Capítulo 4: Siempre es de noche

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He vuelto inesperadamente por los comentarios recientes que me han llegado que me pedían que continuará esta historia y además que justo el mes pasado ha sido el mes del IchiRuki 💗 Me he enterado por twitter y me han inspirado los bellos artes que han ido dejando de esta adorable pareja ahí 😍

Así que aquí vamos de nuevo. Espero disfruten este nuevo capítulo.

¡Nos leemos!

Pd: ¿Tienen algún fanfic IchiRuki favorito acá en Wattpad? No he podido encontrar ninguno que me atrape al nivel de drama y cercanía al canon que quiero leer 🫠

*

Capítulo 4: Siempre es de noche

Ichigo descendió con suavidad en Karakura frente al negocio de Urahara, quien le guardaba su cuerpo mientras estaba en la Sociedad de Almas.

Intercambiaron algunas palabras, pero el antiguo capitán del escuadrón número 12 supo por la expresión distante y desanimada del pelinaranja que lo mejor era no insistir en saber que le pasaba, por lo menos no por hoy.

"Gracias." Murmuro Ichigo cuando salió hacia la calle, ya en su cuerpo. "Por ayudarme."

"No hay problema Kurosaki-san." Le respondió con una sonrisa amable. "¿Volverás mañana?"

Ichigo lo miro guardando silencio sin saber qué decir. Por supuesto que quería regresar mañana, y al día siguiente y al subsiguiente de este, se lo había dicho a Rukia, pero ahora ya con la cabeza más fría había perdido todas las agallas con las que había actuado en la casa Abarai Kuchiki.

"Bueno, no te preocupes." Le saco de sus pensamientos el rubio, mirándolo con comprensión. "Estaré aquí como siempre, cuando necesites ayuda."

Ichigo le sonrió suavemente, sinceramente agradecido por sus palabras.

"Gracias, Urahara-san." Hizo una leve reverencia y se fue del lugar.

*
Camino en la noche tranquila, solo en las calles que parecían desiertas y solo uno que otro auto pasaba a su lado mientras regresaba a casa.

Metió las manos a los bolsillos, tenía frío, ya que no había abrigado adecuadamente a su cuerpo cuando se fue sin pensar hacia la sociedad de almas.

Pensó que una parte de sí mismo deseaba regresar, enfrentar a Rukia así le volviera a pegar, pero, aun así, quedarse con ella. Y la otra, la que ganaba en estos momentos tiraba de él con fuerza hacia la tristeza y al no saber qué hacer.

Y peor aún, hacia los recuerdos.

No podía evitarlo, el recuerdo vivido de cuando la perdió, volvía una y otra vez a su mente sin su control.

Había pasado hace más de 10 años, pero lo recordaba como si hubiera sido ayer.

Fue en una noche muy parecida a esta. Estaba leyendo en su cuarto cuando sintió el reiatsu de Urahara, quien golpeo con los nudillos suavemente en su ventana.

"¿Urahara-san?" Pregunto sin entender, abriéndole al rubio.

"Buenas noches, Kurosaki-san" Le saludo quedándose en el marco sentado, con los pies colgando. "Siento molestarte a estas horas, pero te traigo noticias de la Sociedad de Almas."

El pelinaranjo se preocupó, pensando en los peores escenarios enseguida.

"¡¿Rukia y los demás están bien?!" Exclamó acercándose al hombre, quien por alguna razón lo miro de una forma extraña, con algo parecido a la tristeza.

"Están bien Kurosaki-san." Dijo, en cambio, saliendo completamente de la ventana y poniéndose en pie. Comenzó a buscar en sus bolsillos y sacando un sobre, lo estiro hacia él. "Esto es para ti."

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⏰ Última actualización: Sep 19, 2022 ⏰

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