A si soy y nunca cambiaré.

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Me encontraba frente al espejo maquillando mi rostro en la mañana había ido con lina a comprar su vestido de novia, después de eso saul me envió un mensaje diciendo que pasaría por mi a las 8 ya eran las 7:45 ya estaba completamente lista cogí mi bolso y baje hasta la sala me senté en él sofá esperando que saul llegara por mi.

-Prima para donde vas tan arreglada?. -Pregunto Fabián.

-Para donde no te importa. -Conteste sarcástica.

Mi mamá que estaba observándonos soltó una carcajada.

-umm... Fabián eso te pasa por andar de preguntón. -Dijo mi madre burlesca.

-Son insoportables las dos. -Dijo enojado.

-Uy parece que se enojo él niño. -Dije irónica.

Ríe -Tu no cambias Altagracia, siempre con tus sarcasmos e ironías.

-A si soy y nunca cambiare. -Dije con voz firme.

En eso entró saul como si esta fuera su casa.

-Perdón la puerta estaba abierta. -Dijo saul escudándose.

-No pasa nada eres de la familia ¿no? -Dijo mi mamá.

-Sí claro -Respondí yo con ironía. -¿Nos vamos saul? -Pregunte.

-Sí vámonos mi amor. -Dijo y se despidió de mi mamá y mi primo Fabián, salimos de la casa me abrió la puerta del carro como todo un caballero y luego se monto él y arranco media hora después llegamos a un lugar muy bonito estaba lleno de rosas rojas y blancas habían velas encendidas y sonaba una canción muy romántica.

-Todo esta muy bonito saul... Pero sabes.

-Que no eres mujer de este tipo de cosas? -Dijo interrumpiendo me.

-Exacto. -Concluí.

-Lo se, pero quiero que esta noche sea especial para nosotros que nunca la olvidemos mi amor. -Dijo acariciando mi mejilla.

-Esta bien. -Acepté quedarme.

Saul me tomo de la mano y me llevo hacia la mesa estaba todo muy bonito tenia que admitirlo me jalo la silla para que pudiera sentarme yo Sonreí en forma de agradecimiento él se sentó comenzamos a comer entre risas, platicas y caricias. La estábamos pasando agradable por primera vez, a pesar de que la estábamos pasando bien me sentía extraña ya que no estaba acostumbrada a este tipos de cosas, además sentía que algo iba a terminar mal, a pesar de que aveces lo trate mal lo quiero y lo tengo que admitir aunque no lo ame como él a mi pero si lo quiero, y se que si cambiara mi forma de ser podría llegar a amarlo pero desde aquella noche prometí no amar a ningún hombre las lágrimas se acumularon en mis ojos con tan solo recordar esa noche.

-Altagracia, mi amor ¿Estas bien? -Pregunto saul sacando me de mis pensamientos.

-Sí saul estoy bien, solo que sabes, nunca nadie me había traído a un lugar tan bonito. -Dije dejando que una lágrima se deslizara por mi mejilla.

-No me gusta verte así mi amor. -Dijo limpiando la lágrima que había dejado escapar.

-¡Perdón! -Exclame levantándome.

-Te tengo otra sorpresa mi amor. -Susurro a mi oído.

-¿Cual? -Pregunte.

Él no contestó solo me puso una venda en mis ojos me agarro de las manos y comenzamos a caminar después de unos minutos nos detuvimos. Saul quito las venda de mis ojos, Dios todo estaba muy hermoso había un cartel grande que decía: "Te quieres casar conmigo".

-"Altagracia Sandoval Ramos desde que te conocí supe que serias la mujer de mi vida, te amo y lo sabes muy bien estoy contigo aguantando tus malos tratos, tus enojos, cambios de humor etc... Se que en él fondo pero bien en él fondo me quieres yo no pude evitar reír. ¿Te quieres casar con este loco que muere de amor por ti?". -Pregunto saul.

Varias lágrimas se escaparon de mis ojos no sabia que responder no estaba preparada para unir mi vida con la de él después de ese día me prometí a mi misma no volverme a enamorar y no, no puedo romper esa promesa.

-Saul yo...

Continuara.

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