7.

11 0 0
                                    


–Me has visto desde tu ventana... –dije como un último intento de no acabar con mi fantasía.

–Entra a la casa. Ve a terminar lo que hacías –le mandó su madre.

Tragué saliva mientras la veía irse a varios pasos lejos de mí.

¿Acaso soñé cada miércoles a las 6:45 durante diez semanas?

–Nunca entenderé por qué hay gente como tú a la que le gusta burlarse de otros o hacernos perder el tiempo –me dijo con desprecio y cerró la puerta tras de sí.

No entendía nada, absolutamente nada. En mi imaginación aquella iba a ser una escena muy diferente, porque ella era Mi Sol... Pero sólo en mi imaginación yo era algo... al menos el chico que compartía su gusto por el crepúsculo.

–¡Date prisa! Me iré a bañar, y quiero que hayas terminado para cuando salga –escuché decir a la señora.

Las lagrimillas me picaban los ojos, pero respiré hondo y no las dejé salir, porque los hombres no lloran... los hombres no imaginan rosas ni jazmines, los hombres no pierden el tiempo viendo al sol irse...

–¿Sigues ahí? –me susurró El Sol sin abrir la puerta.

–Sí –respondí y olvidé todo lo que un hombre es–. Digas lo que digas, tengo ganas de despertar todos los días gracias a ti... no sólo por tu persona... Amé cómo te perdías en el atardecer y ahora ya no puedo pasar un día sin perderme en él.

La escuché reír con ternura y olvidé todo el episodio anterior.

–Un día escuché una canción mientras trabajaba y fue como si hablara de ti... En realidad, sólo venía a dos cosas, darte las gracias y darte la letra de esa canción. ¿Puedo pasarte el papel por debajo de la puerta? Me iré después.

–Leélo, por favor; yo no podría leerlo.

En ese instante no entendí sus palabras.

–Es muy largo... Te leeré un aparte:

»Hoy el sol se escondió
y no quiso salir
te vio despertar y le dio miedo de morir.

»Abriste los ojos
y el sol guardo su pincel
porque tu pintas el paisaje mejor que él.

»Cuando amanece tu lindura
cualquier constelación se pone insegura.
Tu belleza huele a mañana
y me da de comer durante toda la semana.
Tus ojos hacen magia, son magos
los abriste y ahora se reflejan las montañas en los lagos.

»La única verdad absoluta es que cuando naciste tú
a los arboles le nacieron frutas.
Naranja dulce,
siembra de querubes
como el sol tenía miedo
se escondió en una nube.
Hoy el sol no hace falta, está en receso.
La vitamina D me la das tú con un beso.

»La luna sale a caminar
siguiendo tus pupilas.
La noche brilla original
después que tú la miras
Ya nadie sabe ser feliz a costa del despojo
gracias a ti y a tus ojos.

»Eres un verso en reversa, un riverso
Despertaste y le diste vuelta mi universo.

Me quedé callado en cuanto terminé, esperando, intentando no hacerme ninguna ilusión. Con una mano en la puerta, soñando con tocar su mejilla y al mismo tiempo con los pies listos para salir huyendo ante la humillación y la vergüenza.

–Creo que es precioso –habló por fin.

–Lo es porque habla de ti –me aventuré a comentar–. No sé bien cómo haré para irme de al frente tuyo sin que contigo se quede todo lo que me hizo sentir que mi vida podía ser buena.

Comencé a pasar los dedos por la puerta, odiando que, aunque ya no había metros de distancia entre los dos, estaba esa fría y dura puerta.

–Perdí la vista hace quince años.

Entonces entendí la razón por la que siempre tenía los ojos fijos en el sol... o en mí.

Lo mucho que me emocionaba que me sonriera, y me viera sonreír, no era del todo real. Ella no sabía que en ese momento prodigioso, tenía el papel principal. Para ella, esto que tanto anhelaba a lo largo de mis días, no existió.

–Es mucho más complicado de lo que parece acostumbrarse a un cambio así –suspiró.

Lo que yo llamaría "desgracia", ella lo llamó "cambio"

–De las cosas que más recuerdo – continuó–, es cuando vi a una araña caminando y alimentándose... ¡pero sólo tenía tres patas! Esa araña fue parte de mi impulso para seguir. No te conozco, pero espero que la araña te sea útil.

Escuché sus pasos alejarse de mí.  

Y así, como cada día, El Sol desapareció, pero dejó lo cálido de su presencia... Tal vez para siempre. 

CrepúsculoWhere stories live. Discover now