6. MARIPOSAS

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Pov victoria
Llegué a la iglesia rápidamente, ay! En serio, ese autobús vino muy despacio, ya pensaba que no llegaría jamás.  Fue eterno ese viaje para mi, normalmente me tardo quince minutos en ir a la iglesia, pero esta vez tarde treinta minutos.
El punto es que llegué por fin. Me dirijo inmediatamente a la oficina de la pastora Stella. Iba de prisa, hasta que sentí que choque con alguien.
-Perdón, fue mi culpa. No vi por donde iba... A.. Alejandro? qué pequeño es el mundo. Qué tal.
-Tranquila Victoria. Yo fui quien no vio por donde venía. Tu ibas de prisa. Cómo te va?
- Muy bien, y a propósito yo te pregunté primero como estabas. Jeje.
Pov Victoria
Alejandro me miraba fijamente, sus ojos grandes y profundos. Estaban clavados en mi. No pude evitar sentir un ligero sonrojo en mis mejillas.  Y lo que parecían ser? Mariposas?
-Jeje, estoy muy bien. Aún respiro, asi que, puedo decir que estoy bien.
- Chicos hola, Victoria,  te estaba esperando,  pasa. Dijo la pastora con una inmensa sonrisa.
- Hola pastora, si, con permiso,  adiós Alex. Dicho esto entre en la oficina y la pastora cerró la puerta.
-Alex? Dijo la pastora con una sonrisa como si supiera algo.
-Somos amigos. Por qué?
-Nada. Toma asiento.
Me sente y después de diez minutos salí. Ahora si, podia irme a casa. Es Martes en la mañana. Ese día no tenía clases. Así que podía estar tranquila.
Estaba esperando el autobús para irme y vi a Alejandro acercarse a mi.
-Hola de nuevo. Me saludo el.
-Hola,  enserio, que tal que nos debiéramos algo. Jajaja.
- Si, que loco, jaja.
Llegó el autobús y me subi, detrás mio subio Alex.
- No sabia que venias en esta ruta.
- Si, siempre vengo en ella.
En ese momento me pregunté cuantas veces había estado frente a Alex y ni lo habría notado.
Justo en ese momento el autobús frenó en seco y como no iba bien sostenida me estrelle con Alejandro de frente.
Sentí tanta vergüenza cuando eso pasó.
-Parece que estamoa destinados a chocarnos.
- Si jeje, eso parece. Tomé un mechón de mi cabello y lo puse detrás de mi oreja para tratar de discimular la vergüenza.
Alex y yo nos fuimos hablando todo el camino hasta que llegué a mi casa. Hubiera deseado que el viaje fuera más largo. Para seguir hablando.
Solo pensaba en esas MARIPOSAS.

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