CAPITULO 1. Día A Día
Akira Suzuki
Verlo siempre era agradable, cuando el entraba a la tienda, yo me sonrojaba hasta la raíz del pelo pero hasta entonces yo no lo veía raro, porque no tenía esa sensación con nadie más, por lo cual no pensé fuera malo, era más algo especial. el traía el uniforme de una escuela de buena fama, aunque no sabía en qué grado cursaba. De lo que estaba seguro, es que siempre pasaba, como a eso de las dos de la tarde, por galletas caseras de vainilla, dos bolsitas.
Día a dia, era la rutina; levantarme temprano para ir a clases y al regreso, comer, hacer tarea y ayudar a mi abuelo en su negocio una dulcería y ¡Claro verlo llegar! Para entregarle sus galletas.
No recuerdo con puntualidad, cuando fue que comencé a despedirle tan alegre, creo que fue un miércoles, el me sonrió y desde entonces se despedía de mí.
-¡Adiós!
-!Qué, te vaya bien!
A veces me cuestionaba, porque no tenía el valor de siquiera preguntarle su nombre, ya casi cumplía un año como nuestro cliente y solamente seguíamos regalándonos una sonrisa.
¡Tal vez hoy, tal vez hoy¡
Me decía yo, le preguntare como se llama. Pero al llegar la noche el resultado era el mismo
. Haba días, que me consumía entre la escuela, el negocio y también mis clases de música. Si ese era mi sueño, llegar a ser músico ¡Claro que, esto lo hacía yo, muy a escondidas! Suficiente con que mi mama, se matara trabajando para darme una buena educación, mi papa había muerto hace tiempo
. Esa era otra razón de trabajar con mi abuelo, así podía pagarme ciertos gastos y evitar que mamá y mi hermana, se quedaran cortas de dinero.
Sin darme apenas cuenta, había llegado fin de año.
E inconscientemente yo estaba intranquilo
Ya había pasado la hora en que llegaba por sus galleta ¡Y nada!
Mi abuelo me sonrió de pasada, como si supiera lo que deseaba, verlo mejor dicho ¡ anhelaba vero aparecer! Me aviso que se iba, si quería llegar a tiempo, con mi mama y hermana, yo asentí y espere.
Resignado por entero, saque las llaves para cerrar el negocio en breve. Vi que la nieve era más constante.
De pronto la campanilla de servicio tintineo, yo me asome por sobre el mostrador y...en cuanto nos miramos sonreímos.
-¡Ya es tarde!- le dije feliz, pensé que ese día no lo vería pasar por sus galletas.
!Y me daba emoción verlo llegar!
-Oh, en verdad! -Miro su reloj-
-¿Entonces te, ya te vas con tu familia?- pregunte sin más, poniendo las bolsas al mostrador y una de cortesía
-No, no vivo con nadie - soltó con franqueza, luego miro las bolsas y antes de que dijera nada, le avise que era de cortesia y sonrió,
- ¿Y tú, que hay de ti?. -me pregunto algo sonrojado y poniendo su cabello tras su oído.
-Ahh n-no, hoy no será, mi familia está lejos. Seguro mañana voy con ellos.
-Ahh - se mostró algo desanimado- ¿Quieres una galletas?- abrió su bolsa, yo lo mire y le sonreí- ¡Por año nuevo!- oferto animado.
-En ese caso, yo te invito algo de beber
-Ok- se sonrió convencido, le invite a pasar del otro lado del mostrador, despachamos a cinco personas más y se quedó allí conmigo para cerrar la tienda, eran las 11:30 hasta entonces nos dimos los nombres.

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ESE CHICO ES MUY DULCE
Storie d'amoreAkira trabajaba, en la tienda de dulces de su abuelo, en donde le gustaba estar, pues la gente venía por algo de dulzura para alegrar sus vidas. A ese lugar ha llegado un chico único de quien sólo sabe, que compra sin falta unas galletas caseras y...