Palidez a los 30.

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Siento sus brazos alrededor de mi,
como el dolor alimenta a mi pecho,
y pienso que su amor es mío por siempre.
Bajo el sol del desierto, estoy solo si no fuese por ella,
en el desierto, no hay más dinero,
ni zapatos, ni sueños,
y si hubiera aún no podría regresar a casa,
porque el desierto convierte  la tierra seca
y sabes que estas vacío y solo. Y yo lloró.
¿Sabes que es lo que palidece después de los 30?
Lo sabes, lo sabes...
es como si esa joven
que me sostenía en sus brazos
no hubiese existido nunca,
pero eso no es cierto,
aún permanecias ahí, ahí siempre para mi,
no puedo conservarte a salvo, a salvo del tiempo.
Y el pasado (debilidad, desfallecimiento y una plegaria).
Espasmos asfixiantes en el pecho
y en el estómago.
Sé que estas llorando,
demasiado triste, demasiado cansada
para despertar, otro día, y otro, y otro, y otro.
Demasiado, demasiado lejos,
he caminado en el desierto,
el agua del río no fluye y no hay cura,
me entristece pensar que tu también has estado aquí.
Otra vez y otra vez,
los ecos de la cueva me causan emoción.
Otra vez y otra vez,
tu respiración esta mi.
Si pudiera sacar dinero de esta tierra
para no escuchar que tu vida es miserable.
Si pudiera calmar tu dolor de cabeza.
Si pudiera darte esperanzas como un dios, un dios.
Si pudiera, si pudiera...

Para Silvia Benavides.

La Muerte viene como un amigo asustado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora