Capitulo 3 "Cálida Bienvenida"

646 58 7
                                    

Al entrar al instituto, lo primero que noté fue que no había nadie en la entrada, ni en el patio. "Que extraño" pensé. "¿Se me habrá hecho tarde?" Acercándome más, logré escuchar varias voces proviniendo del gimnasio.

Abrí la puerta.

-Hey, ¿hay alguien aquí?-. Pregunté asomándome un poco, entonces divisé al gemelo gamer.- Armin, eres tu? Si estás ahí, di algo idiota. ¿Dónde están todos? O porque....¿Armin?-. Había algo extraño con él, me miraba, pero sin hacer ninguna expresión.

-Por fin llegas Kennie-. Dijo una voz a mis espaldas.

Conocía muy bien esa voz. Era el idiota de Castiel. El chico que me atormentó todo un año y la razón por la cual me enviaron a la militar. Él era justo a quien quería ver.

Me voltee para quedar cara a cara con él.

-Hacía tiempo que no nos veíamos, verdad, Castiel? Pero ahora soy más fuerte, y te voy a dar lo que mereces, por todo ese sufrimiento que tú me diste a mi-. Dije preparando mis puños para pelear.

-Jamás te voy a perdonar-. Esa voz vino de donde se encontraba Armin y al girarme me encontré, no sólo con Armin, sino también con Alexy, sus miradas me penetraban y pareciera que pudieran mirar todo mi ser, mis pensamientos, todo.- No nos vuelvas a hablar Kentin, ahora estas sólo.- Un escalofrío recorrió toda mi espalda y sentí como si me fuera a desplomar en cualquier momento.

-¿Ves? Nadie te necesita. Sólo eres basura. Aunque hayas cambiado tu apariencia, sigues siendo el mismo gafotas inútil y mi muñeco de juegos-. Dijo de nuevo Castiel detrás de mi, y lo último sonó tan cerca, que sentí su respiración en mi cuello.

-¡Eso no es cierto! ¡Ahora soy fuerte! ¡Me volví fuerte para vencerte!-. Grite e intenté atestar un puñetazo en esa estúpida cara burlona de Castiel, pero mis músculos no reaccionaban tan rápido como siempre, y en una fracción de segundo, el pelinegro ya me había dado un puñetazo en el estómago. A lo que mi cuerpo se estremeció.

Intenté recobrar mi compostura, antes que me diera otro golpe. Logré pararme por completo para que Castiel me tirara un gancho en la mejilla izquierda. Un hormigueo caliente empezó a surgir en ese lugar, y sentí como se inflamaba toda mi mejilla.

Ya empezaba a ver borroso después de unos cuantos golpes. ¿Porqué? Mi defensa hacia los golpes era más fuerte gracias a los entrenamientos diarios que tenía en la militar. Pero ahora, con un par de golpes de un niñato, estaba tumbado en el suelo sin poder levantarme. Todos se reían de mi. Riéndose. Riéndose. Riéndose. Riéndose. Cada vez más agudo y persistente. ¿Quién es esa chica de pelo café y ojos verdes? ¿Porqué ella no se ríe como los demás? Las risas cada vez más sonoras y uniformes.

Desperté.

La alarma sonaba palpitante en mis oídos. Ya eran las 7:45. El instituto abría a las ocho. Me aparté el sudor de la cara y me dispuse a hacer mi desayuno rápido, (cereal con leche) no sin antes hacer 25 lagartijas y 25 abdominales, que era mucho menos de lo que hacia antes, pero debido al tiempo, no me quedaba de otra. Tomé mi desayuno, me puse mis botas, agarré la bolsa con los regalos y me marché.

Salí a las 8:05 de la mañana y corriendo, llegué unos 10 minutos tarde al instituto.

Ya podía divisar a todos los chicos y chicas entrar a este. Busqué con la mirada a Castiel o Amber, pero no los encontré por ningún lado.

Por alguna razón sentía miradas en mi, muchas, pero cuando volteaba a mi alrededor, todos la apartaban. Era muy raro, me sonroje un poco y baje la mirada. No eran miradas de odio, sino de impresión. Entonces reconocí un par de cabelleras azul y negra. Estaban un poco alejados de la multitud y parecía que discutían entre ellos. Al irme acercando Armin me detectó al instante, ya que estaba frente a él. Alexy no podía verme porque estaba detrás suya.

-Armin, ya basta con eso de traer tu consola portátil a la escuela, ¿recuerdas lo que paso ayer? Bueno si Lysandro te amenazó con romper a tu "querida" fue porque la dejaste ahí....Armin, ¿me estás escuchando?-. Dijo Alexy con su tono de reproche.

-Si, si. Sólo estaba mirando el conjunto de ese chico, de verdad le queda.- Dijo Armin fingiendo asombro y señalando a alguien detrás mía.

-Eh? ¿Cuál?-Dijo Alexy volteando hacia mi.

En el momento que nuestras miradas se cruzaron, volví a sentir lo que había sentido el día anterior al ver a Armin. Pero de alguna manera se sentía un poco diferente.

-N-No puede ser...No...¿Es un sueño?-.Dijo Alexy con una cara impactada.

-Hola Alexy... Ha-Hace mucho tiene que no nos vemos no? Eh...Oh! Mira, te compré esto.-Dije atropelladamente mientras sacaba las playeras de la bolsa.- Por favor, no te enojes conmigo Alexy, sé que esto no es nada por lo que hice, pero, por lo menos no me dejes de hablar toda la vida, vale? Con unos días está bien...-¿Porqué no decía nada? ¿De verdad no me iba a perdonar nunca? ¿Como en mi sueño? Sólo mantenía la mirada baja al suelo, con los puños cerrados.

-Oye Alex...-. Dije levantando un poco su mentón.

Espera, estaba llorando? Esas, ¿eran lágrimas las que brotaban de sus ojos? Pero ¿porqué?

-¿Sabes...cuántas veces soñé con que tu volvías? Si esté es un sueño, no quiero despertar nunca...Kentin, si despierto te irás de nuevo?-. Dijo el sobándose un ojo.

-No Alexy, ya no me iré, siempre voy a estar contigo desde ahora...contigo y con Armin claro-. Dije yo, no sabiendo que hacer en esa situación tan rara y penosa.

Sentí una suave brisa y unos brazos rodearon mi pecho. Segundos después Alexy estaba ahora aferrado a mi y lloraba en mi hombro.

Yo, al no saber exactamente que hacer, coloqué una mano sobre su cabeza, acariciándola suavemente y con la otra sostuve su espalda.

Así estuvimos lo que me pareció a mi un largo rato. Hasta qué se calmó. Cuando lo hizo, se separó un poco de mi, y me susurró al oído.

-Bienvenido de nuevo Ken-. Dijo y me miró con una gran sonrisa.

-S-Si, estoy de vuelta Alex-. Dije yo más que avergonzado, por haber sentido extraño mi estómago con esa cálida sonrisa que hace mucho no veía.

Unidos por un Hilo Rojo [CDM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora