"Comienzo"

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En una sociedad donde no hay leyes ni reglas, donde la humanidad aún no existía, donde el sol, las estrellas, las galaxias no existían, pero si existía algo... un universo, en alguna parte a billones de años luz de la tierra. Hace billones de años donde la historia misma se pierde, está una sociedad por así llamarla: Los Kurs. Los Kurs eran una raza de las pioneras, de lo que se puede llamar vida ¿Quién los creo? La historia es tan antigua que las memorias se exilian y no hay recuerdos de su creación, simplemente existían. Cada Kurs era único, cada uno existían en cada parte del universo, eran pocos ya que carecían de reproducción, seres ¿inmortales? No lo sabían, ellos no tenían semejanzas, eran únicos en el universo, no sabían que era morir o que era ser mortal, estas palabras no tenían significado, es más no existían en su vocabulario. No existía tiempo ¿Qué es del tiempo si no existe? Pero ¿Que eran exactamente los Kurs? Ellos eran figuras enormes, espectrales, carecían de un cuerpo físico en sí, podían convertirse en lo que quisieran, un satélite natural, un planeta, una galaxia, su velocidad no tenían comparación, podían moverse de un lugar a otro dentro del universo. Vivían cada uno en lo que podría llamarse hogar, que en realidad era el espacio o la nada, una parte del universo era de ellos. Eran muy pacíficos, nunca habían estado en guerra o peleas, todo lo arreglaban en enfrentamientos de palabras o de palabras psíquicas, pero siempre había una solución para el "problema". No necesitaban de líder, ellos eran sus líderes, sus gobernantes, su dios, lo eran ellos mismos, no necesitaban de nadie, estar solos era lo más relajado a lo que se puede expresar.

Vivieron así por tiempos que no se puede expresar en números terrestres, pero había alguien que no estaba de acuerdo con tanta paz, que no le gustaba estar solo, comenzó a hacerse una pregunta que ningún Kurs se la había hecho jamás en toda su existencia ¿Por qué existo? Ese Kurs estaba convencido de que él existía para algo más. Su nombre era Kuraina, por mucho tiempo estuvo con esa inquietud, o tal vez toda su existencia, pero ya no más, debía hacer algo para poder cambiar en lo que era el universo ¿pero que podría hacer? Tuvo una idea, ser el gobernante del universo, que todos los Kurs se arrodillasen ante él y crear su imperio, crear ¿vida? ¡si! Crear vida y él ser llamado Kuraina Supremo, y ser homenajeado por ser lo que es un Kurs Supremo. ¿Cómo convencía a los demás de que le siguieran? Solo había una manera, a la fuerza.

Y así fue, mucho tiempo planeó como atacar a los demás Kurs y hacer que se arrodillen ante él y que le siguieran, comenzó atacando a sus "hermanos" uno a uno, todos iban cayendo, cada lucha era una fractura del universo, pero Kuraina iba ganado, muchos al ver su causa se le unieron, estaba creando un ejército. Hasta que del otro lado del universo otro Kurs llamado Miguex se enteró de esto y llamó a todos los Kurs que aun no estaban con su adversario, les comentó sobre lo sucedido al otro lado del universo, decidieron luchar, y quién más que dirigir que el propio Miguex un Kurs valiente y poderoso, capaz de crear galaxias enteras, pero ¿qué había pasado con el pacifismo de los Kurs? Kuraina lo había destruido, ahora era la guerra. Las luchas incrementaban y Kuraina iba ganando, la gran mayoría de Kurs estaban de su lado y listos para acabar con quien no estuviera de acuerdo con él; Kuraina el Supremo, pero Miguex era astuto, enlistó a todos los que aún tenían cordura e hicieron su batallón. La gran batalla estaba muy próxima a llegar: La Guerra de los Kurs. Ambos bandos se enfrentaron con euforia, pero ¿Cómo era una pelea de Kurs si no poseían de cuerpos físicos? El ser un Kurs, sus aspectos metamorfos y con poderes indiscutibles y único en cada uno de ellos, su batalla era un mar de colores que, terrestremente no existirían ni en la mayor imaginación, explosiones de colores, dañó al universo. La Guerra duró por lo que en años terrestres sería cincuenta mil años, cada muerte de un Kurs era un dolor para Miguex, su especie se autodestruía por la ambición de un Kurs, uno solo... ¡Kuraina! Debía destruirlo, a él debía asesinarlo y la Guerra acabaría, acabaría el sufrimiento.

El sufrimiento y caídas de Kurs eran muchas, su propia raza, la única raza en la existencia misma se agotaba y ningún bando era el ganador. La guerra llegó a la situación en donde ya era el final, solo quedaban pocos Kurs en ambos lados, era todo o nada. Miguex y Kuraina estaban frente a frente con sus pocos guerreros a sus espaldas. —Ya es hora de que esto acabe —comenzó a decir psíquicamente Kuraina lleno de euforia— no podrás conmigo, Miguex, yo Kuraina el Supremo seré el ganador y haré mi reinado.

—Tuviste tu oportunidad, pero ya no más, no pienso perdonarte tu existencia, Kuraina, esto acaba ahora. —Dijo Miguex apenado que su historia pronto acabaría y tal vez no quede nada en el universo mas que solo un vacío.

Y comenzó... todo se llenó de colores y una brutal lucha se liberó, luego ya no quedaba Kurs, todos habían dejado de existir, salvo por dos últimos Kurs que no dejaban de luchar con tanta determinación: Miguex y Kuraina. —Hemos luchado tanto que ya nos estamos debilitando y somos los únicos Kurs vivos, si uno gana quedará solo, únete a mí y se mi mano derecha y podremos gobernar juntos. —Dijo Kuraina. —Rechazaré tu oferta, pero es preferible que no exista nada a que tú gobiernes —le respondió Miguex— esto acaba ya. Y ambos lucharon, pero ambos se descuidaron de algo, de que el universo no podía resistir más, aquella guerra tan irreal originó una brecha la destrucción del universo, comenzó a resquebrajarse por todos lados, comenzaron enormes explosiones por todo el universo, ambos pararon la lucha, pero fue muy tarde, fueron arrasados con la explosión que se provocó en ese momento, una explosión tan potente como nunca jamás, que hasta billones de años se conocería como la Explosión del Big Bang.

Kurs: La BúsquedaWhere stories live. Discover now