engañosa detrás de ese hombre corpulento, mirada sombría y dura existe una persona muy amable y amistosa. Dato número dos; su carácter tanto física como emocional es diferente al de su hija, a simple vista nadie creería que es el padre de Alice. Pero en ocasiones ambos dan miedo... asique no puedes confiarte a lo que vendrá...

No Fue Suficiente...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora