《The Life Goes On》| (HIATUS)

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Esa mañana había sido tranquila, calmada, relajada, incluso si habían desayunado juntos, no hubieron peleas, comentarios ofensivos o risas ofensivas. Algo estaba mal.

— ¿Goth? — Geno llamó a su hijo con profunda preocupación en su voz intentando disimularla. — Estas muy callado desde que Palette volvió a su casa, ¿no quieres hablar sobre algo?

El niño negó con su cabeza, quería despejarse de todo eso, el recordar a su amigo le rompía su frágil alma. Él sentía algo más, recordar los momentos donde compartieron sonrisas y abrazos le dolía, el querer escuchar sus chistes malos le dolía, el haberlo regañado tantas veces por andar comiendo pintura calaba en su alma. Lo extrañaba más de lo que se extraba a un amigo, y Palette no lo había llamado tampoco, se sentía vacío, como si hubiera pasado un montón de tiempo.

—... Geno, el niño está llorando, dile algo.

— ¿Q-Qué? Tú también eres su padre, dile algo tu también.

— ¿Entonces aceptas que soy tu padre y tu su madre?

— Te mataré.

— Soy la muerte querido.

Geno suspiró rendido, discutir con Reaper en el desayuno era imposible, ver a su hijo llorar obviamente le partía el alma, pero el que su pareja no pudiera consolarlo le dolía más, entendía porque Reaper temía abrazarlo o tocarlo, y bromear de otra cosa solo era una excusa para no dejar de sonreír.

Goth sintió al fin las lágrimas y las limpió rápido, agradeciendo que sus padres no le prestaran mucha atención a eso.

El silencio reinó por un buen rato hasta que Reaper decidió hablar.

— Pues... Me iré a trabajar, regreso cuando acabe, quien sabe cuanta gente se muera esperándome.

— Vete de mi casa. — dijo escondiéndose en su bufanda intentando que no se viera la pequeña sonrisa que se le formó.

Goth sonrió levantándose, deseoso de acompañar a su progenitor, pero antes de siquiera preguntar, ambos le habían quedado mirando con tristeza, como si sus padres vieran el futuro que le esperaba por ser hijo de la muerte y no quisieran arruinar el único tiempo que le quedaba de felicidad e ignorancia. Agachó su cabeza y solo asintió subiendo las escaleras hasta su habitación.

Entre suspiros buscó algún libro, quizás leer algo le distraería, pero un sonidito le llamó la atención y vio su celular.
¿Desde cuando que no lo veía? Oh, desde que Palette se fue.
Lo encendió, aún tenía 73% de batería, jamás lo usó mucho. El sonido de vibraciones constantes le llenó los oidos, eran mínimo 150 notificaciones, todas de Palette, llamadas, mensajes (tanto de texto como de chat), mas llamadas, todas llenas de palabras lindas y dulce preocupación por no haber respondido nada.

Palette lo recordaba y se preocupaba. Nada pudo haber hecho mas feliz a Goth.

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No estoy muerta, andaba de parranda (?)