Nacimiento

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_____Capitulo_1_____

En la madrugada del 7 de Diciembre de 1996, a las afueras de la ciudad de Barcelona, los gritos agónicos de una mujer resonarón por el frondoso bosque que rodeaba una casita alejáda de el mundo urbano.

La mujer parecía desgarrarse en cada quejido que salía de su boca y durante horas su dolor fué escuchado por todo ser viviente que habitaba en el bosque.

De repente, el sonido de los gritos cambió para convertirse en el llanto de un recien nacido.

- Una niña, una niña!

Mi señor es una niña!

Gritabán las alegres voces de dos mujeres.

- Y Victoria? Esta bien?

Preguntó una voz de hombre con preocupación.

Los pasos se hicierón rápidos y el sonido de una puerta abriéndose interrupió el silencio del bosque.

- La señora esta bien, pero necesita descansar.

La voz de la mujer demostraba la avanzada edad que tenía.

- Y la pequeña?

Preguntó el hombre de nuevo.

- La niña esta perfecta, fuerte y sana.

Sentenció la mujer.

- Gracias al cielo.

Susurró el hombre aliviado.

Los pasos hicierón acto de presencia de nuevo, pero esta vez sonaban lentos.

- Mirala Zion, es preciosa.

Susurró la mujer que antes gritába de dolor con orgullo.

- Es... Perfecta.

Coincidió el hombre, con el mismo orgullo en la voz que la mujer.

El sonido de un beso retumbó en la habitación en la que ambos se encontraban.

- Gracias Victoria... Gracias mi amor.

Díjo el hombre mostrando gratitud en cada una de sus palabras.

El sonido de otro beso llenó el silencio de una noche de luna llena.

- Elena.

Díjo la mujer.

- Elena.

Repitió el hombre.

- Bienvenida al mundo pequeña.

Sentenció la mujer de avanzada edad.

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En el presente.

- Elena!!

O no! Porfavor, porfavor que no sea para que me tome el maldito baso de leche...

- Si mama?

Pregunté con los dedos cruzados en mi espalda.

Mi madre me miró con cara de disgústo y señaló el interior de la casa.

- La leche... Recuerda lo que díjo el doctor Meyers.

Díjo mirándome directamente a los ojos.

Porque siempre hace eso?

Solo es un maldito baso de leche.

Resoplé y me acerqué a la puerta para entrar de nuevo a casa y acabar de una vez por todas con esa tonteria.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora