Maratón 2/4
-Siiii gane otra vez!!!!
-Juliette si no bajas la voz por cada partida que ganes juro por todos los santos que te meteré un calcetín en la boca.
-Okay me calmo pero admite que no sabes jugar Monopolio- me dice poniendo cara de victoria.
-No digo que no lo admito, antes de que jugáramos te dije que no sabía y prometiste enseñarme pero solo te estas burlando porque tú sabes y yo no.
-Lo siento es que estoy emocionada de que aceptaste venir hoy a mi casa-Lo dice y es verdad porque toda la habitación de Juliette está llena de chucherias y todos los juegos de mesas que ella tiene- hace semanas que intentaba lograr que vinieras, tú solo te enfocas en las clases y ya todos sabemos que eres muy buena.
Si asi es, como ven estoy un sábado luego de clases en casa de Juliette, ella se ha vuelto muy confiable para mí aunque no lo suficiente para contarle tantas cosas privadas, me da miedo que ella se aleje al enterarse de mis errores pero en verdad la puedo considerar mi muy buena amiga desde ahora.
-En todas no- le digo- me va malísimo en matemáticas aunque intento de todo creo que tendré que buscar un tutor o reprobaré esa asignatura- digo tapando mi cara con las manos en frustración.
-Yo te puedo ayudar con eso-Me dice sonriendo como los villanos de las películas.
>>Conozco un chico que está en nuestra clase, para buena suerte es mi amigo y es muy bueno en matemáticas.
-Que bien!! -Creo que en este momento mis ojos brillas más que las estrellas- Y cómo se llama??
-Pues-Me mira nerviosa, como si ocultara algo- el lunes te lo presento y coordinamos todo si?
-okay, bueno ya me debo ir le dije a mamá que estaría a las 5 en casa y la próxima visita será en la mía.
Entendido capitán!!- Pone su mano como los soldados al saludar un superior y yo me río.
-Tú no tienes remedio- le digo entre risas y ella solo mueve su cabeza en negación.
[*****]
Llego a casa y esta mamá hablando al teléfono, le hago seña para que sepa que llegue muy bien pero no la interrumpo, por los segundos en que pase por el pasillo se que hablaba con mi tía Denis que vive en España. Nunca he sido apegada a la familia de mis padres y no es que los necesite, la verdad ellos no me buscan y yo tampoco lo hago.
Subo a mi cuarto y mientras me quito la ropa para darme un baño pienso en quien será el compañero de Juliette que me ayudara con las clases de matemáticas. Espero que sea alguien así de paciente como lo fue Dairon con quien por cierto intercambie números pero nunca nos escribimos.
Ni siquiera se porque me llego a la mente ese chico, aunque debo admitir que él es lindo y sus ojos me encantan.-Valla veo que alguien se siente atraída por un hermoso chico.
-Tú cállate, siempre apareces cuando no te llaman.
-Segura que no deseas charlar sobre ese guapo chico de tu clase de matemáticas? Solo digo porque al fin y al cabo soy tú y no pasará de aquí.- Me dice la voz de mi cabeza sonriendo, si así es, estoy hablando con mi conciencia que parece más una vecina chismosa que una voz dentro de mi.
[***]
Así pasó la noche entre charlas con Juliette y viendo los mensajes de los grupos de WhatsApp de la universidad ya que algunos profesores dan avisos por esa vía pero muchos han tomado esos grupos para bromear y planear encuentros grupales, estuve tratando de que me diga quien será el tutor mío para esas terribles clases y ella cambiaba de tema cada vez que se lo pregunté. Decido rendirme ya que veo la hora y no me di cuenta lo tanto que hablé con mi amiga, aún no ceno así que decido bajar y ver que hizo mamá esta noche.
Abro el microondas porque sé qué hay es donde siempre me deja la comida cuando no como en la mesa con ellos. Veo que hizo pasta y mi boca se agua porque es mi plato favorito. Ceno y vuelvo a mi cuarto ya que mañana es domingo y tengo unos dibujos que hacer para el lunes.
Cierro los ojos y diviso entre nieblas unos hermosos ojos negros que me llaman hacia ellos con una gran intensidad y así me quedo dormida mientras trato de alcanzar esos hermosos abismos sin importarte el costo que valga.
ESTÁS LEYENDO
INESPERADO
Novela JuvenilY cuando pensé que ya no tenia esperanzas apareció el, su manera de hablarme, de mirarme, de protegerme aún sin saber de que. A veces y solo a veces necesitas una sacudida para poder animarte y despejar esa niebla que te embarga. Mi mundo era vacío...