Saúl

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Seguía tirada ahí en él pisó, quería salir de aquí quería estar en mi casa, la puerta se abrió y era él mismo hombre que me trajo aquí ayer.

–¿Que es lo que quieren de mí?... –Pregunté parándome.

–Eso abría que preguntárselo al jefe. Limpia tus lagrimitas y ponte él baby doll él jefe esta por entrar a verte y no le gustará no verte como él ordenó.

–Pues a mi no me interesa tu jefe no me pondré eso me quedaré así. –Dije con firmeza.

El se acerco a mi y enredó mi cabello en sus manos y comenzó a jalar me.

–Suéltame animal. –Grité.

El me dio una fuerte bofetada dejándome él cachete con un moretón.

–Mira lo que me hiciste hacer maldita perra. –Exclamó. Yo solo lo culmine con la mirada. –Martina. –Exclamó.

Al rato apareció una joven muy bonita.

–Dígame señor. –Dijo aquella joven que se veía que le tenía mucho miedo.

–Ponele maquillaje para que le tapes ese golpe de la mejilla y has que se ponga él baby doll él jefe esta por llegar. –La muchacha solo asintió y él hombre salió.

–Ven sienta te aquí. –Me ordenó aquella muchachita.

–Yo puedo maquillarme sólo no necesitó tu ayuda. –Dije.

–Fernando me ordenó que maquillará y lo voy a hacer. –Dijo.

–No lo haré yo. –Dije esto y le arrebaté los maquillajes de las manos y comencé a maquillarme después de unos minutos había terminado.

–Sí que sabes! –Exclamó. Y yo le guiño él ojo.

Antes de que me lo dijera cogí él dichoso baby doll y entre al baño me puse él baby doll y un abrigo. Salí del baño vi a Martina sentada en uno de los sillones.

–Dime una cosa ¿Eres feliz trabajando con dos psicópatas asesinos? –Pregunté.

–La verdad es que no. No soy feliz y nunca lo hé sido mi hermano desde que tenía 7 años abusaba de mi y a los 10 me metió a esta vida él me obligaba a matar y a torturar a las personas él y Fernando abusaban de mi cuando se les venia en ganas y por eso lo odio con todos mis fuerzas algún día podré vengarme de ellos. –Dijo entre lágrimas se veía que llevaba mucho odió por dentro.

–¿Y como se llama tu hermano? –Pregunté.

–S-saul así se llama mi queridito hermano. –Dijo con ironía.

–Saul... –Repetí.

–Sí así se llama mi hermano él es él jefe de todo esto él que te mando a traer. –Dijo y yo me quede totalmente sorprendida nunca me imagine que saul fuera un asesino.

–No te preocupes Martina no se como le voy a hacer pero vamos a salir de aquí pronto. –Dije y ella me abrazó yo también la abracé y nos separamos por él sonido de la puerta. Martina me miro y luego salio de la habitación.

–Saul. –Mencioné.

–¡¿Como sabes que soy yo?! No me digas que la estúpida de Martina te contó. –Dijo y se quito la máscara dejándome ver su rostro no puedo creer que él hombre que algún un día llegue a querer. Y ahora es un psicópata o siempre lo a sido y yo no me di cuenta.

–Ella no me contó nada es mas ni me cae bien esa niñita es una altanera y prepotente. –Mentí.

El soltó una carcajada.

–Y muy buena en la cama. Al igual que tu digo no creó que tu eres mejor. –Dijo riéndose.

Luego se acercó a mi y me quito él abrigo bruscamente dejando los botones expandidos por algunos lados de la habitación. Se mordió él labio inferior.

–Ay Altagracia cada día estas mas buena. –Dijo y me dio una nalgada que puedo jurar que me dejó una marca.

Yo no mencionaba palabra alguna estaba asustada muy asustada pero no podía demostrárselo.

–Porque no estas llorando, porque no me suplicas que te deje ir. –Exclamó y me tomé por él cabello.

–Suplicame  que te deje. –Dijo y me dio una bofetada dejando una marca en la mejilla.

Y sacó un látigo y comenzó a darme con él látigo por las nalgas. Mis lágrimas querían salir pero no podía tenía que se fuerte.

–Por mas que me pegues no vas a lograr que diga lo que tu quieres escuchar. –Dije firmé.

–Eres una maldita perra. –Dijo y me tiró al piso y se puso encima de mi dejo una mordida en mi hombro eso me hizo soltar un leve gemido de dolor. Quitó la parte de arriba del baby doll dejando mis celos afuera con sus manos los apretó fuertemente enterrando sus uñas una lágrima rebelde se deslizo por mi mejilla después de unos minutos quitó él baby doll completo y comenzó a masajear todo mi cuerpo bruscamente tenía que estar toda marcada se quito él pantalón y bajo su bóxer dejando su miembro al aire él cual estaba erecto lo entro en mi y yo solté un fuerte gemido pero de dolor si dolor eso era todo lo que sentía en este momento un dolor inmenso siguió penetrando me bruscamente sin piedad alguna un gruñido salio de su garganta y su semen caliente entro por mi vagina. De salio de mi y acerco su miembro hacia mi cara.

–Entratelo en la boca. –Ordeno y yo así lo hice me lo entre y le hice creer que lo estaba haciendo lo que él quería vi como cerró los ojos y ahí aproveche y le mordí su miembro él inmediatamente abrió los ojos y me miro estaba enojado se agarro su miembro y se quejo del dolor llame a Martina ella inmediatamente entro.

–Que paso? –Preguntó.

–Necesito que dejes inconsciente a Fernando. –Dije

–Que paso mi hermano abuso de ti. –Una lágrima se deslizo por mi mejilla.

–Eso no importa ahora solo has lo que te pedí cuando lo hagas entras aquí para avisarme . –Ella solo asintió y salio yo volví a hasta donde estaba saul aún se asqueaba de dolor yo lo agarre por él cabello.

–Esto las vas a pagar muy caro saul. –Dije y tome y jarrón que había en él tocador y se lo pegue en la cabeza la sangre empezó a brotar de su cabeza y quedó inconsciente lo acosté en la cama como pude y le amarré las manos y los pies. Salí de la habitación y entre a la otra y vi a Martina como intentaba amarrar a Fernando pero él podía resistencia tome lo primero que encontré y lo golpeé en la cabeza él caño desmayado y ahí aprovechamos para amarrarlo salimos de la habitación y cerramos la puerta con seguro.

–Tenemos que salir de aquí cuanto antes. –Dije .

–Gracias altagracia.

–No tienes nada que agradecer, vámonos. –Dije y así lo hicimos.

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–Altagracia! –Exclamo mi mamá y corrió a abrazarme mis lágrimas comenzaron a salir como cascada.

–Ya estoy aquí ma. –Dije.

–Que te paso hija porque traes todos esos golpes en la cara en él hombro altagracia que te paso? –Pregunto mi mamá alterada.

–Mamá cálmate te prometo que luego te cuento pero ahora estoy muy cansada. –Dije.

–Esta bien, pero tenemos que ir al hospital para que te revisen esas heridas. –Dijo mi mamá

–Esta bien me cambio y bajo para complacerte. Dile a Rosa que le prepare una habitación a Martina seguro que quiere descansar .

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Esperó y les guste.

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