Persiguiendo a mi Amor en Multiuniversos de Fantasía

Mundo de Sirenita: Poción de Cambio

Después de que Estrella planeara todo lo que haría, dejo de llamarse por ese nombre y empezó a usar el nombre de Feia... debía practicar puesto que aún se confundía, refiriéndose a sí misma como Anastasia.

En estos momentos se encontraba a un año del suceso inicial en la historia, tenía catorce años, era solo una jovencita... además ver el mar desde esta profundidad la dejaba maravillada... todos esos peces de diversas formas, plantas y piedrecillas eran adorables.

Recordó que en estos momentos Feia estaba jugando con algunos peces... hubo un momento de silencio... ella... jugaba con peces...

... Acaso... podían hablar... como en esas historias de su mundo...

Cuando vio que un pez rosa se acercaba a ella, y podía entender lo que quería decirle... fue aturdida y se desmayó... de nuevo... no había duda de que aceptar esta realidad, iba a ser más difícil que el mundo de la cenicienta.

...Minutos después...

Despertó y observó al pequeño pez rosa, este parecía preocupado por ella.

Se disculpó y siguió al pez devuelta al castillo, en el camino se dio cuenta de que en sí, el pez no le hablaba... pero ella entendía lo que quería decirle... no comprendía esa sensación, parecía telequinesis, pero quizá era una habilidad que poseía por que ahora era una sirena, ya que se sentía tan natural.

En el camino conoció a otras criaturas marinas que la saludaban y le daban obsequios como conchitas de mar o perlas, detalles que a la verdadera Feia le encantaban.

Todos le sonreían y le demostraban cariño, todos alababan a su padre por ser un buen rey.

Ella estaba un poco incómoda con la situación, no por el maravilloso recibimiento de la gente, sino por que recordaba como fue el inicio en el mundo de cenicienta, llena de miradas de aversión y odio, sin duda muy diferente a ahora...

Pero su tiempo con Fair, la hizo reconocer que estos gestos con los que las sirenas la veían, eran de adoración y cariño, como en la época en que gobernaba junto a él, en su reino.

Feia no lo percibió... pero la multitud la observaba detenidamente y se sintieron levemente aturdidos, sentían que su princesa actuaba de forma más elegante y magnífica, posiblemente estaba comenzando a madurar y florecer como una bella sirena...

Se sentía un aura de majestuosidad en ella, como si fuera una reina... les recordaba a aquella maravillosa sirena que gobernó años atrás, junto al rey Kaos... llenando a este país de felicidad y dicha.

Feia llegó a las puertas de un castillo majestuoso e imponente, fue recibida por varias doncellas sirenas, que verificaron que estuviera bien.

Luego fue llevada a su habitación y se le pidió descansar un poco, más tarde cenaría con su familia, y al parecer no había dormido bien últimamente.

Feia recordó que la dueña de este cuerpo, estuvo deprimida unos días, debido a que se acercaba el aniversario de la muerte de su madre.

Ella agradeció a las doncellas y cerró las puertas de su habitación, le pareció curioso verse rodeada de agua, pero no era incómodo... sentía el agua como el aire... como parte indispensable de su vida... era un sentimiento de comodidad y tranquilidad que no podía explicar.

La cama tenía la forma de una gran almeja, se sentía suave... pero extraña, se recostó en esta y movió suavemente su aleta... era curioso, pero a partir de ahora la vería por mucho tiempo y debía acostumbrarse a ella.

Durmió un par de horas, al despertar se preparó frente a un espejo, finalmente pudo vislumbrar su nueva apariencia, aunque sentía que no debía colocarse nada más, se veía hermosa tal y como estaba ahora.

La apariencia de la joven que se reflejaba en el espejo, era parecida a la de cenicienta en el anterior mundo... ese cabello dorado, esos ojos azules, esos labios rosas carnosos y esa piel tan suave...

Se sintió un poco rara, ya se había acostumbrado a su cabello castaño, en el otro mundo... pero pronto dejo de pensar en ello... ya que le traían muchos recuerdos dulces y dolorosos...

De una persona que amaba profundamente y que gustaba de acariciar su cabello castaño cada noche... afirmando lo hermoso que era...

...

Salió de su habitación y nadó hacia el salón, observó lo hermosos que eran los pasillos del castillo, veía muchos adornos brillantes, parecían hechos de oro y plata, tanta riqueza la dejó estupefacta.

Al llegar al salón, observó a toda su familia cenando, tres hermosas sirenas y un tritón mayor, de aspecto heroico y dominante.

Cuando todos vieron a la bella sirena en la puerta, revelaron unas sonrisas deslumbrantes, Feia se ruborizó levemente... esta familia era muy hermosa... se acercó y comió con todos... inesperadamente las algas y demás plantas le parecieron deliciosas.

En la noche, mientras descansaba en su habitación, meditaba sobre que hacer en el futuro, quería ir a la superficie o mejor dicho, tierra firme, pero... para ello debía obtener una poción especial.

Las únicas personas en el reino marino que podían preparar dicha poción según la historia, eran la bruja del mar y la hechicera del reino.

Pero la primera, le pediría su voz a cambio y posiblemente la convertiría en su esclava, mientras que la segunda, no aparecía muy seguido en el castillo, debido a que siempre viajaba por diversos lugares del mundo marino, en búsqueda de materiales para sus próximos experimentos.

...

Pronto recordó que en unos meses, la hechicera vendría de visita, ya que encontró un extraño material para una poción, en una desconocida cueva cerca del reino... si ella consiguiera ese material, podría intercambiarlo por una poción cambia formas, de esa manera no tendría que recurrir a la cruel bruja del mar.

Debía planear como encontrar dicho material o no podría convencer a la hechicera de ayudarla... también debía intentar buscarlo a él... al amor de su vida...

Si se encontraba en este mundo, permanecería en él... por ahora empezaría a investigar a los hom-tritones de este mundo... quizás se encontraba entre ellos.

Ella creía firmemente en él, las promesas que se hicieron en el anterior mundo, de que nunca la dejaría sola y que moriría antes que vivir en un mundo sin ella... que todo lo que éste ocurriendo fuera tan fantasioso y ficticio... le ofrecía un poco de esperanza...

de que él la hubiera seguido.