Mitología Griega.

El origen de la cojera de Hefesto.

Hefesto, uno de los tantos hijos de Hera y Zeus, dios del fuego y la forja, protector de los herreros, los artesanos, los escultores, los metales y la metalurgia, es el protagonista de este mito, él y su cojera.

Desde su más tierna infancia, Hefesto demostró su valía al ser capaz de crear objetos útiles y hermosos con sus manos, además de su gran creatividad para poder imaginarse todo tipo de artilugios. En su mente siempre estaba planeando nuevos inventos que sorprendían a los mismos dioses. A medida que este crecía, Zeus le permitió vivir en el Olimpo y, allí, sus proyectos eran cada vez más y más maravillosos, desde un calzado mágico que permitía caminar por el aire y el agua como sobre la tierra hasta capas de invisibilidad, pasando por vajillas de oro y plata que podían retirarse por sí solas de la mesa.

En el Olimpo, el dios de los artesanos tenía su propia forja y un taller donde preparaba a sus sirvientes para ayudarle en la ardua tarea de la creación de objetos, mas este no era su único centro de trabajo ya que en la tierra, allí donde hubiera un volcán, Hefesto tenía una forja.

Un día, Hera enfureció tanto al dios del trueno que colgó a la diosa protectora del matrimonio atada de pies y manos a medio camino entre el cielo y la tierra. El resto de dioses del Olimpo sintieron pena por ella, pues era un castigo demasiado cruel. Hefesto, que era su hijo, decidió que debía liberarla, pero su intento sólo hizo que aumentara la ira de su padre, que le lanzó un rayo con tanta fuerza que Hefesto fue lanzado del Olimpo, cayendo durante un día entero hasta la tierra.

Un día, tras una tremenda vibración, un volcán se formó junto a su isla. Corto la parte superior de la montaña y allí encontró su fragua. Así logró tener un nuevo taller en la isla donde creó unos nuevos rayos para Zeus que, este, le entregó a su padre como regalo. Zeus, agradecido, le permitió volver al hogar de los dioses.

Así, Hefesto recuperó su lugar en el Olimpo, demostrando su bondad al intentar salvar a su madre y su valía, a pesar de su fealdad y dificultad para desplazarse.

Imagen en multimedia: Hefesto en la forja por Guillaume Coustou.