" ℕ o v ι o " [ Syмвrocĸ ]

❀ㅅ: Bᴇsᴏs.

— Eddie—llamó el simbionte, haciendo que el rubio volteara al instante.

— ¿Qué pasa amigo?

— ¿Por qué está mal que dos personas del mismo sexo se besen?

El hombre suspiró, siendo tomado por sorpresa con esa pregunta. Sobó el costado de su cuello antes de responder.

— Hay ciertos factores, V— la masa de oscuridad se materializó frente al rubio—. Cuando las personas se besan de forma inocente está bien, no hay razón para enojarse, pero hay gente muy estúpida en el mundo que no le gusta lo que sea diferente a lo que está acostumbrado. En cambio, cuando lo hacen de una forma demasiado, ah, ¿explicita?—pensó un poco más en la palabra que describiera la situación, pero no se le vino nada a la cabeza—. Es de mal gusto, sean del mismo sexo o no, porque más parecen calientes apunto de cojer en la acera que enamorados.

— ¿Cómo es un beso inocente, Eddie?— se acercaba con cautela hacia sus labios.

— Es un beso suave, que aunque se adentren sigue siendo con amor y respeto, sobre todo respeto—desvió su vista hacia sus piernas—. Se abrazan, se acarician con cuidado las mejillas y sientes como si fueran sólo ustedes en el mundo.

— Eddie— volvió a llamarlo, esta vez en un susurro.

— ¿Sí?— elevó su vista, topándose con la mirada blanquecina de Venom a unos centímetros de él; su rostro ardió en respuesta a la sangre acumulándose en todo.

— No sé cómo besar—dijo, nuevamente en un susurro— ¿Me puedes enseñar?

El tono con el que se lo pedía hizo que una ráfaga de mariposas cubriera todo su estomago, rió bajito y asintió leve con una dulce sonrisa en su rostro.

— ¿Puedes hacerte un cuerpo?— el simbionte asintió con entusiasmo, uniendo zarcillos con zarcillos que comenzaban a darle forma a un brazo, un torso, unas caderas, unas piernas; todo tomó forma una vez el cuerpo había estado unido.

Eddie lo miró con sorpresa, notando lo alto y macizo que era, se sentía como una pulga a un lado de él.

— Eres muy alto...

—¿No te gusta?— preguntó de inmediato—. Nosotros podemos-

— No— le detuvo, tomando sus grandes manos; haciendo el intento de cubrirlas—. Me gusta.

Y ahí estaba otra vez ese revoloteo en su estomago.

— ¿Qué hacemos?

No respondió. Estiró sus manos hasta llegar al cuello del ser obscuro, quien tuvo que inclinarse para facilitarle la tarea a su humano. Pudo notar como un brillo inusual yacía por encima de sus filosos dientes, unos dulces labios estaban ahí.

— Ven— susurró.

El simbionte se acercó temeroso, sintiéndose pequeño ante la mirada azulada de Eddie. Sus pequeñas manos tomaron su rostro, acortando la distancia para fundirse en un beso. Retrajo sus dientes un poco para no lastimar la boca de Eddie al momento de abrirla, ya con la pena muy lejos adentró su lengua en la cavidad del rubio, recibiendo un jadeo en aprobación.

Un impulso que desconocía lo invadió; tomó con cuidado el rostro de Eddie, siendo ahora él quien tomaba el mando de aquél beso. Sus labios tronaban con fuerza, era una melodía para Venom que sólo le incitaba a querer probar más. Con un brazo tomaba su espalda, elevándolo a su altura y con el otro sostenía su nuca. La respiración de Eddie se volvía más dificultosa a medida que el beso se prolongaba, quería detenerlo pero la satisfacción era tanta que podría desmayarse en el acto.

Venom se alejó, dando un último beso en sus labios antes de darle espacio para que respirara.

— Dijiste que no sabías besar— dijo entre bocanadas de aire, limpiando la saliva de sus comisuras.

— Mentimos.