Mi pequeña Diosa

322 19 2
                                    


_____Capitulo_10_____

Seguí tumbada en la cama, tratándo de recuperar el aliento ya que sentía que el aire apenas entraba en mis pulmones.

Había sido increíble, jamás imaginé que llegaría a sentir lo que había sentido minutos atrás.

Ese placer... Uff.

- Estas bien?

Me preguntó pegándo su boca al lobulo de mi oreja y causándome un escalofrio de placer que me cortó el aire de nuevo.

No fué mas que un susurró pero su voz ronca y cargada de deseo ízo que todo por debajo de mi cintura se estremeciera.

Le miré y la profundidad y el brillo de sus ojos verdes al posarse en los mios me dejó muda.

Pues vamos bien... Ahora, en este preciso momento se te colapsa el cerebro?

Se mofó la vocecilla de mi cabeza.

Callate.

Pensé y me sentí estupida por estar hablando conmigo misma.

Leo seguía sobre mi cuerpo, mas concretamente entre mis piernas y me miraba divertido esperándo una respuesta mientras yo discutía mentalmente conmigo misma.

Si, contigo misma... Y ahora responde si no quieres que piense que estas como una cabra atontada!

- Si...

Acerté a contestar, ahunque mi voz sonó mas como un susurro agónico.

- Bien... Porque todavía no e terminado contigo.

Respondió y sus manos acariciarón mi cuerpo con descaro para dar mas enfasis a sus palabras.

Lo ves? Tendrias que haberte quedado callada...

Murmuró mi cabeza.

Será... Oh Dios mio.

Leo, ajeno a mi discursión mental había comenzado a bajar por mi cuerpo, pero esta vez las caricias de sus manos eran seguidas por las de su boca, su lengua y algunos mordisquitos que hacían que todo mi cuerpo se estremeciera.

- Leo... Leo para! Que estas haciendo!?

Pregunté con los ojos como platos al sentir que se acomodaba entre mis piernas.

Cuando alcé mi cabeza y lo ví creí que me moría.

Sus hombros mantenían mis muslos abiertos y su cara y su mirada estaban justo encima de mi intimidad.

- Es precioso...

Susurró con voz ronca y sentí como el calor en mis mejillas aumentaba.

Alzó la vista hasta fijarla en la mía y en sus ojos un brillo peligroso acompañaba a una media sonrisa que te cortaba el aire.

- Siente esto pequeña.

Murmuró sin dejar de mirarme y se lanzó a devorar mi feminidad.

Dios mio... Esto es...

Si las caricias que sus manos me habían proporcionado antes me habían parecido perfectas... Las de su lengua eran maravillosas.

Gemí y me retorcí de placer.

Alargé la mano hasta llegar a la suave y espesa mata de pelo negro y tiré para pegarlo más a mí.

No quería que se alejara de mi cuerpo y mucho menos que parara.

Leo sorprendido soltó un gruñido de satisfacción y me devoró literalmente. Sus manos apresarón mis pezones y su boca me comió con desesperación, con necesidad...

Mi cuerpo comenzó a temblar mecido por el placer y mi respiración se aceleró, estaba cerca, muy cerca.

Y cuando sentí que estaba llegando a rozar el cielo con mis propias manos y mi cuerpo comenzó a sentir los primeros espasmos de deliciosos y sublime placer que ese hombre me provocaba, se detubo.

- No!

Grite frustrada y confundida y escuché una debil risa.

Genial!! Encima se rie de mi...

Pensé algo enfadada y confusa.

- Por favor...

Murmuré más para mi misma que para el.

- Quieres que pare?

Preguntó con picardía.

- Que..? Yo...

Tartamudeé en respuesta.

- Vamos Elena, es muy facil. Quieres que pare o no?

Preguntó de nuevo divertido.

- Y.. Yo... No.

Admití avergonzada y él volvió a reir.

Le miré con mala cara y el me respondió con una mirada lobuna que casi me ízo caer de espaldas de nuevo contra el colchon.

- Pidemelo.

Me susurró con voz ronca y profunda.

- El que...?

Conseguí responder, de nuevo lo sentí, ese calor en el aire de la habitación que apenas me dejaba respirar.

- Que continue. Pideme que siga.

Respondió con el mismo tono de voz ronco sin apartar su mirada de la mía.

Había seriedad en su mirada, estaba decidido.

-  Por favor.

Murmuré avergonzada.

- Por favor, que?

Preguntó arqueando una ceja y yo me mordí el labio.

- Dimelo cariño, dime lo que deseas y yo te lo daré.

Respondió con voz ronca mientras besaba la piel de mi vientre.

Arriba y abajo, una y otra vez.

- Mmmh... Quiero...

Susurré suavemente perdida de nuevo en las sensaciones que ese hombre me hacía sentir.

- Que quieres cariño?

Preguntó de nuevo, animándome a continuar.

- Tócame...

Susurré implorando por recuperar su atención allí donde más la necesitaba.

- Tus deseos son ordenes para mi, mi pequeña Diosa.

Respondió con voz ronca y tras mirárme a los ojos una última vez volvió a posar su boca entre mis piernas.

A los pocos minutos, tras un intenso orgasmo que me ízo estremecer de pies a cabeza volvía a estar jadeante, tumbada sobre las mullidas mantas de mi cama.

**********************

Queridísimas lectoras:

Como ya expliqué en mi otra novela "Emily Dream" la razón de que el fin de semana no publicara nada se debe a que tuve a mi pequeño monstruito malito en casa con bronquitis y conjuntivitis y bueno, tiene dos añitos recién cumplidos... Que os voy a contar?
Espero que me entendais, no pude escribir nada de nada :(

Pero bueno aqui esta el capi, mas larguito que los demas y en unos dias publicaré otro ;)

Este capitulo quiero dedicarselo a mi pequeño monstruito, al hombre de mi vida, a mi pequeño Marc.
Mi bebe <3 Que el domingo dia 7 cumplió dos añitos :) Ahunque no me deje escribir *.* jeje
Te adoro vida mia <3<3<3
Quiero ver votos y comentarios! ;)
Bea <3

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora