Día 15

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Jaeyong estaba distinto desde el día en que se encontró a Minho y Jisung juntos, él notaba sus cambios y Minho también. La pareja había estado distanciada y apenas se hablaban. Cuando Jae llegaba del trabajo se encerraba en el cuarto de invitados y no salía a menos que fuera estrictamente necesario. Minho había insistido con el tema, preguntando continuamente que le pasaba, pero ante las negativas de su novio de contárselo y sus respuestas secas y carentes de sentimiento lo había dejado estar.

Cuando se sienta preparado ya me lo contará...

Se decía Minho siempre que veía que Jae pasaba de él completamente. Y no se equivocaba. Jae quería decirle todo lo que llevaba en su interior, sus inquietudes y dudas, sus miedos, aunque no sabía como podía expresarlo todo sin acabar lastimado o lastimando a Minho con sus palabras.

―No deberías darle tantas vueltas al asunto... ―dijo Jinhwan, un amigo y compañero suyo.

― ¿Cómo que no? ―inquirió Jae removiendo su bebida lentamente, levantó su vista y lo miró fijamente. ―No le puedo decir "Sé que no amas y que me sigues engañando, coge tus cosas, vete y no vuelvas jamás. Ah por cierto yo si te amo y con locura" ―añadió con desdén hacia su amigo.

―Sería una manera ―respondió sorbiendo su batido con la mirada fija en Jae.

―Argh... ―gruñó de frustración Jae. ―No sé por qué te cuento mis problemas si nunca me das buenos consejos.

Jinhwan se encogió de hombros. Jae se terminó su bebida y dejó un billete encima de la mesa para luego levantarse y empezar a coger sus cosas.

―Sé que no soy bueno como consejero pero tampoco hace falta irse ―dijo Jinhwan molesto hacia Jae.

―Tengo que volver al trabajo, no me voy por tu deficiencia al dar consejos ―respondió con sorna.

Jaeyong dejó la cafetería atrás y emprendió su camino hacia su agencia. Ahí lo recibieron y enseguida le dieron indicaciones para su horario. Hoy por suerte no sería objeto a fotografiar, sólo sería un busto humano para un maquillador que estaba colaborando con uno de los diseñadores de esa misma agencia. Cuando empezaron las pruebas de maquillaje Jae desconectó totalmente sin prestar especial atención a lo que el chico aplicaba en su rostro.

― ¿Jae? ¡Jae! ―le llamó la atención el chico.

―Si perdone, discúlpame ―respondió Jae un poco avergonzado de sí mismo.

―Te decía que hoy al final también vamos a hacer la prueba de vestuario junto con el maquillaje puesto ―dijo el chico mientras le delineaba el contorno de su rostro.

Jae sólo asintió. Las horas iban pasando lentamente y no veía la hora de irse a casa, la prueba por suerte no fue muy larga. Hacia las 7 a terminaron y le dijeron a Jae que se podía ir a descansar a casa, él gustoso aceptó y se despidió de todos para luego apresurarse a llegar a su casa. Cuando llegó en frente de la puerta pudo oír varios ruidos detrás de la puerta, Minho ya debió llegar. Jae empujó la puerta lentamente.

―Hola... ―dijo casi sin ánimos.

Minho fue a su encuentro en la puerta y le devolvió el saludo. Como de costumbre Jae le dijo que se iría al cuarto porque estaba muy cansado, Minho no comentó nada y simplemente lo dejó ir. Una vez en el cuarto se lanzó a la cama como un peso muerto y ahogó su rostro en la almohada. Sabía lo que tenía que hacer y sabía que era lo correcto, aunque él sería el pringado que quedaría solo.

Tenía claro que debía decirle a Minho que lo sabía, que se había estado viendo con Jisung, no podría aguantar con la mentira mucho más tiempo. También si le decía esto era estúpido intentar retenerlo a su lado cuando quiere estar con otro así que lo dejaría ir, que fuera feliz al lado de Jisung. Al fin y al cabo ya sabes lo que se dice, si amas a alguien debes dejarlo ser feliz. Pero en su interior Jaeyong no quería echar de su vida a Minho, le hubiera gustado que estuviera más tiempo a su lado.

Only Twenty More || Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora