Pude haber sido yo el que tiene tu corazón guardado
Pero alguien sin piedad me lo robó
Cuando por fin pensé haberlo atrapado
Fue que se escapo
Tal y como había dicho la madre del pequeño Díaz, el destino poco a poco fue llenando la vida de Guillermo y Samuel de nuevas personas y amistades, las cuales habían obligado a los dos mejores amigos a expandir sus horizontes e incorporar nuevas personas a sus rutinas, más que nada cuando el instituto los obligó a separarse. De un día para el otro, y cuando la edad lo demandó, ambos amigos habían sido enviados a distintos cursos y se vieron obligados a relacionarse con más personas de las que en realidad querían, pudiendo así incorporar amistades que, con el correr del tiempo, habían llenado superficialmente el hueco que había dejado el otro al verse obligados a dejar de compartir clases. Sin embargo, nada de eso significó ninguna ruptura en su amistad, la cual permanecía totalmente intacta a pesar de que ambos pasaban tiempo con sus respectivas amistades.
Siempre estaba la noche para hablar con su mejor amigo cuando su día era demasiado atareado.
-¿Tienes todo listo para esta noche?- preguntó Samuel mientras se movía de un lado al otro de su habitación con el móvil pegado a la oreja y arrojaba un par de prendas sobre la cama.
-Claro, chaval, ¿con quién crees que hablas?- dijo Guillermo del otro lado de la línea, consiguiendo que rodara los ojos –Cristina dijo que nos dará las entradas en cuanto nos vea, por lo que solo queda ir.
Samuel sintió a las mariposas, las cuales nunca habían desaparecido de su estómago, descomponerse al escuchar aquel nombre femenino.
-Genial- acotó intentando ocultar su malestar –Le dijiste que necesitamos tres, ¿verdad? No quiero dejar a David fuera.
Guillermo sintió florecer sus celos, los cuales nunca había dejado de sentir, al escuchar aquel nombre masculino.
-Sí, lo hice- tomó aire y empujó sus celos hasta sus pies –Nadie quedará fuera de la fiesta del año.
-¡Perfecto!- continuó Samuel entusiasmado –Será mejor que te deje porque me está poniendo nervioso no saber que ponerme- Guillermo rio –pasaremos por ti en una hora, ¿vale?- el del otro lado de la línea soltó un sonido afirmativo –Vale, adiós.
Ambos habían logrado incorporar a sus respectivos y nuevos amigos en la vida del otro sin ningún problema, por lo que podría decirse que los amigos de Samuel eran amigos de Guillermo y viceversa, pero con David y Cristina era distinto... muy distinto. Aquel par, siendo la chica compañera de Guillermo y el chico de Samuel, había llegado para revolucionar la amistad de los chicos sin que siquiera se diesen cuenta de ello, causando un par de roces entre los cuatro a pesar de que se consideraban todos amigos. Ninguno era mala persona, todo lo contrario, pero eso no descartaba aquellos sentimientos en el pecho de los mejores amigos en ningún momento.
Cristina era simpática, correcta y graciosa y, en varias ocasiones, había logrado que las mariposas en el estómago de Samuel se rompiesen por lo cerca que estaba de Guillermo, el cual no parecía sentirse incómodo por ello.
David, por su lado, era torpe, divertido y contaba con un inmenso corazón que había logrado sanar alguna que otra mariposa rota en Samuel y le había robado más que unas cuantas sonrisas, cosa que hacía a Guillermo hervir de celos por no poder ser él el que hiciese eso cada que su amigo lo necesitaba.
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Consejo de amor [Wigetta]
Fanfiction//HISTORIA FINALIZADA// Pude haber sido yo el que a tu lado siempre se despierte, pero el futuro nunca nos llegó. Me prometí que nunca iba a perderte y no sé qué pasó. Pude haber sido yo... si tú tan sólo me hubieras pedido un consejo de amor ~~~~~...