Heridas del pasado

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A lomos de tu motocicleta te olvidarás de que existen leyes. Ni siquiera te acordarás de las fronteras. ~

El ventilador giraba sus aspas con lentitud y resultaba fácil imaginar que era un helicóptero. Lana lo había puesto a máxima velocidad, pero eso comenzó a volar sus tuercas y piezas. Eso sí, prefirió dejarlo, pero al mínimo, pues el calor casi la sofocaba.

Se alejó un poco para ver cómo lucía su querida motocicleta. Tenía que admitir que con las herramientas de Lana todo avanzaba mucho más rápido y era más fácil. Tal vez en unas semanas ya estaría totalmente lista. Miró la hora... Las 6 de la tarde, era cierto que el tiempo a veces volaba y a veces pasaba muy lento cuando no se pensaba en el mismo tiempo, recordaba qué habían empezado a las 12 de la mañana y ahora eran las 6... Necesitaban descansar.

Suspiró. Al menos ya se veía mucho mejor que la primera vez que la había visto, esperaba tenerla completamente lista antes de que el verano terminará, esperaba poder terminar el trabajo. Ya estaba hasta la polla de qué siempre que parecía que iban a terminar luego tenían que empezar con otra parte igual de compleja.

― Maldita sea...― Lincoln dijo casi susurrando. ― Lana ve a tomarte un descanso. ― Lincoln comentó a su hermana la cual se encontraba casi pegada al ventilador por el calor de ese día.

― De inmediato Hermano...― Lana respondió con cansancio y con fatiga por el calor que inundaba el ambiente ese día.

Lincoln vio como Lana arrastraba los pies hacia la salida de la cochera para tomar un helado, un refresco bien frío o al menos algo que ayudará a refrescar, estaba sudando litros.

Mientras que Lincoln parecía no sentir el calor, si el ambiente era caluroso, pero parecía más que su determinación por seguir reparando su moto lo ayudaba a no sentir el calor y mucho menos sed.

Se pasó el dorso de la mano por la frente para limpiarse un poco el sudor. Aunque aún a veces le molestaba que se entrometiera, varios consejos si eran útiles de verdad, y valoraba que no le diera la espalda como la mayoría había hecho. De hecho, temía que de algún modo lograrán hacer que lo rechazara.

Se acercó a Lucille y tomó su manubrio. Casi le parecía que el calor hacía que se derritiera. Por un momento temió que esa temperatura afectará el rendimiento de Lucille.

Y pensaba en eso, cuando su celular comenzó a vibrar, y desde que Clyde y sus otros amigos le dejaron de hablar, solo podía significar una cosa. Ronnie, Lincoln tomó su celular mientras se sentaba al lado de su motocicleta y contestó.

― ¿Hola? ¿Ronn? ― Lincoln contestó la llamada esperando respuesta del otro lado.

― Hola tonto. ― Ronnie Respondió del otro lado de la Línea con una voz que simulaba ser alegre. ― ¿Cómo estás?

Lincoln suspiró ante la respuesta y miró a fuera pues aún sentía mucho calor.

― Bueno... Es un día caluroso, supongo que bien...― Respondió él limpiándose la frente.

― ¿Entonces estás caliente, Lincoln? ― Ronnie preguntó medio en serio y medio en broma haciendo que, Lincoln también riera por aquella ocurrencia.

― Algo así... Pero no sé qué le dio al sol hoy para hacer más calor de lo de costumbre... Y sí, si te lo preguntas sí, estoy sudando como un vil cerdo. ― Respondió Tratando de alcanzar su botella de agua con su pie, aunque solo quedaba un charquito de nada.

― No te iba a preguntar eso, es asqueroso, imbécil. ― Bromeó ella, al otro lado del teléfono, y podía imaginarla riendo. Tal pensamiento le hizo olvidar un momento el calor y sonrió.

The Loud House: S.A.M.C.R.O. Libro 1: El Capítulo Gris. (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora