Capítulo 5

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—Kookie el desayuno está listo.

Pude escuchar su voz melodiosa fuera de la habitación.

Luego de aquél baño extraño yo no me sentía bien emocionalmente y Jimin al parecer lo notó, solo que estaba equivocado sobre el porqué de mi bajo ánimo.

Las dudas son tantas que me hacen arrepentirme con cada segundo que pasa. Vivir esta vida es más complicada de lo que pensé.

—¿Kookie?

Me encontraba sentado al borde de la cama, ya vestido con algunas ropas deportivas que encontré en lo que parece mi lado del armario. Jimin aún seguía con su bata de baño, por lo que veo le gustaba pasearse en pelotas por todos lados.

—Ya voy a comer, Jimin.— Sin ánimos me levanto de la cama para pasar por su lado y dirigirme a la cocina, ¿el problema? No sé dónde está la cocina.

—Ese... Es el baño principal, Kook.

Cierto, esto no podía ser la cocina. Redirigiendo mis pasos salgo de lo que ahora me entero es un baño, no tan lujoso como el de la habitación, y camino hasta el final del angosto pasillo. Se veía como una luz al final del túnel.

Al llegar pude visualizar un salón amplio y estilizado, con asientos de cuero negro y algunos pocos blancos. Había una gran ventanal, por donde se colaba el fuerte resplandor del sol mañanero, calentando levemente la estancia. Una pantalla enorme se encontraba postrada en la pared. Alfombras suaves adornaban el suelo de madera. Portarretratos y cuadros pincelados decorando el lugar y dándole un toque hogareño. Juguetes para cachorros regados por todos lados. Y una linda consola de videojuegos del futuro esperando a ser utilizada por mí. Eso sí podría levantarme el ánimo.

Pude sentir un jalón leve en lo bajo de mi pantalón deportivo, y al bajar la vista me encontré a Colibebé mordiendo la tela jueguetonamente.

—¡Oh! pequeño, ¿quieres jugar?.

¿En serio mi ánimo era así de cambiante solo por un perrito?

Me agaché hasta quedar arrodillado en el suelo para sobar tiernamente la cabecita del cachorro, este complacido se inclinaba más hacia mi tacto.

—Es extraño que de un día a otro Colibebé esté tan cariñoso contigo... Conclusión: hoy es un día muy extraño.— Explicó el azabache, con una mano en su mentón.

—¿Por qué lo dices? Colibebé es un amor.— Defendí al pequeño cachorro, aunque no tenía ni la más mínima idea si aquél cachorrito era un ángel como yo pensaba.

—El amor que desgarró los muebles nuevos el mes pasado, que ensució con sus gracias la alfombra traída desde París, que se revolcó lleno de lodo en nuestra cama y que tumbó el jarrón de tu abuela hasta romperlo en mil pedazos.— Sonrió irónico mientras enumeraba cada catástrofe que el lindo de Colibebé ocasionó.

—Malo, niño malo.— Regañé mientras colocaba mis manos en la cintura, tal como hacía mi madre al regañarme.— El jarrón de la abuela es muy importante.

—Era.— Carraspeó.

—Era muy importante.— Corregí, apuntando con mi dedo hacia el cachorro, quién tenía su mirada baja junto a sus orejas agachadas.— ...Es broma campeón, yo a tu edad también rompí el jarrón de mi tatarabuela, no querrás imaginar el humor de mi madre.— Bromeé, acostandome en el piso para que Colibebé empezara de nuevo a juguetear conmigo.

—A veces creo que tengo a dos cachorros en vez de uno.— Jimin rodó los ojos, mientras una sonrisa se colaba en sus labios.— A comer.

Ambos dejamos de jugar para seguir a Jimin hasta la cocina. Había una barra separadora en donde varios bancos se encontraban, tomando asiento esperé ansioso mi desayuno con Colibebé esperando sentado junto a su plato de comida. Eramos similares en algunos aspectos.

Make A Wish ➳ Kookmin •☽•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora