—¡Oi, Leo! –Un gran y ruidoso grito se escuchó justo a un lado de su oreja, dejándolo prácticamente sordo.
—¡¿Quieres matarme?! –Le respondió el de cabello naranja con una mezcla de sorpresa y molestia.
—Jajajaj en realidad no pero te pareces a Noelle cuando mencionan a Kiato y pasa el día completamente en la novena nube. –Mencionó con gracia su amigo de grandes gafas.
—¡Tu callate, tonto Yankee! –El rostro completamente rojo de la chica no hacía más que causar gracia a quien hacía la broma.
—Ya, ya; todos sabemos que es cierto jajajajajaja –Volvió a reír pero tan pronto lo había hecho, término. —Volviendo al tema, ¿que te sucede hoy, Leo?, haz estado todo el día con la cabeza volando por ahí. Será que.... ¿Te haz enamorado?
—¡Whoooooa!, ¿eso es cierto?, ¿quién es?, ¿como se llama?, ¿lo conocemos?, y sino, ¿como luce?, ¿es lindo? –Ese montón de preguntas le fue disparada sin consentimiento por su rubio amigo, Luck.
—No me lo esperaba pero me alegra que por fin lo hallas encontrado, ¿de quien se trata?, ¿ya te le haz declarado? –Noelle parecía genuinamente interesada en el tema. Mientras tanto se adentraron en el salón ya repleto al que pertenecerían ese año.
—¿D-declararme? Pero....–Al volver la vista de sus amigos, hacía el frente no daba crédito a lo que sus ojos veían.
—¡Leo, hola! –Un pequeño peligris le saludó enérgicamente, pareciera que llevaban años sin verse o fuesen los mejores amigos. —¿Seremos compañeros? –El brillo en los ojos del bajito, le provocó sonreírle de vuelta. Pero no, esa no era una sonrisa común.
Era una que involucraba todos y cada uno de los afilados dientes del chico. Sus amigos estaban de piedra, dado que eso solo lo habían visto ellos y nadie más.
Por lo que llegaron a una rápida conclusión. ¡Ese era el omega de su amigo!
—¡Hola! Mi nombre es Luck, el es mi novio Magna y ella es Noelle; somos los mejores amigos de Leo. ¡Que bueno es poder conocerte! Nunca pensamos que Leo realmente encontraría un novio tan adorable... ¡Que buen gusto! –El rubio soltó todas aquellas frases, una tras otra sin percatarse de como los susurros comenzaban y una presencia se escabullía hasta sus espaldas.
—¿Novio?, ¿Que Asta es su novio? –Cada una de las preguntas fue lanzada con más y más rabia reprimida en ellas. —¿No te dejé claro que él es mio, idiota? –Ésta vez Yuno, realmente parecía querer matarlo con la mirada. Aunque el único que sufría las consecuencias era el inocente vaso de limonada en su mano derecha.
—¡Hey, calmate niño bonito!, ¿quien te crees para hablarle así a Leo? –Magna nunca permitiría que insultaran así a alguno de sus amigos.
—Tsk.... No estoy hablando contigo....
—¡Eso no importa! Además de grosero, tonto. ¿Como dices que ese chico es tuyo cuando es novio de Leo? –Esta vez era la voz de Noelle.
—¡Exacto!, deberías aprender a no meterte en las relaciones ajenas. –Luck realmente parecía indignado.
—Chicos....–Bien, Leo ya se había hecho a la idea de que aquel furico azabache lo odiara para siempre pero tampoco tenía intenciones de causarle algún problema al pequeño Asta por lo que buscaba una manera de parar toda aquella confusión creada por su amigos y la gran y celopata imaginación del más alto; más fue interumpido como se les comenzaba a hacer costumbre.
—¡Oi, Yuno! Deja de armar un alboroto. Además, ¡yo no soy de nadie! Dejen de inventar historias extrañas que no entiendo...–Un casi imperceptible puchero se formó en sus labios antes de seguir, y a pesar de ello el peli naranja pudo notarlo. —Leo es mi amigo, y tu también; así que llevense bien..–El azabache se vio un poco afectado por el termino que Asta utilizó para referirse a él pero aún así guardó silencio. Bien podía ser el alfa de más alta categoría en toda la universidad pero tratándose del bajo, el haría lo que el otro le pidiera.
—Tsk... Como sea. Solamente no te le acerques mucho. –Fue lo último que le dirigió al de azules ojos antes de entregar la limonada al peli gris e irse por donde llegó. –Bébela con cuidado, y juntémonos para el almuerzo, ¿de acuerdo? Ten una buena clase, enano..–El toque cariñoso en ese apodo era un gran contraste con esos ojos fríos que miraban a todos con cierto desprecio o recelo.
—¡Claro!, ¡Adiós, Yuno-kun! –Vitoreó el chico de la limonada mientras alzaba su mano izquierda al despedirse del otro. Al darse la vuelta y volver a la curiosa situación de antes, habló. —¡Lo siento mucho, Leo-kun; Luck, Magna y Noelle! Si pueden disculpar lo de antes, ¡seamos amigos!
–Esas palabras sorprendieron a todos los presentes en el aula, incluidos los aludidos. No cualquier alma perdida se atrevía a decir esas palabras en aquella universidad donde todos estaban consientes del estatus en el que tenían al pequeño grupo, incluido el menor de los Vermillion; un conjunto de rechazados, raros o pobres, eso eran ante los demás.—¡Waaaaaoh! Asta-kun es genial, ¡seamos amigos por mucho tiempo! –Fue lo que exclamó Luck al instante de haberlo procesado todo, y por ende tanto Magna como Noelle asintieron también.
Y sin más, todos tomaron asiento. Pues el profesor había entrado al salón y con lista en mano comenzó:
—Veamos.... Número uno: Agrippa Gordon. –Un murmullo que el profesor interpretó como el usual "presente" se escuchó, y por tanto la lista prosiguió hasta llegar a la letra N.
—¿Novachrono Asta? –Todos, incluido el profesor levantaron sus miradas en busca de aquel recién nombrado.—Presente. –Una sonrisa le siguió a aquella afirmación. Todos pasaron saliva, todos, incluso su reciente grupo de amigos.
"¿Novachrono?", "¿no estará confundiendo los apellidos?", "Pero.... Huele a omega".
Esos eran algunos de los murmullos y susurros que se escuchaban en aquella aula. Todos estaban sorprendidos, Los Novachrono eran la casa de Alfas más importante e influyente en todo el continente; era bien sabido que todos y cada uno de sus miembros poseían una u otra habilidad que los volvía superiores aun sobre razas occidentales. El ejemplo ideal era su líder, Julius Novachrono quien era excepcionalmente bueno en las finanzas, y los negocios por lo que además su estatus era alabando, hasta por los gobiernos de varias naciones.
Por ello el hecho de que un Novachrono estuviese en esa institución era toda una noticia que elevaría el nombre de la universidad hasta un nivel muy alto pero que este fuese un omega era.... Eso nadie lo vio venir.Aún con toda la conmoción, el profesor lanzó una pregunta de la que todos estaban deseosos de conocer la respuesta:
—Asta, ¿A que rama de la casa Novachrono perteneces? –Los corazones de todos latían furiosamente. Algunos querrían presumirlo ante otras clases y estudiantes de otras universidades pero algunos más, veían la ventaja ante sus ojos.
—¿A que rama? –Sus ojos parecían confundidos e incluso, ladeó su cabeza un poco dejándolo aún más en claro. —No sé que tan importante sea eso pero... Pertenezco a la rama principal, soy el hijo menor de Julius Novachrono y Marx Francois. –Ahí fue cuando todas las respiraciones pararon, y la quijada del profesor cayó hasta el piso.
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Bienvenido a: Casa Vermillion.
Fanfiction"Sus corazones estuvieron en juego a partir de éste momento. Una vez las cosas se dieran, nada podría cambiar". FINALIZADA 02/11/18.