Capítulo 3

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Un hombre me acaba de besar. Maldición... ¡un hombre me acaba de besar!

Bueno, al parecer hombre.

Pero eso no lo mejoraba, y tampoco mejoraba estar pensando que sus labios me parecían suaves y un tanto dulces. Solo fue un roce de labios, Jungkook, calmate un poco. Seguramente esos labios carnosos los había probado en más de una ocasión... Y no sé cómo sentirme al respecto.

Saliendo del shock presté un poco más de atención a mi entorno, empezaría a investigar sobre mi nueva vida, y empezaría desde donde me encontraba: justamente ahora. La habitación era un poco espaciosa, lo que dejaba lugar para una cama gigante que ocupaba demasiado espacio en la habitación, pero era jodidamente cómoda, casi se sentía como estar en una nube. Había un televisor pantalla plana justo frente de la cama, vaya que la tecnología había avanzado en los últimos años. Una estantería adornaba un lateral de la habitación, en este podrían haber más de cíen libros, todos parecían ser de medicina, mientras que en las paredes se distinguían distintas fotografías, cuatro para ser exactos.

Levantándome me acerco para verlas fijamente.

En la primera salía el azabache junto a una mujer de edad avanzada y un chico bastante parecido a él, ese debía ser su hermano, y la mujer su madre, sus ojos eran muy parecidos. Estaban en un lugar frío, la nieve de fondo lo afirmaba, y sus mejillas sonrojadas por el frío también. Ver a los tres con sus ojos cerrados por sus sonrisas era bastante tierno.

La segunda era mi familia, estábamos en una cena, o así lo parecía. La comida abundaba en la mesa, y todos mis tíos y primos se encontraban al lado de mis padres y de mí. Me calculé al menos unos dieciocho años para cuando tomaron esa foto. Me veía en proceso de crecimiento aún, mis mejillas rellenas estaban derritiéndose poco a poco, y mis facciones por más tiernas que se veían empezaban a endurecerse. Me encontraba sonriendo, cosa que me hacía ver más aniñado.
¿Qué habrá pasado con mi familia?

La tercera foto era yo junto al pastor alemán llamado Colibebé, nos encontrabamos en un parque, deduje que en plena primavera. El pasto se veía de un verde muy brillante, de fondo algunas flores colorida resaltaban y un lindo cielo con nubes blancas se daba a relucir cuando yo estaba acostado en el pasto con Colibebé dormido en mi torso. Esa foto parecía más reciente, el cachorro en esa fotografía se veía más pequeño que ahora, pero tampoco pudo pasar mucho tiempo, al menos habrían pasado unos pocos meses.

Moviendome un poco llego a la última fotografía enmarcada, y pude jurar que el desmayo estaba a la vuelta de la esquina.

Era el chico azabache y yo, nos estabamos besando muy dulcemente, por lo que parecía... En nuestra boda.

Estaba casado. Casado con alguien que por lo visto amaba mucho, pero no recordaba. Éstas cosas no me pueden estar pasando a mí.

Maldita vela del infierno, ¡no tenías que cumplir mi jodido deseo!

Mis ojos no podían dejar de ver aquella fotografía. Me veía... A parte de guapo, feliz, muy feliz. En el beso se distinguía mi suave sonrisa, y en los carnosos de él se asomaban levemente sus perlados dientes gracias a una sonrisa sincera.

Él vestía un saco totalmente blanco, mientras yo uno totalmente negro, el bolsillo de mi traje lo decoraba una preciosa rosa amarillenta, mientras que el de él una rosa azúl. No sabía qué significaba aquello, pero se veía original los colores de las rosas.

Nos encontramos en una recepción, parados justo en frente de la mesa donde habíamos firmado el acta de matrimonio, nuestros labios levemente unidos, con nuestros ojos cerrados delicadamente. Todo parecía ser de ensueño.

Todo muy lindo, sí, ¿pero ahora qué se supone que haga? ¿que finja ser ese Jungkook? ¿cómo puedo fingir ser alguien que no conozco?

Necesito mi vaso de leche achocolatada para pensar soluciones y no más dudas.

Respira, Jungkook tu puedes... A quién engaño, no sé qué haré.

Dirigiéndome a una puerta del lado opuesto a donde había salido el azabache abrí esta, encontrándome con un baño totalmente blanco y dorado, se veía bastante modernista y limpio, era amplio y contaba con un jacuzzi, al parecer aquí no escatimabamos en gastos.

El espejo de cuerpo completo se encuentra ante mi ahora cuerpo marcado. Aún no podía creer que lo que antes parecía más huesos que carne ahora estuviera relleno de músculos definidos y duros. No quiero imaginar todas las horas que pasé metido en un gimnasio.

Mi mano izquierda se pasea por mi ahora abdomen marcado, y siendo ese estúpido adolescente que seguía siendo empecé a contar cuadrito por cuadrito mientras los tocaba, y allí me di cuenta como algo brillaba en mi dedo anular.

El anillo de matrimonio.

Un poco asombrado llevo mi mano más cerca de mi cara para observarlo mejor.

El anillo era de oro, su brillo era único tanto como su color. Quitándomelo pude notar por el escrito interior que había un nombre en él.

"Jeon Jimin."

No recordaba que ninguno de mis familiares tuviera aquél nombre, así que la única opción que quedaba era que ese nombre perteneciera a el chico de cabellos azabache, o sea mi esposo.

—Jeon Jimin... Suena extraño, pero bonito.— Susurré, tratando de adaptarme a mi nuevo tono de voz.

Corté mis pensamientos para abrir el grifo del jacuzzi, esa belleza tenía que utilizarla.

Esperé que se llenara a un cierto punto donde no se botara el agua al adentrarme, y cuando estuvo lleno agregué algunas fragancias que había encontrado al borde del jacuzzi.

Primero una pierna, luego la otra, y listo, estaba sumergido en un jacuzzi exclusivo con agua tibia y fragancia a... Manzanilla, sí.

Moviendo mis brazos de un lado al otro provoqué que burbujas empezaran a formarse en el agua, y como un niño feliz comencé a jugar con la espuma. Sería más divertido si tuviera un patito de ule.

En medio de mi segundo peinado con espuma abren la puerta sin tocar, y claro, es el azabache, ahora llamado Jimin.

Pude escuchar su risa al posar sus ojos en mi cabello, este se encontraba hacia arriba gracias a las burbujas y el shampoo.

—Jungkookie, deberías apresurarte, debes ir al hospital.— Dijo mientras se acercaba para sentarse a la orilla del jacuzzi.

Como mecanismo de defensa mis manos pararon a mi entrepierna, tratando de ocultar algo que Jimin seguro ha visto más que yo, sin embargo no dejaba de sentirme avergonzado y expuesto.

—Y-Ya saldré, deja termino con esto.— Respondí pareciendo normal, aún no me acostumbraba a su presencia. Por Dios, si lo acabo de conocer, no me siento cómodo hablando con él.

—Mejor dejame ayudarte.— Ofreció.

Tragué en seco al ver como la bata de baño blanca caía al piso al soltarla de su cintura.

¡Jungkook te dará un infarto, controla tu corazón! ¡estás muy joven para morir!

🌼

Les diré una cosa... Se supone que no actualizaría hoy, pero como esta semana tengo mucho que estudiar para la universidad me decidí a publicarles este capítulo, y ya la semana siguiente tener tiempo para escribir. Pero equis, ya dejo de contarles mi irrelevante vida.

Espero les guste y disfruten de este capítulo.

Gracias a cualquier personita que lea, vote o comente esto 🐾💚

Make A Wish ➳ Kookmin •☽•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora