Especial San Valentín 2015

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Hoy, es 14 de Febrero, el día de los enamorados, el día dónde le regalas cosas a tus amigos, el día cuándo puedes estar de melosa con tu novio sin que te miren extraño, pero lo más importante, es que, ¡¡hoy es el día de leer el Especial San Valentín de UHR!! *aplausos* *aplausos* Bueno, la trama de este capitulo me la dio mi mejor amiga y como se acercaba esta fecha fue una buena oportunidad de publicarla. Espero que les guste. ¡Disfruten de su lectura!
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Cada noche le pedía a las estrellas que me concedieran un deseo. Solo un deseo, no pedía nada más.

Quería que Kentin entendiera mis sentimientos, contarle un montos de cosas y darle mil abrazos que siempre me había tenido guardados.

¿Porqué tuve que nacer en este cuerpo? Yo no debía ser un gato, debía de ser una chica, como las que veo pasar por la calle con sus faldas de instituto y sus patas alargadas con las que caminan, ¡en dos patas! Una vez yo intenté caminar como ellas, cuando Kentin no estaba. Me recargué en la pared y después de un impulso me separé de ella. Pude estar así por más de 5 segundos, después me caí y mojé todo mi pelaje con la leche tibia que estaba en mi plato hondo. Desde ese momento respeté a las chicas que pueden caminar así, y me prometí a mi misma que si alguna vez tenía la oportunidad de charlar con una le diría "¡Te felicito por tu increíble equilibrio, puedes andar con dos patas!"

Regresando al tema, ser un gato tampoco era tan malo, podía dormir todo el día y cuando Kentin llegaba me daba todos los mimos que quisiera y me podía acostar en sus piernas mientras ronroneaba.

Entonces, ¿qué podía ser malo, siendo un gato? La comunicación. Cuando le hablo a Kentin, es como si me ignorase (o no me entendiera) en cambio, yo lo entiendo a él. ¡Es muy injusto! Bueno, hoy es 14 de febrero, según el calendario humano, y Kentin se ha ido a su instituto con globos flotantes enormes y un oso de felpa. Pero entonces, al mirar desde la ventana como se iba Kentin, miré el cielo y vi que la Luna aún estaba visible, era muy extraño puesto que sólo aparecía de noche. Al quedarme mirándola mucho tiempo, me dio mucho sueño y en pocos segundos cerré los ojos.

Al despertar sentía todo mi cuerpo pesado, y tenía mucho frío, me froté los ojos con una pata, y sentí que algo estaba mal. Alejé mi pata para poder verla por completo y descubrí que ya no era una pata, sino a lo que los humanos llaman "mano", mis uñas ya no eran filosas ni tenían pelo alrededor.

Corrí al cuarto de Kentin para mirarme en el gran espejo que tenía. No podía creer lo que estaba viendo, ¡era una chica humana! Mi pelo ahora sólo estaba en mi cabeza y tenía un cuerpo extraño.

Como tenía mucho frío fui a ponerme algo de ropa, por suerte, quien yo creía que era la mamá de mi amo, había dejado ropa muy bonita en un armario. Me puse un vestido blanco con un listón azul en el pecho. Después intente pararme en dos patas, ¡y lo logré! Pude correr en dos patas, saltar en dos patas, ¡y hasta me podía sostener en una sola pata!

Las estrellas por fin habían concedido mi deseo, ahora sólo quedaba probar algo. Si cuando llegara Kentin del instituto me podía entender, sería el gato más feliz que haya existido en la Tierra.

Para matar el tiempo estuve probando mis nuevas habilidades con el cuerpo de humana, hasta que escuché sonidos en la puerta, entonces corrí hacia ella. Kentin apenas había abierto la puerta a medias, entonces me lancé hacia él y lo miré a esos cautivadores ojos verdes. Ojalá pudiera quedarme así para siempre...

Él me miró confundido, pero después sonrío abiertamente y correspondió a mi abrazo.

-¡Kentin! ¡Yo soy Luna!-le grité exasperada.

-Lo sé, podría identificarte aunque fueras un pequeño bichito, o un pez-me respondió sonriente.

Le sonreí y lo volví a abrazar, estuvimos toda la tarde así, no nos separábamos, hacíamos todo juntos, y hablamos de un montón de cosas, todas las que había tenido guardadas.

-Oye Kentin, ¡quiero quedarme contigo para siempre!-le dije yo cuando estábamos acurrucados en el sillón.

-Voy a estar siempre contigo Luna, contigo y con nadie más-me prometió para después abrazarme muy fuerte mientras me daba palmaditas en la cabeza.

Nos quedamos así por mucho tiempo, y me fui adormeciendo mientras me frotaba la cabeza. Entonces me dormí.

Al despertar, me estiré como siempre lo hacía y di un gran bostezo, cuando abrí los ojos me encontré con la cabeza de Kentin enfrente mía, estaba tirado en el sofá.

-Kentin, despierta, ¡vamos a jugar!-le dije, entreabrió un ojo y se levantó un poco.

-Luna, ¿tienes hambre? Estoy muy cansado del día de hoy, vámonos a la cama, si?-De nuevo no me entendía, corrí a cuatro patas a su cuarto, y pensé "Entonces lo que paso fue real, o no?" Me subí a la enorme cama esponjosa junto a Kentin y me metí a las cobijas con él. "No importa" pensé "Se que algún día me entenderá, y hasta ese día permaneceré a su lado, porque a él es a quien amo".

Unidos por un Hilo Rojo [CDM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora