one-shot》2

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        —Sprinklers don't know about love.

        —Sprinklers don't know about love

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    —¡Oh, Sonya, Sonya....! La más bonita de las novias —gritó esa voz perfectamente reconocible—. Cuando te veo, creo que me mareo. Cuando me abrazas, estoy que me matas.

Salgo corriendo del baño y me asomo por la ventana.

    —¡¿Quién es ese chico?! —oigo gritar a mi madre desde el salón.

Ese chico es mi novio. Y está ligeramente loco.

Aprisa, bajo las escaleras de dos en dos y pronto llego al rellano. Cierro mi chaqueta y me dispongo a salir. Una vez fuera, veo cómo Montgomery está leyendo un supuesto poema y agarrando un ramo de rosas. Junto a él, sobre la hierba, ha colocado pétalos de rosa de tal manera que forman un corazón.

Me acerco riendo a él.

    —Oh, Sonya —me mira embobado—. Bueno, voy a seguir. Oh, Sonya, Sonya. Tú mi Julieta, yo tu Romeo.

Riendo, miro hacia todos lados, viendo como mi madre se asoma por la ventana del salón.

    —Tú mi Leia, yo tu Han Solo. Tú mi Jack, yo tu Rose... ¿espera? —frunce el entrecejo, mirando el arrugado papel—. Que le jodan al guíon —acto seguido lanza el papel por los aires—. Sonya Vallen, ¿quieres ir al baile de graduación conmigo?

Me ha agarrado de ambas manos y ha formulado la pregunta de las forma más directa. Yo no puedo hacer otra cosa salvo reírme.

Asiento varias veces, pero eso no le basta.

    —¿El qué? —dice chinchándome—. No te oigo.
    —Que sí, estúpido.

Suelto sus manos, agarro sus mofletes y coloco mis labios sobre los suyos. Noto sus manos posarse sobre mis cintura y, posteriormente, noto cómo hace la cosa más bonita del mundo; sonríe en pleno beso.

    —Te quiero —dice separando un segundo sus labios y volviéndolos a juntar con los míos.

Instantáneamente, noto cómo algo cae sobre mi hombro. Y luego sobre mi mano, y sobre mi mejilla, mi frente. ¿Está lloviendo?

Separamos nuestros labios y miro extrañada mi jardín.

    —¡Los aspersores! —grita mi madre—. Os vais a empapar, entrad.

Oigo la característica risa de Monty, y pronto se me contagia. Agarrados de la mano, entramos a mi casa. Una vez allí, nos espera mi madre con varias toallas.

    —Eso ha sido precioso, —le comenta mi madre a Monty—. pero si me hubieras avisado, habría apagado el riego.
    —Fallos técnicos —dice mirándome y acto seguido suelta una carcajada.

Monty agarra una de las toallas que nos ha traído mi madre y la coloca cuidadosamente sobre mis hombros. En ello, me rodea con sus brazos y deja un suave beso sobre mi mejilla.

    —Qué bonito —oigo decir a mi madre desde la cocina—. Aún recuerdo cuando me enamoré de tu padre.

Montgomery me mira y esboza una tímida sonrisa.

    —Era un romántico. Cada día me inpresionaba más —suelta un pequeños suspiro—. Sólo os digo una cosa. No malgasteis estos momentos juntos. Aprovechadlos, sed felices.

Noto la mandíbula de Monty apoyarse al lado de mi sien.

    —Pero sobretodo, —continúa mi madre—. valoradlos. Si no los valorais, os arepentireis de ello más tarde.

Montgomery me sopla la cara, lo que hace que me gire para mirarlo. Él me mira, cada facción de mi cara, y sonríe.

Claro que valoro estos momentos. Porque la manera en la que Montgomery me hace sentir es algo increíblemente surrealista.

Montgomery de la Cruz  [o.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora