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El que acomodará mi cabello me recordó la verdadera razón por la que él estaba siendo tan amable conmigo. Él solo gustaba de mi exterior y no de mi.

Tomé su antebrazo para apartar su mano que aún seguía acariciando mi mejilla- Gracias, pero prefiero buscarlo sola- su mueca de incredulidad me demostró lo que ya me imaginaba, nadie lo había rechazado antes.

Le di una sonrisa de despedida y seguí caminando por todo el caos que se había creado. Continué así un largo rato hasta que siento otro golpe en mi hombro, la diferencia entre este y el primero, es que caí sobre mi trasero. Aún en el suelo voltee a ver el causante y solo vi a una chica de tez morena vestida de rosa.

-¡Lo siento!- se disculpó mientras seguía corriendo en la dirección contraria a donde me hallaba.

Me levante rápidamente antes de que alguien me pisara y sacudí mi ropa, no porque estuviera sucia si no por costumbre. Este lugar era demasiado limpio que estoy segura que yo ensucie el piso al caerme y no al reverso.

Y tal vez sea porque aún estaba tratando de estabilizarme, pero sentí un tercer empujón. Espere a que mi trasero besara el piso una segunda vez, pero el destino pintaba de mi lado esta vez.

Había otras manos en mi cintura, evitándome otra caída. Y enfrente de mi se encontraba un chico de tez morena con una chaqueta parecida a la del chico de la playa, pero en color azul.

-Perdón preciosa- me soltó una sonrisa que él consideró encantadora, pero en lo único que resultó fue en mi fastidio.

-A la otra mira bien por donde caminas- sentí mi cara enrojecer una vez más, aunque ahora conocía la razón de esto, la cólera.

-Perdón linda- su agarre en mi cintura se intensificó.

-¡Deja de llamarme así!

- ¿Eres una muñeca dura eh?

-No soy una muñeca y ¡quítame tus manos de encima!- golpeé sus manos con las palmas de las mías.

-¡Scott! ¡Muévete o no alcanzaremos a ese zombie!- le grito un chico rubio, en una multitud que al parecer lo esperaba.

-Tengo que irme princesa, pero te veré después- tuvo el atrevimiento de guiñarme un ojo antes de dar media vuelta.

Estos chicos tontos de Seabrook se creen la mejor cosa de este mundo. Iba a gritarle una obscenidad, pero me contuve al comprender lo que su amigo le había dicho.

Tome su muñeca para que diera vuelta -Espera, ¿dijeron zombie?

-Si bebé, no te preocupes lo atraparé y no te molestará.

-¿Puedo acompañarlos?

-Jamás hermosa, no te pondré en riesgo.

A tiempos desesperados medidas desesperadas. Suspire. -Es solo que no quiero quedarme sola, menos con un zombie suelto por la escuela, me asustan. Por favor- le rogué tocando su brazo tratando de coquetearle.

-Bueno, supongo que estarás más segura con nosotros- se rasco la nuca con nerviosismo - Pero no te alejes de mi lado ¿okay?

-Claro, vamos.

Después de otro largo de rato de caminata y de que el tal Scott intentara coquetear
conmigo un millón de veces. Descubrí que no era tan malo, solo un coqueto sin remedio.

Llevamos tanto tiempo buscando que lo único que quería encontrar ahora era una forma de zafarme de ellos. Hasta que veo al chico de la playa y cuatro personas más saliendo a toda prisa de una habitación con la leyenda SALÓN A SALVO DE ZOMBIES en letras rojas. Lo que me dio la idea de hacer un letrero llegando a casa. ZOMBIELAND: PUEBLO A SALVO DE HUMANOS. Estoy segura que a Eliza le fascinará y Bonzo estará encantado de ayudarme.

-Scott, ahí hay un salón a prueba de zombies, prefiero quedarme ahí un rato ¿esta bien?

-Claro preciosa, nos vemos luego- hizo amago de querer darme un beso en la mejilla, pero corrí y entre a la habitación impidiéndole completar dicha acción.

Cerré la puerta, recargue mi frente en ésta y solté un suspiro -Bien Zara, quiero ver la próxima vez que se te ocurra pedirle ayuda a un humano. Ni siquiera encontraste a Zedd.

-¿Zara?

Me di la vuelta al escuchar la voz a mis espaldas -¿Zedd? ¿Qué haces aquí?

-Creo qué hay preguntas más importantes en este momento, como ¿que le pasó a tu cabello? Y ¿por que te vez tan humana?

-Quise hacer la prueba para los animadores- su ceja arriba me demostró que él quería que siguiera hablando - y alteré mi zombie-banda para parecer más humana, pero tengo que usar peluca porque no conseguí nada con mi cabello. No me mates- hice un pequeño puchero, eso siempre lo convence.

-Esta bien- resignado me dijo- pero si es demasiado quiero que lo dejes ¿lo prometes?

-Solo si tú prometes lo mismo con en football.

- Parece que tenemos un trato- extendió su mano rígidamente hacia mi, la estreche de la misma manera caricaturesca que él hizo.

Salimos de ese lugar y nos dirigimos a pasillos opuestos, no sin antes despedirnos como los buenos hermanos que somos.

-Adios humana, no mueras- se burló.

-Ja ja que gracioso eres- rodé los ojos- Adios zombie, no vivas.

Escuche su carcajada mientras doblaba por un pasillo desconocido, y fue ahí cuando me di cuenta de que no tenía idea de donde serían las pruebas o donde estaban los vestidores.

Como si el destino no me odiara dentro de mi campo de visión entro una cabellera rubia y aunque me negué a volver a pedir ayuda a los humanos, ya me encontraba caminando hacías ella.

-Hola- trate de ser lo más amable que mi propio orgullo me dejaba- No conozco muy bien en lugar. ¿Podrías decirme donde quedan las pruebas para los animadores?

-Claro, yo igual haré las pruebas. Me llamo Addison, ¿Te parece si vamos juntas?

- Me parece perfecto, me llamo Zara- le sonreí, a pesar de ser una humana no era tan mala.

-¿Zara? ¿Cómo nombre de zombie?

-No, Zara con s- mentí rápidamente.

Llegamos a una habitación llena de casilleros y bancas. Había muchas chicas vestidas con ropa deportiva.

La realidad me cayó como un balde sobre la cabeza -¿Cómo haré la prueba con esta ropa?- me desanime completamente, había llegado tan lejos para que esta pequeña tontería me detuviera.

-¿Olvidaste tu ropa?

-¿Qué?- Addison me saco de mis pensamientos.

Se rió para después hablar- ¿Quieres que te preste un poco de ropa?

-¿Lo harías? Muchas gracias.

Me tendió una pequeña pila de ropa color azul claro-Espero te quede.

Nos cambiamos entre bromas y risas. Aunque la acababa de conocer Addison era una chica adorable, me preguntó ¿qué haría si supiera de mi cabello?

-Suerte- le susurre al entrar en un gran salón, en el que al parecer se hará la prueba.

-Gracias, igual. Te irá muy bien.

-Gracias, pero hay que empezar a calentar- le dije mientras movía mi cabeza y estiraba mis brazos. Proseguimos hasta que escuchamos un par de aplausos.

Forgotten |Bucky Zombies|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora