¡Adorable!(4)

937 70 11
                                    

Abrí mis ojos como platos y restregué en contra de ellos, luego de intentar pestañear lo más rápido posible. Debía enclarecer el panorama, pues era inverosímil que ella consintiera tal clase de contacto con otro hombre.

Me acerqué a ellos e intenté hacer que se percataran de mi presencia mientras me mantenía de pie a su lado, mientras se besaban apasionadamente. Era tal nivel que incluso podía ver el contacto de sus lenguas con detalle.

-... -quería pronunciar su nombre, sin embargo nada pude decir. Era como si mis cuerdas vocales se hubiesen evaporado y no hubiera nada que causara fricción dentro de mi garganta.

Solo una pequeña sensación de ahogo era lo que me hacía sentir vivo en ese momento.

---

Ella lloraba como si presenciara el funeral más triste de todos los tiempos. Agachada frente a la taza del W.C, intentando limpiar los restos de vómito que habían quedado, rodeando sus pálidos labios. Yo solo sostenía su largo cabello a lo alto, mirándola con tristeza.

Sus sollozos seguían desgarrándose hasta el punto de hacerme creer que podía hacerse daño mientras lloraba. Era normal que se sintiera así, después de todo hace no más de dos días que habíamos confirmado su embarazo.

Embarazo que había sucedido por mi culpa, pues no supe cuidarla oportunamente, ni protegerla como quería.

-... Yoon... Gi... -pronunció mientras su respiración se contraía violentamente a merced de su diafragma, por su reciente llanto. Sus pulmones se sentían tensionados y aquella reacción involuntaria la hacía ver vulnerable, como una niña pequeña.

-Todo estará bien... -pronuncié acariciando su cabello lentamente, sin saber qué más palabras dedicarle.

-... No me veas así... -volvió a fruncir su expresión, tornando su piel facial roja-, me veo horrible...

Una oleada de furia recorrió mis venas hasta hacerme reaccionar, luego de quedarme perplejo mirándola.

-¡Por qué! ¡Por qué siempre crees eso! -pregunté desesperado-. Eres... Eres realmente linda... ¡Siempre he pensado eso...!

Ella se quedó plasmada mirándome, con espasmos de llanto, antes de comenzar a negar ofuscada frunciendo sus labios.

-¡Me lo dices porque tienes lástima! ¡Porque sabes que soy fea! ¡¡Y sucia!! -gritó nuevamente quebrando mi corazón.

Cogí una toalla del baño, y suavemente pretendí secar su rostro junto con el contorno de sus labios. Mirándola fijamente mientras removía esas perladas lágrimas que recorrían sus mejillas.

Quedándome mirándola sentí el impulso de hacer algo por ella.

Acerqué mis labios a los suyos por primera vez, blanduzco y gentil, sin querer ejercer presión alguna. Era como un beso inocente que se darían dos niños de primaria después de clases, procurando que nadie los viese, puesto que era la mayor travesura que harían en sus vidas.

La sostuve con delicadeza por interminables segundos, en que con cuidado moví mis labios para acariciar los suyos. Cuando me separé vi su rostro sereno, con ambos ojos cerrados, respirando con un poco más de cordura y control.

Ella era realmente adorable.

----

-¡Adorable! ¡JAJAJA! -golpeé el fierro que correspondía al tubo de ventilación de la discoteca, edificación que se encontraba próxima a ellos. Reí tan fuerte que ambos finalmente pudieron notarme, mientras al cabo de separarse, un hilo de saliva unía sus labios.

❝Yo Quisiera Amarla❞ Suga;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora