Prólogo

136 7 2
                                    

Adrenalina recorriendo mi cuerpo, la música sonando en cada rincón, las luces estrambóticas brillando con toda intensidad cegándome por instantes. Cuerpos sudando, llenos de energía bailando al ritmo del electro house. Manos sosteniendo vasos llenos de licor y un cosquilleo particular en mi lengua.

Esa grande, elegante y ridículamente lujosa casa se convirtió en un océano de miradas, besos, caricias y hormonas excitadas. Todo iba bien, la mejor fiesta de mi monótona historia... Pero llegó él.

No tenía salida, yo quería divertirme pero sus brazos tonificados e irresistibles me acorralaban y no me daban oportunidad de escapar... En un descuido, y como mi alcoholizado cuerpo me permitió, tomé su antifaz, importándome muy poco si podía parecer infantil o llegaba a hacerle daño y corrí, me alejé sin un una trayectoria coherente en mi cabeza, esquivando cuerpos como si mi vida fuera a terminar si me atrapaba... Pero lo hizo. Me tomó por sorpresa, me abrazó desde atrás, besó mi cuello y me dejé llevar.

Alcohol por montones, pastillitas de colores y todo se empezó a nublar.

MASKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora