El novio de mi mejor amiga. // TERMINADA//

55. Adiós.

Empecé a pedir el boleto de camino al aeropuerto en el celular, así lo tendría llegando, y no tendría que hacer todo el trámite, el próximo vuelo salía en una hora.

Jim, por favor, despídete de Caleb y Lyssa. escribí rápidamente al acordarme que no me despedí de ellos.

Miré a través de la ventana del taxi negro y vi pasar las hermosas calles de la ciudad, no volvería a verlas de la misma manera.

No podría ver nunca más esta ciudad sin sentir el dolor y decepción que había causado en ella.

Entró una llamada al celular, y vi en la pantalla que era Alik, la ignoré.

¿Por qué no me dejaba en paz?

Volvió a llamar, y volví a ignorar.

¿Para que insistía?

Por favor no me dejes leí en un mensaje que envió.

Podemos arreglarlo, podemos empezar desde cero.

No podíamos.

Era imposible empezar sin pensar en Leah, sin pensar en todas sus confesiones, sin pensar en los consejos que Jim me daba.

Déjame demostrarte que te amo, deja que te demuestre que no soy ese que Leah te menciono.

No era solo el que ella me había mencionado, era el que había escuchado anoche, era el chico que hablaba sin pensar.

Ayer fui un idiota, pero no era verdad nada de lo que dije. Olivia, por favor, debes creerme, te amo.

Apagué las notificaciones y bloqué el número de Alik, no quería leer más sus mensajes, sus excusas.

Pero mi corazón se achicaba, se retorcía pidiendo que leyera más mensajes, que le pidiera que viniera conmigo, que nos escapáramos unidos. Tenía que renunciar a él.

Porque era lo mejor que podía hacer.

Recordé las palabras de Jim y Alik: lo mejor que me había pasado era no haber sido parte del drama por años.

Pero fui la gran final que necesitaban.

Podía escuchar los gritos de Leah aún retumbando en mis oídos, y podía sentir los libros golpeando mi cuerpo haciendo sonidos huecos.

Me iba hasta la otra parte del mundo, pero mi corazón se quedaba aquí.

Con él.

No podía asimilar que el chico que Leah me mencionaba era el mismo que había pasado tantos días junto a mí, alegre, sonriente, servicial y amable; y no podía creer que Leah fuera aquella chica que Alik me describía como celosa, amargada y vengativa. Ella siempre había sido como la describía Jim: amable, cariñosa, sonriente.

Sentí el hormigueo en mi mejilla a la que el hielo ya no le hacía efecto, y pude sentir como la cabeza me retumbaba.

Pude ver como nos acercábamos al aeropuerto a través de la ventana; pagué al conductor quién me ayudo a bajar las maletas, agradecí y entré en el aeropuerto.

Me acerqué con la chica de la recepción, quien se encargaba solo de boletos comprados en línea. Los imprimió y me los entregó, me deseo buen viaje y yo le agradecí.

Caminé hasta las puertas justo al momento en que anunciaban que mi vuelo despegaría en unos minutos, me apresuré a dejar mis maletas, y caminé hasta la fila.

Había llegado la hora, era momento de olvidarme de estos últimos días, olvidarme de las personas con las que había pasado tan buenos recuerdos. Podía sentir mi corazón latir y mi nerviosismo.