Aquel guerrero de sangre saiyajin, principe de los mismos, el temor de cualquier contrincante el cual podía acabarlo de un abrir y cerrar de ojos, el mismo demonio se hayaba en la tierra ¿Qué hacia allí?
-¡Ahg! No puedo creer que caí tán bajo-maldijo entre dientes Vegeta al verse en el espejo con una camisa rosa ¡Rosa! Y unos pantalones amarillos que hasta una persona con miopía podria diferenciar a lo lejos.
Había caído muy bajo pensaba el moreno pero cada día que iba avanzando algo llamo su atención.Esa mujer.
Pensó al ver pasar a Bulma abrazada al terricola debilucho llamado Yamcha
¿Qué le ve a ese terricola?
No le dió mucha importancia, no estaba para esas cosas. Solo quería entrenar y superar a su rival Kakaroto y no solo eso también a ese niño del futuro.
¿Cómo es posible que ellos se transformen en saiyajines? ¡Yo soy el gran Vegeta! Principe de la raza saiyajin ¿Cómo... puede ser?
Solo pensaba en entrenar, superar a todos y demostrar que él también puede.
Pasan los días, Vegeta y Bulma cada día se llevan como perro y gato pero hoy era diferente, él lo notaba en la mirada de la peliceleste.
-Son todos iguales-dijo Bulma apoyando los codos sobre la mesa.¿Se habrá peleado con el terricola? ¡Hmp! Era de esperarse, ese tipo es un ridiculo.
Pero algo sentía en el pecho al verla de esa manera, ella no era así. Siempre sonreía o buscaba pelea a él pero esta vez se veía callada, triste y sin importarle el que dirán.
Entonces la lámparita de la cabeza de Vegeta se prendió, fue a su cuarto en busca de su armadura destrozada, la tomó y llevó hasta Bulma.
-Mujer-la llamó, ella alzó el rostro-ten-agregó entregándole la armadura.
Bulma la tomó y observó confundida.
-Esta rota, necesito otra, una mejor que esa-dijo el guerrero cruzado de brazos.
La peliceleste observó detenidamente los defectos y luego hacia él asintiendo con una leve sonrisa.
-Si, yo me encargo.Perfecto, así estará distraída.
No hubo día que no investigara el tipo de material utilizado para crear tal armadura, cada día que se levantaba despejaba su cabeza en ese trabajo y por alguna extraña razón se acordaba de Vegeta.
Vegeta...
Su telefono sonó al ver que era Yamcha, tragó fuerte, quería verla y hablar con ella. Luego de lo sucedido no cruzaron palabra alguna, ni siquiera respecto al tema pero sabía lo que debía hacer, no podía seguir con alguien quién le fue infiel.
-Terminamos, vete de aquí. No quiero verte más-dijo Bulma fría.
Yamcha solo la observó y se fue sin nada más que decir. Bulma de su parte sentía un nudo en la garganta, volteó para irse rápido dentro de la corporación y que nadie la viera con lágrimas en los ojos.
Vegeta de su parte seguía entrenando y recordando a los dos guerreros saiyajines. Se sentía humillado, burlado, no queria eso.
-¡Superare al super saiyajin!-gritó con fuerza.
En ese momento Bulma pasaba cerca de la nave, una gran explosión hizo que se sobresaltara y volteara a ver lo que quedaba de ella.
-¡Vegeta!-gritó su nombre mientras se echaba a correr en su ayuda.
Entre todos los escombros salía el guerrero con el ceño fruncido y el cuerpo cubierto de heridas graves.
-¡¿En qué demonios pensabas al hacer eso?!-inquirió una enojada peliceleste.
-No me digas que hacer... mujer-dijo débilmente y cayó al suelo inconsiente.
Bulma se acercó preocupada, respiraba pero aún así tenía heridas muy graves.
Gracias al padre de Bulma lo llevaron dentro, donde curaron de sus heridas y dejaron en una cómoda cama bajo el cuidado de la peliceleste.¿Por qué te exijes tanto?
Pensó Bulma viéndolo apenada, era un guerrero orgulloso eso lo tenía muy en claro pero ¿Llegar a eso?
Se levantó rápidamente de su asiento y recordó el traje, debía hacerlo lo mejor posible para él. Corrió fuera de la habitación directo a su laboratorio.
-Bien, comencemos-dijo ante unos planos.
Dos, tres días, no sabía, le costó tiempo pero llegó a su cometido.
-Eureca-dijo sonriente al ver los resultados, una armadura del mismo o incluso mejor material del que tenía.
Entusiasta guardó el traje en una capsula y salió corriendo en su búsqueda, quería mostrarle que lo había logrado.
Al llegar al pasillo vió a su madre fuera del cuarto de Vegeta viendo preocupada.
-Mamá ¿Qué sucedió?-preguntó Bulma acercándose y vió algo que la dejó de ojos bien abiertos. Todo el cuarto destruído y él ya no estaba.
-Lo siento tanto hija-dijo el padre apenado.
Ella no dijo nada, simplemente se quedó mirando la habitación con decepción.¿Volverá? ¿Qué hago aquí afuera esperandolo?
Se encontraba sentada en el balcón de su cuarto, la noche había llegado y todavía no había señales del guerrero.
¿Por qué me gasto en él?
Sonrió tórpemente al recordar los días que tuvo que convivir con él, le pareció tierno que se preocupe por ella cuando estaba triste por culpa de Yamcha.
Tonto.
Y como si fuera oída ante ella bajó desde el cielo Vegeta.
-Vegeta-nombró Bulma levantándose de su asiento.
Vegeta no dijo nada, solo alzó un puño ante ella. Un aura dorada lo rodeó, su cabello se volvió amarillo y sus ojos celestes, había superado lo dicho.
-¿Qué dices mujer?-preguntó sonriendo de aquella manera altanera.
Bulma no respondió, se acercó lentamente a él tratando de tocarle el cabello pero las manos de Vegeta sosteniendo sus muñecas lo impidieron.
-¿Qué haces?-preguntó confuso el guerrero.
-Lo hiciste-dijo Bulma sonriendo olvidándose de todo el enojo que tenía.
Se soltó del agarre del moreno y se abrazó a él.
-Sabía que podías-susurró la peliceleste.
Vegeta se mantuvo inmóvil, su corazón latía con fuerza pero no se negó a esto y la abrazó también.Debo admitir que al transformarme en la primera persona que pensé en mostrarselo era a ti.
Pensó el guerrero sonriendo de lado.
Valió la pena.
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ཧᜰ꙰ꦿ•𝑽𝒆𝒈𝒆𝑩𝒖𝒍 - 𝑶𝒏𝒆-𝒔𝒉𝒐𝒕'𝒔.•ཧᜰ꙰ꦿ
FanfictionUna pareja muy especial y amada por los seguidores de Dragon Ball, he aquí este libro dedicado para VegeBul el cual contendrá varios one-shots de ellos. Espero que sean de sus agrados. ♥ 🔷Historia dedicada a Dragon Ball Z/Super.🔷 🌟Contenido VegeB...