ཧᜰ꙰ꦿ•𝑽𝒆𝒈𝒆𝑩𝒖𝒍 - 𝑶𝒏𝒆-𝒔𝒉𝒐𝒕'𝒔.•ཧᜰ꙰ꦿ

El comienzo de todo - VegeBul.

Una mujer de cabellos celestes lloraba en el patio trasero de su casa bajo un árbol. Había acabado la relación con su pareja de hace años, le había sido infiel y eso no se lo iba a perdonar jamás ¿Cómo podía? Después de tantos años compartiendo aventuras, después de tanto tiempo buscando algo entre ellos y cuando al fin llega todo se acaba por culpa de él ¿Qué tiene las otras que ella no? Era dulce, inteligente, muy hermosa al igual que su cuerpo y su personalidad.
-Hombres-bufó-son todos iguales-agregó y con el torso de la mano se secó las lágrimas que había derramado.
-¿Qué sucede contigo?-oyó la voz rasposa y fría de alguien quién conoció al instante.
-Nada-respondió seca la peliceleste mientras trataba de no verlo.
El guerrero saiyajin se encontraba reposando el hombro sobre el otro lado del árbol, veía atentamente a Bulma que trataba de ocultar con verguenza su rostro.
-¿Nada dices?-alzó una ceja pelinegra-estás llorando como una niñita.
-¡Si vienes a molestar mejor vete! ¡¿Si?!-inquirió Bulma viéndolo a los ojos. Pudover que los tenía cubierto de lágrimas, al igual que el rostro. Por unos momentos Vegeta sintió una sensación en el estómago, una de deshagrado al verla así. Estaba tán acostumbrado a verla sonriente o de malhumor por las peleas que tenía con él pero esta vez era diferente, estaba triste y muy dolida ¿Por qué lo estaba? Se preguntó el guerrero curioso.
-Y bueno-dijo Vegeta cruzándose de brazos-¿Me dirás que te sucede?
Bulma suspiro sorbiendo por la nariz y por fin habló.
-Terminé una relación.
-¿Con el debilucho bueno para nada que acompaña siempre al enano?
Ella asintió y Vegeta en aquel momento sintió enojo ¿Por qué?
-No puedo entender que se fije en otras mujeres, teniendome a mi. Porque no soy perfecta pero...-se detuvo porque nuevamente las lágrimas rodaban por sus mejillas-no soy mala, lo amé con mi vida para que al final me haga esto.
Alzó los ojos hacia el guerrero y rió tórpemente.
-Es cierto, a ti no te importan estas cosas, perdón por decirtelo-dijo una apenada peliceleste.
-No te merece-dijo el pelinegro haciendo que Bulma lo viera con una incognita.
-Ese insecto no vale la pena. Eres mucho para él.
Dicho esto Bulma lo veía asombrada, con las mejillas de un suave carmín y el príncipe se habia dado cuenta de lo dicho.
-Así que deja de llorar como una niñita malcriada y levántate de ahí, es fastidioso verte así mujer-dijo secamente y Bulma sonrió limpiándose las lágrimas.
Se levantó del suelo y sacudió su vestido rayado.
-Tienes razón, no vale la pena-dijo viéndolo.
Vegeta se mantuvo en silencio de brazos cruzados. De un momento a otro la mujer tomó los brazos de Vegeta quien veía con asombro.
-¿Q-Qué haces?-inquirió el pelinegro.
Bulma no respondió, solo quitó esa postura de brazos cruzados y abrazó el torso del guerrero.
-Gracias-susurró ella y Vegeta, él estaba allí atónito con el cuerpo tenso- unca nadie me ha dicho unas palabras tán lindas-agregó alzando el rostro para ver aquellos ojos negros y leve sonrojo.
Vegeta seguía atónito y con las manos temblorosas. Nunca habían reaccionado de esta manera más que peleas pero lo siguiente hizo que su frío corazón latiera con velocidad. Bulma cerraba lentamente los ojos y de puntillas de pie se acercaba a los labios del guerrero para besarlo.
Sus labios se unieron en un cálido y dulce beso, Vegeta al fin reaccionó cerrando los ojos lentamente y dejó llevar ¿Qué era esa sensación? Pensaba el guerrero, sentía algo nuevo que crecía en él, una calidez bastante agradable para su gusto. Por reacción propia sus brazos se envolvieron en ella y continuó aquel beso.

¿Así que esto es amar?

Al apartarse de sus labios ambos abrieron los ojos y se miraron mútuamente, Bulma con una dulce sonrisa y Vegeta con el ceño levemente fruncido y un sonrojo en las mejillas ¿Acaso esto no podía ir mejor? Pensaba Bulma sintiendo miles de mariposas que revolucionaban su estómago.
-¿Y esto que significa?-preguntó Bulma observando detenidamente cada expresión del guerrero.
-No es obvio-dijo Vegeta desviando la mirada a un lado. Bulma sonrió pegando su frente con la de él. Sabía que no iba a sacar ninguna dulce palabra de sus labios pero con esta muestra de afecto ya bastaba con ver que serían algo más.