El color de las venas cortadas
de un adolescente,
o el de las lágrimas cargadas
de alguien reprimido internamente.
Píntalo color ansiedad
como las tres tazas de café
que toma él por las mañanas
sin soñar, solo amanecer.
Píntalo color angustia,
color soledad o color depresión;
pero nada será tan perfecto
como el color de la adicción.
Píntalo color éxtasis,
color cocaína o color emoción,
pero nada se compara
al color del centro de rehabilitación.
Píntalo color ansiedad
como el alma del que arriesga a su familia,
o como la de aquel inocente
al que llaman maricón y niña.
Píntalo color ansiedad
como el alma decaída
del que hace años no tiene libertad,
o color decepción
como el rostro de la madre
con un hijo que fracasó.
Píntalo color alegría
o color satisfacción
solo si quieres mostrar
una hipócrita emoción.
Píntalo color desprecio
y marginación,
píntalo color sociedad,
color opresión o color corazón.
Píntalo color asco,
color seriedad o color vocación;
píntalo con tonos de grises
y verás mi situación.
Píntalo color desgracia
como el secuestro de un hijo
o píntalo color insaciable
destacando totalmente el prefijo.
Píntalo color tristeza
como el corazón roto de porcelana,
píntalo color acoso
como aquel que se sufre cada mañana.
Píntalo con colores simples
como el sonido del aire pasar,
píntalo con tonos de grises
porque así es la realidad.
Valentina Delgado.
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Para un alma rota
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