Nadie toca a mi Bulma - VegeBul.

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Aquel hombre veía a su mujer de cabello celeste que le sonreía a ese terricola que muchos años atrás fue su pareja

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Aquel hombre veía a su mujer de cabello celeste que le sonreía a ese terricola que muchos años atrás fue su pareja. El príncipe Vegeta ser superior de raza saiyajin ¿Tenía celos? ¿Cómo era posible? Ese terricola era un ser inferior, apenas le llegaba a los talones ¿Por qué se sentía así? Y recordó que hace mucho tiempo que no tenía contacto con ella, pensaba en su estrenamiento y volvía a corporatión capsule solo para descanzar y volver a la misma rutina. Varias veces la mujer de cabellos celestes lo veía con el ceño levemente fruncido y los labios en una linea recta de seguro disgustada porque su esposo solo pensaba en ser más poderoso pero ¿Qué habia con su familia? ¿Acaso ellos no importaban?
-Vegeta-llamó Bulma quien estaba sentada en la cama. El guerrero habia llegado de un largo entrenamiento.
-¿Qué sucede?-preguntó cortante el nombrado. Hubo un pequeño silencio.
-¿Te sigo importando?-habló al fin la peliceleste mientras alzaba los ojos hacia los del azabache.
-Que preguntas haces mujer-gruñó el hombre mientras con el ceño fruncido se iba hacia el baño.
Desde ese día habian estado más apartados de lo habitual, Vegeta entrenaba y Bulma estaba en su laboratorio o pasando el rato con su hijo y amigos.
Simplemente la distancia los estaba separando mucho y poco a poco esa chispa comenzaba a desaparecer pero en aquel momento el príncipe supo que no era cierto, esa chispa no habia desaparecido en cuanto vio esa alegre sonrisa en el rostro de su amada pero... esa sonrisa no se la dedicaba a él sino al terricola al cual tenía entre ceja y ceja.
Estaban por jugar un partido de beisbol.
-Buena suerte Yamcha-dijo la peliceleste.
El nombrado sonrió con las mejillas carmín haciendo que el guerrero más se sintiera enfadado pero su orgullo hacia que se tragara sus expresiones, solo se mantenía en su postura fría.
-Bien, empecemos-dijo Yamcha mientras sonreía.
A Vegeta le tocaba lanzar la bola.
Es mi momento. Pensó malévolamente mientras se preparaba, lanzó la bola pero esta no se dirigió al palo sino al estómago de Yamcha quien cayó al suelo adolorida.
-¡Eso no se vale!-gritó Bills mientras el otro dios de la destrucción reía.
-Vegeta-nombró Bulma asombrada.
-¿No se juega así?-preguntó Vegeta imitando no entenderlo.
-No Vegeta, no todo es pelear-dijo Whis mientras leía aquel libro pequeño con los reglamentos del juego.
Al acabo del partido y la pelea de ambos hermanos dioses de la destrucción el día había acabado con la victoria del equipo de Bills, todos se despieron y arreglaron para otro día jugar la revancha.
-Adiós Bulma-despidió Yamcha quien estaba herido por todo lo ocurrido en el juego.
Hmp, se lo merece. Pensó Vegeta quien ladeó una sonrisa mientras se cruzaba de brazos.
-¿Seguro que puedes irte en estas condiciones?-preguntó Bulma apoyando una mano sobre su hombro.
-Si Bulma, no te preocupes. Estoy bien-sonrió Yamcha apoyando la mano sobre la de ella.
Aquella sonrisa burlona se borró del rostro del saiyajin ¿Quién se creía que era para tocar a su esposa?
-¿Nos vamos?-más que una pregunta una aclaración para Bulma quien asintió y despidió con la mano a su amigo.
Ambos se fueron sin siquiera hablarse. Al llegar a la casa Vegeta se habia metido para darse una ducha mientras Bulma se cambiaba de ropa.
¿Cuando vas a cambiar Vegeta? Pensó Bulma y suspiró entristecida.
-Ni siquiera se si me sigues amando-dijo por lo bajo.
De un abrir y cerrar de ojos habia sido acorralada por aquel guerrero de mirada penetrante.
-¿Quién se cree que es ese insecto para tocarte?-inquirió Vegeta sin quitar aquella fría y furiosa mirada de los ojos de su esposa.
-¿Qué?-fue lo único que salió de los labios de la peliceleste que no entendía lo que estaba sucediendo.
-No quiero que ese maldito te toque.
-Pero Vegeta, es solo un amigo.
-No me interesa-habló Vegeta mientras con una mano golpeaba a un costado de Bulma haciendo que esta brincara-No voy a permitir que un tipo como él se pase de la raya contigo. Tú eres mía.
Y las mejillas de Bulma se tornaron rojas como dos manzanas maduras ¿Acaso Vegeta estaba celoso? ¿Podía ser posible que alguien orgulloso como él llegue a ese nivel?
-Nadie toca a mi Bulma.
Y unos recuerdos vinieron a su cabeza, le habian dicho que Vegeta en aquel momento que Bills la golpeó reaccionó de una manera que nadie esperaría.
Vegeta en cambio lo recordaba...

Aquel momento donde sintió un ardor profundo en el pecho al ver a su mujer siendo golpeada, habían tocado a su amada, la habían lastimado. Él le prometió que la protegería con su vida y al ver eso fue la última gota que hizo derramar el vaso.
-M-Maldito-maldijo Vegeta apretando los puños con fuerza al igual que su mandíbula.
El ardor en su pecho se extendía por todo su cuerpo.
-¡Nadie toca a mi Bulmaaaaaaa!-gritó a la vez que se un aura dorada explotaba alrededor de él y mostraba su cabello rubio electrico y sus ojos celestes llenos de furia que se disparaban hacia el dios de la destrucción que en ese momento no se percató del ataque del rival.
-¡Las pagaras insecto!

Ese día todos supieron que Vegeta amaba con locura a aquella mujer, que daría la vida por ella e incluso pelearía con el guerrero más poderoso del mundo por protegerla.
-Vegeta-susurró Bulma mientras sus ojos se cubrían de lágrimas.
El propietario del nombre hizo lo que menos esperaba su esposa, la besó, la besó de una manera tan dulce y a la vez apasionada. Por instinto la peliceleste rodeó los brazos en el cuello al igual que las piernas en la cintura de su esposo quien a paso lento la llevaba hacia la cama.
Vegeta al recostarla en ella contempló el rostro de su amada la cual se enamoró perdidamente.
¿Quién iba a pensar que alguien con su carácter se enamoraría? Cuando era jóven solo deseaba ser más poderoso, ni siquiera se detenía a pensar en formar una familia, solo se encargaba de destruir planetas o a venderlos. Si tenía un hijo era solo para extender la raza saiyajin, pero aquel día que conoció a esa mujer en Namekusein su vida dió un giro gigante. Era de carácter fuerte se notaba pero siempre decían que a un guerrero saiyajin le gustaban las mujeres que fueran de aquella manera. Parece que era cierto, a él le gustaba esa "mujer vulgar" la cual fue la primera en contestarle de mala manera sabiendo que si él quería de un solo golpe la hacia trizas, pero ¿Saben qué? No podía, ella era diferente, lo acompañó a cada momento. Incluso cuando casi pierde la vida por entrenar tan duro, ella estuvo ahí aguantando su forma de ser indiferente y fría, se acercó a él cuando nadie lo hacia. Lo aceptó tal cual es y lo amo como si nunca amaría a nadie.
Pasaron los años y aquel amor formó a un pequeño el cual llevaba la sangre de su padre saiyajin ¿Él habia formado una familia? ¿Acaso el guerrero que iba acabar con todos los humanos del planeta tierra se había quedado en el y formó una familia con una terricola?
Momentos dificiles, dolorosos incluso ella lo perdonó luego de lo que hizo en aquel momento en el torneo. Se dejó corromper por Babidi, quería volver a ser aquel frío guerrero sin corazón pero vió aquellos ojos llenos de lágrimas que pedían por favor que volviera.
Nunca se olvidaría de ello por un momento de su vida sintió como el corazón se le hacia pequeño, la única manera que podía obtener el perdón de su mujer fue sacrificándose, dio su vida sin importar el destino cruel que le esperaba, simplemente lo hizo y se despidió de su familia con una sonrisa en los labios. Gracias a ellos tuvo la oportunidad de volver nuevamente a la vida, tuvo otra oportunidad para unirse a su familia a Bulma, tuvo la oportunidad de volver a ver aquellos ojos asombrados y cubiertos en lágrimas, corrió hasta él para abrazarse a su torso, lo había perdonado. Era el hombre de su vida, le iba a perdonar todo.
Fueron tantas veces que lo hizo que no podía entender como una mujer tan hermosa como ella estaba con él, con esa bestia.
Pero en el amor se esta en las buenas y en las malas ¿No? Claramente lo sabía, ella estuvo y esta en sus peores momentos, él es su esposo, el padre de su hijo y esta orgullosa de ser la esposa del príncipe Vegeta.
-Te amo Vegeta-susurró Bulma pegando la frente con la de él.
-También te amo Bulma-susurró Vegeta cerrando los ojos mientras soltaba una ladeada sonrisa.

Fin.

ཧᜰ꙰ꦿ•𝑽𝒆𝒈𝒆𝑩𝒖𝒍 - 𝑶𝒏𝒆-𝒔𝒉𝒐𝒕'𝒔.•ཧᜰ꙰ꦿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora