3

304 36 6
                                    


Veo cómo Mark palidece por lo que le acabo de decir, sé qué tal vez tenía qué buscar una manera menos brusca para decirle tal cosa, pero no, así soy yo de impulsiva y ¡plaz! Se de dije sin anestesia.

—¿Qué mierda?, ¿Mí hija?—dice negando con la cabeza.

—Si Mark, Amy es tu hija, y lamento contarte esto hasta ahora, pero entiendeme cuando te lo iba a contar te encontré en aquella situación.

—Serene esto me toma por sorpresa.

—Te entiendo Mark pero quiero que nuestra hija pasé tiempo con su padre, sé qué se siente no crecer con uno.

—No he dicho que no responderé por ella, y sé que no me estas pidiendo dinero pero es mi hija... Si es mi hija, no lo creo—dice sonriendo con nerviosismo—gracias por decirme esto, de verdad muchas gracias, y prometo ser buen padre para ella.

—No me agradezcas nada, tenia la obligación de decirte esto.

—Ahora si me lo permites quiero presentarte también como debe ser a mi pareja y a mí hijo, lo adoptamos hace un año, y es un niño super amoroso. —espeta con algo de nostalgia, tal vez piense que yo ni querria aceptar lo que me acaba de pedir.

—Está bien Mark, cómo te lo dije, no te guardo rencor a tí ni a tu pareja—digo dándole una tierna sonrisa—vamos.

Acto seguido llamo a Amy para que venga de donde estaba jugando y nos encaminamos hasta donde sé encuentra su pareja. A llegar a donde el nos mira a ambos y frunce el seño antes de decir.

—¡Hola Serene!, antes de que digas algo quiero ofrecerte una disculpa por lo de aquella noche, no debimos hacer eso en tu apartamento, de verdad lo sien..—lo corto antes de que terminé lo qué iba a decir.

—Agustín, calmate, yo a ustedes los perdoné hace tiempo, creeme qué no tengo nada encontra de ustedes, por el contrario quisiera qué siguieran así de felices como se ven.—digo dándole un abrazo

—Gracias Serene, Mark me había dicho lo buena que eres, pero ahora veo que eres mucho más qué eso. —Me dice correspondiendome el abrazo.

—Gracias.—digo separándome de él.

—Cariño, quiero contarte algo de lo qué me acabo de enterar—dice Mark captando la atención de Agustín.

—¿Qué es?—responde el castaño con intriga.

—¡Soy padre!—dice contento.—Serene me acaba de decir que Amy, está niña que está aquí frente tuyo es mí hija, mi verdadera hija, de sangré, lo que siempre soñé —dice abrazando a Mark

—¿Qué? ¿Me estás tomando del pelo?—espeta Agustín confundido.

—¡No!. ¡Claro que no! No sabes lo feliz que estoy. —dice dándole un abrazo y levantando al castaño.

—¡Ya bajame loco!—dice riendo—me alegro por tí, se cumplió lo que tanto deseabas.

—¡Siii!.

Yo me separo de ellos un poco tomando de la mano a Amy, sé que aún está pequeña y no va a entender muy bien esto, pero le diré que Mark es su padre.

—Mi niña, ven conmigo.

—Mami quiero un helado. —me dice con su voz súper tierna

—Púes vamos a comprarte uno ¿sí?

—¡Siiii!—Dice tiernamente.

Después de comprarle el helado nos sentamos en una banca, decido contarle a la pequeña que Mark es su padre, sé que mucho dirán que es algo inútil hacer tal cosa, pero me gusta tener siempre en cuenta a mi hija, para que se vaya acostumbrando qué ella puede opinar, y no me importa si es una niña o no, pero todos tanto grande como pequeños tenemos derecho a expresarnos y hacer saber que nos gusta y que nos disgusta.

—Amy mi cielo—digo llamando la atención de la pequeña.

—¿Sí Mami?

—¿Ves al chico qué está allá?—digo señalando a Mark.

—¡Si!—dice lamiendo una y otra vez su helado.

—¿Te acuerdas que siempre me preguntabas por tu papá?

—¡Si!—dice y yo río por obtener siempre la misma respuesta de ella.

—Bueno, el chico que ves allá—Digo señalando una vez más a Mark—él es tú padre, y él quiere compartir tiempo contigo.

—¿Mi papá?—Dice frunciendo su pequeño ceño

—Si mi muñeca. Él es tu papá y quiere conocerte más a tí.

Ella asiente y es lo único que necesitó para saber que ella entendió y acepto lo que le dije.

—¡Vamos para que lo saludes!

Acto seguido nos levantamos y nos encaminamos hasta donde se encontraba Mark con Agustín y el pequeño, ellos al percatarse de  nuestra presencia empiezan a caminar hacia nosotras también, Mark me mira de manera interrogativa y yo le doy una sonrisa calida.

—Mark, Ella es Amy, tú hija.

—¡Oh pequeña Amy! Eres completamente hermosa como tú padre—dice Mark haciendo que yo lo fulmine con la mirada y Agustín ría.

—Me llamo Amy ¿y tú? —dice con dulsura provocando la risa de Mark

—Yo me llamo Mark. ¡Un gusto princesa! ¡Para servirte! —dice y Amy ríe

—¿Y tú?—Dice mirando a Agustín.

—Yo me llamo Agustín preciosura.

—¿Y él?—dice mirando al pequeño que esta al lado de Mark.

—Él se llama Sam y es tú hermanito. —Dice Mark cargando a Amy.

Amy me queda mirando y sonríe tiernamente, mira a Mark y le soba el lóbulo de la oreja a su padre, haciendo que este ría.
Se ve lo emocionado que está, sabia que iba a reaccionar de esa manera, siempre ha sido un buen hombre, merece ser feliz.

—Papá, ¡Te quiero!

Ser Feliz Para Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora