Día 10

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Después de llegar y pelearse porque el mayor no tenía una cama extra, Ari y Andrés se quedaron profundamente dormidos.

Cuando despertaron ya era más de medio día y con hambre fueron a preparar su desayuno-almuerzo.

-Estaba pensando- Raptor al ver que no hubo una pregunta sarcástica comenzó a forzar la voz para evitar mostrar su tristeza - y me preguntaba si quisieras salir conmigo.

-¿A caso saldrás tú solo?- Andres miró al chico con una media sonrisa.

Esto ocasionó que el mayor también sonriera.

-Entonces- Ari tomó la mano del pequeño y depositó un pequeño beso en ella -es una cita.

Andrés ante tal acto, retiró la mano con brusquedad y se levantó de la mesa para dejar los platos en el lavavajillas.

-Iré a la habitación a arreglarme-

-Está bien- fue lo único que pudo llegar a decir el mayor ¿Realmente ese era el mismo Andrés que amaba?

Por otro lado, dentro de la habitación, Sparta se había sentado en el suelo con sus audífonos puestos para pensar.

Andrés pensaba en el pasado, cuando se sentía feliz.
Pensaba en el tiempo que estuvo con Ari.
Pensaba en que después de ese verano el color salió corriendo de su vida dejando un triste gris.
Pensaba en las palabras bonitas que el mayor siempre solía decir "Te vez tan lindo sonriendo", "Me encanta tu risa", "Te amo", "Me tengo que ir ¿me esperas?"

Y sin quererlo todo el dolor acumulado en esos recuerdos volvió a atormentarlo.

Aquellas lágrimas que salían sin control de sus ojos sólo podían ser calmadas por Ari pero Sparta no tenía las fuerzas suficientes como para llamarlo y como si lo hubiera escuchado, Raptor entro a la habitación para encontrarse al pequeño llorando, Ari se arrodilló frente Andrés y lo abrazó, susurrandole dulces palabras al oído.

Andrés sintiendo el suave palpitar del corazón del mayor se sintió mejor, aquella cualidad única del chico hacía que en verdad lo amara pues no había nadie más que lo pudiera calmar.

-Bien entonces ¿qué vas a usar?- dijo Ari separando al chico de su pecho -con lo que vistas te veras espectacular.

-Ok- dijo Andrés limpiando su nariz.

-Y yo usaré mi traje- Ari mostraba su característica sonrisa para terminar de calmar al pequeño -Ven vamos a vestirnos.

-Toma tu traje- dijo el menor -y vistete afuera-

Esa frase le sacó al mayor una linda sonrisa.

Ya estando listos salieron y tomaron un taxi para llegar al lugar de su primera cita.

-¿Lo recuerdas?- preguntó el mayor -¿recuerdas nuestra primera cita?.

-No.

Andrés mentia, cómo iba a olvidar la mejor noche de su vida, cómo olvidar como había bailado con el amor de su vida por horas, opacando al resto de parejas.

Sonando de fondo "Mi vida entera" Ari invitó al pequeño a bailar y tras negarse una vez, Andrés aceptó, pues para él, la mirada del mayor era una de las formas más fáciles de poderlo convencer, mirar como aquellos lindos ojos lo enfocaban solo a él lo hacían siempre cambiar de opinión.

En la pista de baile, Andrés tomó a Ari del hombro y su otra mano libre se entrelazo con la de su acompañante. Ari por el contrario tomó al pequeño por su cintura y ya con su otra mano entrelazada comenzó a moverse por la pista; sus cuerpos se movían en síncronia, sus miradas se conectaron y sintieron una vez más esas cosquillas en el estómago.

Raptor comenzó a dar unas pequeñas vueltas a Sparta y este seguía el ritmo. Todas las miradas se enfocaron en ellos dos, y en ese instante, el mundo se detuvo un momento para apreciar aquel espectacular baile que hacían los dos jóvenes.

El pequeño no quería que terminara jamás aquella canción, lo que no sabia era que a petición del mayor se repetiría durante una hora, dándoles el tiempo suficiente como para revivir aquella sensación que creían perdida.

Para los dos, el mundo ya no existía y aquel amargo dolor por un momento se esfumó.

Después de una hora llena de giros y síncronia, la canción se tenía que detener y al pasar ambos estaban exaustos.

-Te amo Andrés.

-Yo- pronunció Sparta con el corazón agitado y la respiración entrecortada -yo no.

Raptor sonrio sabiendo que mentía, lo sabía por la inquietud que expresaba su mirada.

-¿Quieres ir a dormir?- preguntó Ari mientras se aproximaban a la salida

-Quiero un helado.

Y con un helado culminaron el día diez.

Un Nuevo Intento, 10 Días (Spartor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora