Al día siguiente me levante muy temprano él estúpido de saul seguía rendido por cierto no me dejo dormir en la noche por sus ronquidos me vestí casual y me maquille natural y luego baje a desayunar mis padres estaban sentados en la mesa junto a mi prima y a mi primo postizo.
–¡Buenos días! –Dije sentándome en la mesa.
–Buenos días –Respondieron.
Cuando termine mi desayuno me pare del comedor y subí nuevamente a mi cuarto para retocar me y me encontré con saul que solo tenia una toalla enrollada en su cintura.
–Pensé que seguías durmiendo. –Dije mirándome en él espejo.
Saul me abrazo por detrás y dejó un cálido beso en mi cuello haciéndome estremecer.
–Saul tengo que salir. –Dije en un hilo de voz.
–No me importa, te prometo que seré breve. –Dijo sentándome en él tocador.
Dejo varios besos en mi cuello luego fue bajando hasta mis senos bajo él tirón de mi vestido y dejo varios besos por encima de mi sostén, subió una de mis piernas en su hombro y quito mis bragas introdujo dos de sus dedos en mi intimidad haciéndome soltar un leve gemido. Yo desesperada quite la toalla y deje salir la gran erección de saul justo cuando me iba a dar la primera embestida tocaron la puerta.
–Prima. –Escuche chillar a la mocosa de mi primita.
Rápidamente me coloque mis bragas y arregle mi vestido trate de regular mi respiración y luego abrí la puerta.
–¿Que pasa? –Pregunte un poco molesta.
–Sabrina te esta esperando. –Dijo.
–Gracias primita dile que ya bajo... –Dije con una sonrisa fingida.
Cuando se fue le dije a saul que se vistiera agarre mi bolsa y salí del cuarto baje la escalera y vi a sabrina acostada en él sofá.
–Sabri. –Dije sobre saltando la .
–Me asustaste pendeja. –Dijo poniendo su mano él pecho.
–Ay que exagerada eres. –Dije riendo.
–Ya vámonos babosa. Rodee los ojos odiaba que me llamara así.
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–Alta mira que guapo ese chico. –Dijo sabrina mordiendo su labio.
–Eres una pervertida. –Dije soltando una carcajada.
–Tu eres la culpable. –Dijo.
–¡YO! –Exclame haciéndome la ofendida.
–Sí, tu misma eres la culpable de que sea así ahora. –Dijo riéndose.
–No eres mas mentira porque no eres mas grande. –Dije riendo también.
Las horas transcurrieron entre platicas risas coqueteos con todos los hombres que pasaban etc... Deje a sabrina en su casa y volví a la mía desde que entre por la puerta mj prima corrió a abrazarme.
–Altagracia que bueno que llegaste. –Dijo mi prima.
–¿Que necesitas de mí? –Pregunte seca.
–Necesito, que me acompañes a comprar mi vestido de novia. ¿Puedes?.
–Por supuesto que puedo. –Le dedique una sonrisa falsa.
–Gracias, gracias prima. –Dijo abrazándome.
–Hasta mañana primita.
Subí a mi habitación vi una nota que había en la cama la tome y la leí decía.
~Mañana terminamos lo que empezamos~
Att: Saul.
Solté una pequeña risilla me coloque mi bata de dormir y me deje caer en la cama.
