Min Yoongi es el hombre más guapo que puede existir. Sus hermosos labios, su blanca piel, sus grandes manos y delgada cintura me hacen enloquecer y querer matarme, porque no soy digno de ver tanta belleza. Siempre lo observo desde una esquina en la cafetería o caminar unos cuantos metros detrás de él son suficientes para mí, pero hay veces en las que realmente quisiera que se acercara a mí y me encerrara contra la pared, pero tú y yo sabemos que eso no pasará.Una vez en la salida busqué a Yoongi con la mirada para ver como se subía a su moto y se iba. Pero al contrario, vi como él se aproximaba a mí, mi corazón dejó de latir por un momento, congelando todo a mi alrededor.
Vi su lindo cabello ser golpeado por el viento, su divina sonrisa y su agradable caminar. Estaba tan concentrado que ni siquiera me di cuenta que él ya se encontraba frente a mí.
— Jungkook, ¿qué tal?
¡Sabe mi nombre! ¡YOONGI SABE MI NOMBRE!
— Ho-hola, Yoongi
— Ayer quise hablarte pero tú aprecias evitarme —rió suave—, pensaba invitarte a mi fiesta de cumpleaños. Bueno, no es una fiesta grande, será algo pequeño, ya sabes. Hoseok me había dicho que tú-
— ¡Claro que iré! —grité, entusiasmado— Oh, lo siento. Sí, iré
—Genial —sonrió hermoso como siempre—. Entonces te veré en mi casa
— S-sí, en tu casa
Yoongi me sonrió por última vez para dar una vuelta y empezar a alejarse. Reaccione inmediatamente al darme cuenta de que no sabía dónde vivía, pero ya era muy tarde. Él ya se había ido. Así que tendría que buscarlo y pedirle la dirección.
¡Pero eso no importaba cuando Yoongi había venido a mí para invitarme personalmente a su fiesta de cumpleaños!, estoy seguro de que yo le gusto tanto como él a mí.
Completamente seguro.