deseo de la estrella

Una bala,una baja

Imagínate un mundo casi igual al nuestro, uno donde lo único que cambio fue el valor de una bala, que durante un poco de tiempo, después de la segunda guerra mundial, el sector de seguridad de un grupo de importancia mundial haya decidido como modo de asegurar la paz mundial hacer que aumentara el precio de las municiones de las armas de fuego, esa pequeña acción produjo una serie de grandes cambios en toda la sociedad, movimientos que normalmente incluían intervención de armamento militar, se vieron totalmente detenidas o que ni siquiera pudieron iniciar, países que estuvieron bajo gobiernos que no consideraban adecuados no pudieron defenderse si no era por la parte judicial; la mayoría lo logro, los otros no lograron ningún progreso. Guerras de gran importancia histórica casi no se logran llevar a cabo, países de gran poder militar tuvieron que empezar a escoger sus guerras con una mayor delicadeza para evitar perder la preciada munición, los países que tenían una ventaja económica por la producción de balas también termino siendo afectada teniendo que cerrar algunas fabricas de munición; al ser tan baratas de producir pero siendo costosas en el mercado no era un comercio muy estable y muchas cerraron por falta de ingresos, otras despidieron a la mayoría de trabajadores para mantenerse a flote y otros fueron compradas por el gobierno, teniendo que guarda a las que ya estaban producidas para así evitar su falta de preciado recurso, y el dinero que antes era dirigido a la ahora innecesaria carrera armamentista esta en cumplir con las necesidades de la ciudadanía y la mejora de investigaciones de todo los ámbitos. Pero no todo fue a mejor, la gente con poder encontró errores en el sistema que uso a su favor, algunas personas podían costearse una bala y ordenar una ejecución sin problemas, otros aprovechaban las grandes inversiones en el ámbito de la investigaciones científicas para poder crear armas biológicas con objetivos desconocidos y peligrosos. Por esta razón, el mismo grupo que declaro la subida del precio de las balas ingenio un plan para mantener estas infracciones y posibles arranques de ira por parte de la sociedad en contra de esta ley y que tendría un final violento y sin cuartel alguno, ese plan fue: permitir a cierto grupo de personas cometer unos cuantos asesinatos para tener una mayor posibilidad de mantener la paz mundial, pero para hecho tenia que cumplir algunos requisitos, lo primero, recibir la bala con la que harán el asesinato del mismo cliente, así obligando lo a dar de su parte,que para alguien pobre de trabajo promedio seria dar lo que ha ganado desde que comenzó a trabajar, ¿que mas perfecto que tener quedar lo que se gana en una vida para acabar con otra?, era perfecto por que otras personas dudarían de hacer el sacrificio y otros no lo gloriaran terminar, adema, estimula el flujo económico. La segunda era reportar el objetivo y verificar con los superiores si era posible llevar acabo tal asesinato sin afectar el equilibrio social, si lo hacia, el asesinato era completamente anulado, y la tercera y mas importante, notificar quien es el que hace el encargo, ya que este recibirá la pena de haber matado a una persona, los que empezaron a ser conocidos como sicarios empezaron a ser reconocidos como el mayor peligro que es necesario para lograr llegar a la paz, y este selecto grupo de personas impactaron al mundo, pero igual al caso anterior, la gente encontró una forma de aprovechar un error en el sistema, y nació un grupo conocido como furtivos que hacían lo mismo que lo sicarios con la diferencia que esos no aconsejaban con ninguna persona sobre si se podía ejecutar el asesinato. Aquí comienza la historia de nuestro protagonista

Estoy sentado en una ventana, esperando a que mi objetivo saliera de su escondite,duro un buen rato dentro de un casino, pero ya saldrá según toda la información que he podido acumular, tengo el arma cargado en mis manos y logro ver como sale del edificio. - un largo espacio de silencio se hace presente, para terminar tiempo después con el hombre hablando de nuevo - la persecución duro poco y los dos entramos en un callejón sin salida, desenfunde el arma y realice el disparo, un objetivo menos y sin ningún testigo, un trabajo perfecto a mi parecer, ... emprenderé el camino a casa.

Termino con la documentación de quien hizo el encargo y la meto en un sobre, la dejo a un lado y salgo del edificio en el que estoy, me quedo esperando a que llegue otro trabajo.