Miradas curiosas, llenas de dolor.

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Bien, ellos pensaron que las cosas serían bastante más sencillas que aquello. Y es que, honestamente habían pasado por alto al aparentemente enamorado del pequeño de ojos verdes.

No es que pensaran que no habrían algunos obstáculos que pasar antes de que ellos pudiesen estar juntos pero ¿una pelea? Vaya cliché romántico y estudiantil se fueron a montar los dos rivales de amor en plena sala de estudio.

—¿¡Que no te dije que te quería lejos de él!?

—¿¡Quién eres tu para decidir de quien debería alejarme y de quién no!?

—¡Callate, estúpido!, ¡no me lo vas a quitar!

—¡Uno no pierde lo que no le pertenece! –Woah, golpe duro al ego y orgullo del más alto.

—¡Que te calles!

—¡Te molesta porque es cierto!

—¡Callate!

—¡Él no te ama!

—¡A ti tampoco!

—¡Eso no tiene nada que ver!

—¿¡Crees que no lo sé!?, ¡sé que te gusta, maldito!

—¿¡Estás loco!?, ¡estás imaginando cosas donde no las hay!

—¡No soy estúpido! Se lo fácil que es enamorarse de él.... –Su voz bajó de volumen gradualmente, pensativo pero pronto volvió a su tono agresivo y molesto. —¡Así que no quieras verme la cara!, ¡ALEJATE DE ÉL!

—¡Cuando el me lo pida, lo haré!, ¡Mientras, tragate mi presencia porque la tendrás por mucho tiempo, imbécil! –Todos, y cuando digo todos; me refiero absolutamente a todos los presentes, se quedaron de piedra al escuchar al pequeño Vermillion hablar de esa manera. Nunca, por más molesto que estuviese le escucharon ni vieron reaccionar de esa manera.

Porque, incluso sus amigos pudieron confirmar los que venían pensando desde hacía dos meses con respecto a los sentimientos cada vez más notorios de su amigo.

—¡ERES UN IDIOTA! –Y sin más demoras, el azabache se le fue encima al pelinaranja acertando uno o dos golpes en su quijada; mientras que el otro buscó golpearlo en el estomago, brazos y piernas, aunque su rostro tampoco quedó intacto antes de ser separados por Magna y un chico llamado Gouche, amigo de Leo.

Pronto la pelea paró pero sus agitadas respiraciones, labios y cejas rotas además de moretones persistían marcando esa rivalidad que ni el tiempo prometía llegar a borrar pronto. Y se preguntarán, ¿Donde está Asta? El no estaba ahí, aquel día había decidido no asistir a la universidad dado que había amanecido con claros síntomas de celo. Por lo que previniendo cualquier tipo de situación desastrosa, prefirió no presentarse.

Y vaya que fue conveniente, dado que si él hubiese presenciado aquella escena no le habría importando recibir algunos golpes en el intento de separarlos. Aunque en realidad, no sabría tampoco a cual de los dos apoyar.

Ya que si bien, uno era su mejor amigo desde que el mismo tenía consciencia del mundo; el otro... El otro le hacía llegar a sentir cosas tan extrañas que sentía no podría dejarlo de lado ante una situación así.

[...]

—Oi, Asta-kun... ¿Qué tanto piensas? –Le cuestionó alegremente su cuñado. Pues, pese a saber exactamente lo que sucedía prefería que el menor se lo contara por su propia voluntad.

—Finral-san....

—¿No me digas que el celo te está afectando más que otras veces? –Una pequeña broma que como de costumbre pasó desapercibida por el de grisáceos cabellos.

—N-no es.... No es eso.

—Entonces... ¿Quieres contarme?

—Es.... Es algo extraño...

—Si es lo que te tiene así de pensativo, lo escucharé sin importar cuán extraño sea. –La maternal sonrisa de su cuñado le dio la confianza para seguir contando lo que le sucedía.

—V-veras.... Últimamente, no.... Desde hace algunas semanas hay algo que no me deja en paz, es como si..... Yo... No pudiera respirar; aveces un olor a hierbas aromáticas y a agua fresca llena mis pulmones y aunque.... Aunque quisiera olerlo un poco más, me abruma tanto que....

—¿Te corta la respiración por momentos?

—S-si... ¿Como...?

—A ver, Asta. Como tus papás son aún un poco jóvenes supongo que les apena tratar éstos temas con su hijo más pequeño pero como yo soy un cuñado demasiado genial, te lo diré a eso se le llama Aroma restringido, eso es algo que un omega, beta o alfa es capaz de percibir solamente si esta cerca de su pareja destinada.... Eso para nosotros sería algo como ¿el aroma del amor? Es algo totalmente diferente para cada persona pero los síntomas son usualmente los mismos, ¿sabes quien es la persona que esta cerca tuyo cuando eso pasa? –Toda esa información recién recibida, había logrado dejar al menor en un estado de no comprensión, absorción, reacción y asimilación que duró varios segundos; aunque para el mayor parecieron minutos.

—E-eso.... Eso no puede ser, Finral-san....–La saliva pasó duro a través de la garganta del menor al percatarse de que tal vez, su cuñado si tenía la razón en todas y cada una de sus suposiciones.

—A ver..... Dejame adivinar..–Vitoreó con melodiosa voz el de castaños cabellos al mismo tiempo que fingía pensar seriamente acerca del posible candidato ideal. —¿Es ese chico, Vermillion?

—L-leo....

—¿Qué dices, Asta-kun?

—M-me gusta.... ¿Estoy enamorado de Leo-kun? –El sonido de la puerta se escuchó al abrirse, y ahí de pie con la boca ligeramente abierta y los ojos repletos de ira, decepción y dolor se encontraba Yuno.

—¿Enamorado? –Le cuestionó con incredulidad. —¡¿Estás enamorado de ese idiota?!

—Y-yuno...

—Yuno-kun, no deberías estar aquí; Asta no se encuentra bien ahora y....

—¡Lo sé!, ¡creí que estaba enfermo y vine a visitarlo! Pero no esperaba... No esperaba que el fuera a decir algo tan.... ¡¿Como puedes estar enamorado?!, ¡Lo conoces de solamente hace dos meses, Asta! Tu... Seguramente estás confundido..

—Yuno-kun, esas no son cosas que puedas cuestionarle a Asta..

—¿Qué no puedo cuestionarle?, ¿realmente estás diciendo algo así, Finral-san? Tu sabes lo que yo...

—Y porque lo sé, no quiero verte aún más herido...

—Asta.... Tu, ¿estás seguro de eso?

—Yo no..... No lo sé, Yuno.

—Entonces, ¿Aún podemos...?

—No, Yuno-kun.... Yo te amo de verdad, de verdad te amo pero.... No estás en mi corazón de esa manera. Tu eres una parte muy importante de mi familia pero....

—No correspondes lo que siento. De alguna manera lo sabía.... Pero no quería aceptarlo, yo realmente pensaba en que podría ser real, que.... Seríamos felices y tendríamos nuestra propia familia, unos lindos cachorros.... –Aquello estaba destrozando el corazón del pequeño omega en celo. Ya que a fin de cuentas ese chico destruido enfrente suyo, era su más grande amigo en la vida.

—Yuno....–El otro forzó una media sonrisa y salió del lugar dando un gran estruendo al azotar la puerta de una manera tan feroz.

Definitivamente tenía cosas que arreglar con ese maldito tipo sonriente, quien había osado arrebatarle el amor que él estaba seguro que le pertenecía desde el momento en que los ojos verdes de su pequeño omega se abrieran y le dedicaran esa mirada inocente y llena de curiosidad al verlo por primera vez.

Bienvenido a: Casa Vermillion.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora