Antítesis

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Me desperté al día siguiente pensando que iba a ser de mí... tenía miedo y ya no quería seguir, me era imposible imaginar el mundo sin él, visualizar una vida con planes vacíos y sin él. A cada once minutos lloraba casi cuatro horas seguidas, paraba porque mi madre venia, me arrullaba y me daba alguna de esas pastillas "mágicas" esas que te hacen olvidar todo, te marean y simplemente duermes como si el mañana no existiera; pero de nuevo despertaba y sabía que aún era real lo que estaba viviendo y que nada era un sueño. Nada lograba calmarme, era como morir, tal vez peor; como clavos afilados de acero en el corazón, púas gruesas en el estómago y un tsunami lleno de lodo en mi cabeza. Pensaba que si nada ni nadie podía calmarme entonces debía dormir mucho para no pensar, pero era totalmente imposible, no dormía ni un minuto del día. Así que decidieron sedarme, total era lo único que podía apaciguarme, me inyectaban o me drogaban al tope con pastillas de todo tipo, era como mi único alimento en el día. Pase mucho tiempo igual, pasaban los meses y aún no entendía el porqué, no era lógico ni siquiera era normal después de tanto luchar...

Él era... mi todo...
Era algo así como la sangre que bombea para darle vida a mi corazón...
Era mío... y yo era suya... y eso era todo lo que queríamos, porque lo demás estaba demás.

Cuando nos enteramos que el cancer había llegado a nuestras vidas, el dolor fue impensable, aunque él no pudo reaccionar a lo que pasaba, dentro de mi sabía que algo se había roto ya. Pero decidimos luchar, continuar, no darle poder a la enfermedad, seguir y no parar, eso era lo que los valientes harían. Pero más que una lucha contra la enfermedad, era una lucha contra lo malo que la vida nos pusiera para alejarnos, una lucha por mí, por él, por el amor que debía vencer cualquier obstáculo que intentará quebrarnos, por lo felices que seriamos al acabar esto, por lo que nos esperaba del futuro que cada noche creábamos con las más bellas y puras esperanzas, con las palabras que nos hacían soñar con algo que no acabaría, con el fin que daría comienzo a nuestra propia vida, por fin tener aquella familia que ninguno de los dos tuvo, con tanta fuerza como si fuera real, soñábamos en un cuarto acostados, pensando que el techo era el universo y que la cama era el barco que zarpaba lentamente hacia los confines de nuestros sueños. Éramos uno solo, no había una separación de nuestros cuerpos, porque nuestras almas habían nacido unidas para amarse por muchas, cientos de vidas. Pero esta fue la excepción... la vida simplemente nos castigó, nos alejó; vio que no había manera de separarnos e hizo entonces su trabajo, era él o era yo y lo eligió a él.

Yo me quedé... sin saber, sin vivir, muerta, en vida vegetal, cortada en pedazos como una lechuga, lista para ser digerida por el mundo a mi alrededor, por los miles de rostros, miradas, palabras, por mi y por mi estruendosa mente. Me quedé queriendo volver a ser lo de ayer, regresar el tiempo y ser yo en vez de él y el porqué de esta última tiene un sentido y una importancia que solo es capaz de decirlo y entenderlo quién de verdad ama con toda el alma, pero esta será la incógnita, este será nuestro inconcluso final y aún faltan muchas letras que escribir hasta llegar a comprender lo que no es tan fácil de ver. Tomará tiempo pero pronto llegará, entonces por ahora solo queda escribir, llorar y callar, que es lo que mejor he hecho desde que él ya no está.

Quiero intentar hablar con estos versos y la verdad no sé que es lo que salga de esto, pero sea lo que sea, pasará, porque así es, pasa volviéndose el presente continuo que deja atrás a cada página que contiene una emoción plasmada, hasta que poco a poco se acerca lo más importante, ese interludio que entra como lluvia para dar paso a la tormenta final y cuando eso suceda entonces ya todo se sabrá.

Han pasado ya diez meses, que no han podido hacer que yo sea igual que antes, tal vez hasta me han hecho peor. Sólo sé que no han sido meses fáciles, cada comienzo y cada final de mes se siente como esperar a que algo diferente, algún algoritmo cambie y entonces con toda expectativa poder volverlo a intentar, pero me derrumbo solo de pensar que en cada cosa y en cada lugar él no estará y caigo en cuenta de nuevo que está ya es mi realidad.

Pero, ¿Qué es real?
Podría pasar horas y horas, hablando de lo que es y no es real, como yo veo las cosas, para mi la realidad es subjetiva, es algo diferente a lo que debería ser, la realidad es como una venda en los ojos, que te hace ser capaz de discernir entre si es o no real. Porque no apoyar las cosas que para algunos esta fuera de contexto o sin sentido, porque no decir que la teorías de la física cuántica son más que probables con respecto a lo que somos y que sería de ser cierta entonces. Ustedes se preguntarán de que cosa extraña estoy hablando, déjenme empezar por una buena explicación acerca del tema.

Kant proponía que el espacio y el tiempo son las condiciones de la posibilidad del conocimiento de la física, de la matemática y de la geometría y que estas condiciones no provienen de la experiencia sino que son intuiciones de la razón; que el objeto de conocimiento no tiene una realidad en sí y por sí, sino una realidad objetiva en relación con el sujeto; y que lo que la razón conoce por intuición asombrosamente coincide con la experiencia externa. La teoría de las cuerdas propone que nuestro universo no estaría compuesto de partículas sino de cuerdas, o sea de pequeños objetos unidimensionales que vibran; y esta vibración se manifestaría como partículas elementales. La teoría de las cuerdas se basa en un conjunto de ecuaciones, que además de exigir la existencia de universos paralelos, por razones matemáticas; agrega seis dimensiones espaciales, a las cuatro dimensiones espacio tiempo, que por ahora no se pueden observar. Por esta razón, esta teoría muchos no la consideran una teoría física sino metafísica. Pero esta bellísima antítesis de si es o no es hace que me planteé el Biocentrismo como centro de todo y punto de partida de lo que para mí se vuelve mi fe latente, la teoría implica que la muerte simplemente no existe; es una ilusión que surge en la mente de las personas. Existe porque la gente se identifica con su cuerpo, creen que el cuerpo morirá tarde o temprano, pensando que su conciencia desaparecerá también. De hecho, la conciencia existe fuera de las limitaciones del tiempo y el espacio y es capaz de estar en cualquier lugar: en el cuerpo humano y fuera de él. Esto encaja bien con los postulados básicos de la ciencia de la mecánica cuántica, según la cual una cierta partícula puede estar presente en cualquier lugar y un evento puede ocurrir de acuerdo a varios, a veces de incontables maneras. Es una "flor perenne que vuelve a florecer en el multiverso" el conocido "Om mani padme hum" del budismo. Y si es cierto y la muerte no existe entonces él está en todas partes a cada minuto y a cada segundo sin yo poder verlo. ¿Tal vez es esa mi realidad? O tal vez es solo mi poca fe intentando no decaer, buscando algo en lo que aferrarse para no dejar al miedo vencer, para que la soledad no coma por completo mi ser. Pero al final es solo eso, es lo que siento yo como realidad. Lo que me hace tener una pequeña luz en la gran e inmensurable oscuridad.

Todo esto es tanto y tan poco tangible, pero a su vez tan tocable, tan profundo como lo es el mismo cielo.

Esta es mi antítesis, los valores paradigmáticos de lo que tratarán estás páginas a continuación. Mi realidad, mi mentira y lo que fue o es aún, aunque muy poca, mi fe.

¿Y a mis ojos qué es una antítesis?

Antítesis son palabras agresivas...
Palabras que golpean mi mente
Palabras que causan dolor
Palabras que rasguñan al corazón
Miradas de ira y cólera
Miradas de cruel satisfacción
Miradas de desprecio
Miradas que solo miran el cuerpo y el hoy.

Para todo esto
Es bueno saber que todo tiene un antítesis.

Que la locura también es para cuerdos
Que la enfermedad puede ser mejor que la cura
Que ayer fue ayer
Hoy es hoy
Y el mañana no existe
Que el corazón no siempre tiene una razón
Que la razón no siempre tiene un corazón
Que la mal interpretación, interpreta imágenes, sin una explicación
Que mi realidad es un libro y el autor soy yo
Que la creación es la mayor expresión
Que el mundo es una larga pista donde hay dolor y satisfacción
Y que la felicidad consiste en no olvidar, en tener voluntad y una gran ilusión.

Saudade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora