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— ¿Quieres volver al apartamento? —pregunta en un susurro. Toma mi mano y la entrelaza con la suya, bajo mi vista y asiento—

El camino era silencioso, algunas veces miraba de reojo nuestras manos que se encontraban enlazadas. Sentía la necesidad de no retirar mi mano de la suya, pareciera que esto ya lo hubiera vivido. Irónico, se supone que debería alejarme de mi violador, no estar caminando con el tomados de la mano.

Sentí un dolor agudo en mi cabeza, desenlace nuestras manos y paré en seco, el dolor seguía por lo que lleve mis manos a mi cabeza.

Unas imágenes comenzaron a pasar por mi mente, era una persona rubia pero no podía reconocer su rostro.

— N ¿estas bien? —colocó sus manos encima de las mías. Alce mi vista y sus ojos felinos me miraban—

Leo es Leo, ahora las imágenes se aclaraban, al parecer sostenía una relación con el.

— S.si —fui deslizando mis manos lentamente sin perder de vista sus ojos— ¿Podemos seguir?

Asintió y seguimos, ahora nuestras manos iban sueltas. Su mirada  fijamente hacia enfrente mientras que la mía perdida en mis pensamientos.

— Leo si no tomas esto no te recuperaras —tenía una mano en la cintura y con la otra sostenía una cuchara con un líquido en ella—

— No lo haré —apretaba sus labios y negaba de forma repetida—

— ¡Oh! —puse una cara de sorpresa— mis padres están ahi

— ¿Dónde? —volteo su mirada y dejo una abertura en sus labios—

—aproveché el distractor y metí la cuchara en su boca— listo —sonreí victorioso al ver una mueca de disgusto en su cara—

— esto no era parte del trato —negaba con una mirada sería—

— todo trato tiene su recompensa —me senté en su regazo y junte sus labios con los míos—

Inconscientemente una sonrisa apareció en mis labios. Mire sus labios carnosos, —No te atrevas siquiera a pensarlo N— me regañaba a mi mismo por la absurda idea que pasó por mi mente.

— ¿Quieres tomar un café? —interrogó mientras paraba en una cafetería—

—asenti con un leve rubor en mis mejillas— Si

Entramos y el calor se hizo presente, el dulce olor llegó hasta mis fosas nasales. Caminamos hasta una mesa que se encontraba junto a la ventana, tenía una vista hermosa solo había un pequeño problema. —Soy un chico con casi nueve meses de embarazo que se encuentra en un lugar con personas de una sociedad que no puede entender eso—

— ¿Qué desean ordenar? —una rubia oxigenada se acercó a la mesa. Miraba de forma coqueta a Leo mi Leo—

— Yo quiero un americano y una rebanada de pastel de chocolate —ordeno leo mientras me miraba—

— ¿Y no prefieres mi número? —hablo jugando con su cabello—

Leo se sonrojo ente tal acto. Yo miraba aquella escena indignado y con una ceja alzada.

— ¿Disculpa? —decidí hablar al mismo tiempo que me ponía de pie—

— ¿Y tu eres? —me miró de forma retadora y con una mano en su cintura. Bien, ¿Quieres jugar? Okey entonces juguemos—

— Mi nombre es Hak Yeon querida —sonreí de forma ladina—

— ¿Es tu amigo? —pregunto a leo—

— No, no soy su amigo estúpida, soy su novio y estoy esperando un hijo suyo, ¿Te parece poco? —llame la atención de las demás personas pero poco me importó—

No, esperen ¿Qué acabo de hacer?
Mire a mi alrededor y todas las miradas estaban centradas en mi, mire a Leo y tenía una cara de felicidad pero también de sorpresa. Decidí salir de ese lugar, ¿Porque me deje llevar?

— N —la voz de leo se escucho a mis espaldas, no hice caso y acelere un poco mi paso. Segundos después unos brazos en mi cintura me hacen parar en seco, Leo me abrazo— no huyas de mi —susurro cerca de mi oído—

—Asenti y decidí dar media vuelta, quería tenerlo frente a frente— perdón —musite en un susurro—

— eso ya pasó —me sonrió— olvidemos lo sucedido

— Yo no me disculpe por eso —su cara cambio a una de confusión— si no por esto —coloque mis manos en su rostro e hice lo que tanto eh aguantado hacer, nuevamente volví a probar esos labios carnosos que alguna vez me pertenecieron.

Avances del próximo capítulo

— No me dejes —susurro cerca de mis labios—

— No lo hare —respondi y volví a juntar sus labios con los míos—

~°~

— Ravi tienes que volver —hable con desesperación—

— ¿Qué sucede? —su voz sonaba preocupada—

— Sung Ye no está, ¡Desapareció!

~°~

— Por favor Bin —me inque a su altura— no llores —pase mis dedos por sus mejillas para limpiar sus lágrimas—

— ¿Y cómo quieres que este? ¿Brincando de felicidad por saber que no puedo tener hijos? —sus lágrimas volvían a salir—

— Si es necesario —todo sea por el— yo seré el que tendrá al bebé, pero de que tendremos un hijo lo tendremos

~°~





Hola mis estrellitas, volví, espero que les haya gustado el capítulo y esperen con ansias los demás.
Lamentablemente ya estamos en la recta final, pondré todo mi desempeño para dar lo mejor de mi.
No se olviden de votar. Las amo y nos leemos después.





Enamorandome De La Persona Equivocada |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora