3.

34 0 0
                                    

¿Cómo algo que consideras ridículo puede convertirse en tu deseo al despertar, al caminar por la calle y al subir las oscuras escaleras de un viejo edificio?

El siguiente lunes volví a mirar por la ventana, a la misma hora. Di un suspiro cuando no la encontré en su ventana. 

¿Es acaso suyo el panorama o de ella depende que el cielo juegue con los colores? 

Sonreí, abrí por primera vez la ventana no con la intención de refrescar la casa, no, era con la ansiedad de refrescarme a mí.

Respiré profundo y me sentí tan dichoso como nunca: el mundo ya no estaba tras el vidrio frío. 

Había una melodía soberbia producida por el viento feroz, las ramas de los árboles y las aves resguardándose.

A partir de ese día la vida tuvo un sabor diferente, a veces muy fresca y a veces muy amarga porque eran la una de la tarde y estaba en el trabajo, cuando lo que quería era estar en la ventana del tercer piso a las 6:45.

¿Ella anhelaba tanto como yo esa hora?

No podía estar seguro, porque mientras mi "costumbre improductiva" era diaria, su silueta dorada aparecía sólo los miércoles. Lo comprobé durante tres semanas más en las que la encontraba ahí y, como no queriendo, no me asomaba más que un segundo por la inquietud de que volviera a descubrirme.

¿Sólo se les llama valientes a quienes van a la guerra o pelean por algún bien común?

Para mi padre la lista también incluye a quienes sin importar sobre quién tengan que pasar o qué tengan que abandonar "triunfan en la vida"... Cosa que implica mantener en comodidad a tu progenitor. Me siento agobiado de sólo pensar en él.

Para mí, en esos momentos, la valentía se reducía a atreverme a estar en la ventana los miércoles por la tarde. 

Y vaya cobarde que fui. 

CrepúsculoWhere stories live. Discover now